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El Papa reafirma el Vaticano II y cierra el debate sobre un nuevo concilio

El Papa Juan Pablo II calificó ayer el Concilio Vaticano II de «brújula» para los fieles del tercer milenio, con motivo del cuarenta aniversario de dicho concilio, inagurado el 11 de octubre de 1962 por el Papa Pablo XXIII en la Basílica de San Pedro. «Me gustaría subrayar que hace exactamente 40 años que Juan XXIII 'el Bueno' inaguraba solemnemente el Concilio Vaticano II», señaló a los cardenales, obispos y expertos que participaban en el Vaticano en un Congreso Internacional consagrado al nuevo catecismo de la Iglesia católica que hasta la fecha ha vendido más de ocho millones de ejemplares en todo el mundo. «El catecismo - subrayó - se refiere constantemente al Concilio hasta el punto de que se podría llamar el catecismo del Vaticano II». Los textos del Concilio, añadió, «representan una brújula segura para los creyentes del tercer milenio». De esta forma el Papa zanja una polémica provocada por los cardenales Lehman y Ars, ambos autoproclamados como progresistas, en los que los purpurados reclamaban un nuevo Concilio para solucionar los problemas de la Iglesia.

Polémica abierta

Aunque Juan Pablo II ha dado por cerrado este debate, y ayer, en su alocución ante los cardenales de la curia volvió a reafirmarse en sus convicciones, algunos sectores de la Iglesia católica piden cambios, o cuando menos el inicio de una nueva reflexión sobre las distintas pastorales a implantar para conseguir llevar la Buena Nueva a la gente de una manera más profunda.

En los últimos años se han levantado voces a favor de la convocatoria de un Concilio Vaticano III para dar el empujón final a cuestiones aún no encarriladas y buscar nuevas fórmulas de colegialidad para el gobierno de la Iglesia. El cardenal Carlo María Martini - hasta pocas semanas arzobispo de Milán - abogó por ese Concilio Vaticano III durante el sínodo de obispos para Europa del pasado año. El jesuita-cardenal dijo ante el Papa que había «soñado» con un instrumento colegial «más universal» para que los obispos, «todos juntos», puedan tratar las materias más candentes de la vida social y eclesial, entre ellas la participación de los laicos y las mujeres en la Iglesia, la sexualidad, la disciplina del matrimonio y el ecumenismo. Igual que el cardenal Martini piensan, entre otros, el arzobispo de la Curia Stephen Fumio Hamao, que se encarga de los emigrantes, y el alemán Karl Lehmann, presidente de la Conferencia Episcopal alemana.

En contra de un nuevo concilio se han mostrado los cardenales Joseph Ratzinger - encargado de preservar la ortodoxia de la fe - , Dionigi Tettamanzi - actual arzobispo de Milán - y el colombiano Darío Castrillón Hoyos - responsable de la Congregación para el Clero - , al considerar que es «prematuro» una convocatoria de un nuevo concilio ya que el Concilio Vaticano II todavía no se ha agotado, sino más bien debería ponerse en práctica y profundizar más en sus enseñanzas.

Por su parte, el cardenal Ratzinger confirmó que el Catecismo de la Iglesia católica ha tenido una difusión de más de ocho millones de ejemplares en varias lenguas.