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Lectura de un libro propio

Rara vez releo mis libros pretéritos. Mi buena memoria me hace tenerlos bastante presentes; por otra parte, casi siempre, después de publicar un libro, me pongo a escribir otro. Sin embargo, he pasado unos días releyendo porciones considerables de "España inteligible". Su subtítulo es "Razón histórica de las Españas". Después de un curso de conferencias lo escribí en menos de un año y se publicó en 1985.

Casi todos mis libros primeros habían sido estrictamente filosóficos o "sobre países": los Estados Unidos, Hispanoamérica, la India, Israel, o regiones españolas: Andalucía, Cataluña. Hacia 1960 sentí vivo interés por el siglo XVIII: ensayos sobre Jovellanos, Isla, Moratín, Campmany; en 1963 "La España posible en tiempo de Carlos III". En el Seminario de Estudios de Humanidades, que dirigí durante diez años, y que recuerda frecuentemente con simpatía Gonzalo Anes, actual director de la Real Academia de la Historia, me ocupé intensamente del siglo XVIII y la época romántica.

"España inteligible" no es un libro de historia; en rigor es un análisis filosófico, según la razón histórica, de una realidad que ella es histórica, y es su historia la que "da razón". Es un libro bastante claro, como siempre he procurado que sean los míos, pero no carece de cierta dificultad; le viene de su concisión, de incluir muchas precisiones que hay que tener en cuenta, lo que requiere cierta atención. Hay libros en que algunas ideas, acertadas y con frecuencia brillantes, están diluidas en páginas que significan una detención, un descanso, como el "excipiente adecuado" del principio de algunos medicamentos.

Este libro nació de la frecuente acumulación de nociones sobre España, de origen extranjero en muchos casos, asimiladas y completadas por españoles, según las cuales España es un país sumamente extraño, conflictivo, invertebrado, en suma, incomprensible, un misterio o enigma. Pensé muchas veces que es algo semejante a cuando se considera un pez extrañísimo, hasta que se cae en la cuenta de que no es un pez sino un pájaro, que como tal se entiende muy bien. España, en su génesis y en sus transformaciones, ha sido diferente de otros pueblos, y es su historia misma la que puede explicarla y hacerla comprensible. A lo largo de cuatrocientas páginas intenté poner en claro esta realidad. Desde comienzos del siglo XVI es inseparable del "injerto" en el Nuevo Mundo, es decir, de la realidad total de las Españas. Precisamente en estos últimos años, dada la considerable emigración hispanoamericana, nos damos cuenta de lo que significa esa comunidad, de la homogeneidad con esos españoles de ultramar que se incorporan sin problemas a lo español porque lo llevan dentro, no sólo la lengua, sino los modismos, los refranes, multitud de usos que a veces poseen con mayor perfección que nosotros. En toda la Edad Moderna, España no ha sido inteligible aislada de su prolongación, de sus consecuencias. La identificación dos veces milenaria de España con el cristianismo, la fidelidad al catolicismo desde el comienzo de la Reforma, es un rasgo absolutamente decisivo de España. El cristianismo es una religión intrínsecamente personal: vida trinitaria dentro de la realidad divina, Encarnación, sentido personal de la actitud religiosa, referida a personas como tales, radicalmente distintas de toda cosa, destinadas a la perduración, aunque ahora se acepte fácilmente la aniquilación de la persona humana, lo más real que existe en este mundo. Esta actitud ha hecho que los españoles traten a los hombres como personas -el moro y el judío en la Edad Media, el indio americano desde el Descubrimiento-, lo cual no quiere decir que los hayan tratado siempre bien, porque se puede tratar mal a las personas, pero siempre como personas, no como cosas, mercancías, bienes económicos.

Sea cualquiera la actitud actual de muchos españoles, esa instalación personal subsiste, y es un carácter que no se ha alterado con el tiempo, lo cual hace que el proyecto en que ha consistido España persista a través de muchas variaciones. Al cabo de diecisiete años, ¿no habrá quedado anticuado este libro? Pienso que no, porque se cuenta, se narra siempre desde los proyectos. Esto puede verse a lo largo de todo el libro, que no se limita a reseñar lo que ha ido pasando, sino que ha mostrado cada época proyectivamente, desde la anticipación del futuro, la tendencia a la inevitable innovación, posible precisamente por apoyarse en el pasado. La continuidad de las sociedades, el hecho de que cada una venga de otra distinta y vaya hacia una diferente, es esencial, y es justamente lo que permite la intelección. ¿Se cumple esto en la mayoría de las historias de otros países? Temo que no. La razón histórica, descubrimiento español, apenas ha trascendido; incluso en España ha actuado en el subsuelo, casi sin conciencia de ello; pero ha actuado, y el resultado es la espléndida historiografía lograda a lo largo del siglo XX. Desde esa razón resulta excepcionalmente inteligible la compleja y varia realidad española. Las aparentes contradicciones, los puntos oscuros, los supuestos conflictos, se aclaran cuando se los mira desde una perspectiva adecuada, sin superponer esquemas intelectuales aplicables a otros países. Y habría que preguntarse si éstos no necesitan una visión análoga, ajustada a sus características particulares, a su consistencia efectiva, a los proyectos colectivos y siempre cambiantes que han constituido sus respectivos argumentos. Me vi obligado a escribir este libro para tratar de entender lo que hemos sido, lo que somos y sobre todo lo que podemos ser. Me alegro de haberlo hecho, con mejor o peor fortuna, de haber mostrado cómo se puede indagar la realidad de "esos grandes cuerpos que son las naciones", como decía Descartes. Esas naciones que necesitan, al menos en Europa, vivir juntas y en unión, pero sin olvidar su realidad irreductible, que puede y debe ser fraterna y, por tanto, plenamente personal. Pero ello requiere claridad sobre lo que son, han sido y podrán ser si no se confunden las cosas.

Y también me alegro de haber pasado unos días releyendo algunas páginas de un libro que me ha ayudado a entender lo que han ido siendo nuestras posibilidades, nuestros errores, nuestros logros.