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El Papa y el Camino Neocatecumenal

En una carta enviada por el Papa al cardenal estadounidense James Francis Stafford, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, con fecha del 5 de abril, explica que el reconocimiento oficial y jurídico en la Iglesia católica del Camino Neocatecumenal dependerá de la aprobación de unos Estatutos, competencia específica del Consejo Pontificio para los Laicos. El Papa destaca los frutos preciosos aportados en treinta años de existencia, y subraya la importancia de llevar a cabo algunos requisitos ineludibles, de los cuales depende la existencia misma del Camino. En particular, subraya la redacción de una precisa normativa estatutaria, en vista de su reconocimiento jurídico formal. Los iniciadores del Camino comenzaron en 1997, en el Sinaí, la tarea de la redacción de los Estatutos. Constituye una ardua empresa. Kiko Argüello quiere evitar el peligro de que el papel y las fórmulas jurídicas puedan congelar el frescor del espíritu que ha animado el nacimiento y la andadura del Camino.

En su carta, Juan Pablo II explica: Ya en la exhortación apostólica "Christifidelis laici" subrayaba que "ningún carisma dispensa de la relación y sumisión a los pastores de la Iglesia" y citaba cuanto está escrito al respecto en la Constitución dogmática "Lumen gentium": "El juicio acerca de su autenticidad (de los carismas) y la regulación de su ejercicio pertenece a los que dirigen la Iglesia. A ellos compete sobre todo no apagar el Espíritu sino examinarlo todo y quedarse con lo bueno". El Santo Padre insiste en que el reconocimiento y la acogida de los carismas no es un proceso fácil, que requiere un discernimiento profundo de la voluntad de Dios y debe ser acompañado constantemente de la oración. El culmen de este proceso es el acto oficial del reconocimiento y la aprobación de los Estatutos, como regla de vida clara y segura. La carta responde también implícitamente a los obispos que han preguntado a la Santa Sede cuál será la fórmula jurídica del Camino Neocatecumenal.