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Teólogos y Sindicalistas

He leído que los teólogos de la Liberación van a celebrar estos días un congreso en un local de Comisiones Obreras porque no han conseguido que la Iglesia quisiera prestarles alguno. ¡Cuánta intención en información tan breve! Demasiada para no ser sospechosa. De la noticia se desprende que:

a) Los teólogos de la Liberación son unos perseguidos por la Iglesia.

b) Que ésta sigue penetrada por el espíritu inquisitorial.

c) Que CC.OO. es una institución solidaria y abierta a la heterodoxia... católica.

Sencillamente no me creo que los organizadores del congreso no hayan conseguido encontrar asilo en algún colegio de religiosos o en alguna institución católica, de tal forma que han tenido que recurrir a un sindicato laico y laicista para el que el hecho religioso y la enseñanza de la religión católica es un atentado contra la libertad de los alumnos.

Yo me temo que los organizadores del congreso de teólogos de la Liberación (algunos dicen de la liberación de la teología) no han puesto demasiado esfuerzo en encontrar algún local relacionado con gentes afines al menos en algunas cuestiones religiosas fundamentales. ¿Pienso demasiado mal si digo que no les ha interesado encontrarlo? ¿Llevo hasta ese atrevimiento mis sospechas? Han preferido mezclar la apertura del congreso con un poco de escándalo, de morbo al menos. Por lo demás, la operación propagandística no resiste un mínimo análisis. Nadie puede creer que no haya en la Iglesia de Madrid instituciones o personas que hubieran acogido con gusto a estos teólogos, aun cuando pudieran pensar que se trata de predicadores de una más que dudosa liberación. El propio cura Lezama les habría cedido con gusto su hotel de El Escorial o cualquiera de las dependencias que posee o regenta. Y ¿acaso les habría costado más disgustos esta reunión a los Padres Oblatos que la que les dio aquella fasmosa reunión de Comisiones Obreras en su colegio de Pozuelo, a mediados de los sesenta, y que dio lugar a la mayor caída que tuvo el sindicato en toda su historia?

Porque ya que estamos en éstas sería bueno no olvidar que «esta» misma Iglesia que denostan los teólogos de la Liberación abrió las puertas a grupos y personas que eran más comprometedores desde todos los puntos de vista que lo que puedan ser ellos hoy y, por supuesto, en circunstancias realmente distendidas si las comparamos con aquéllas. Por practicar el derecho de asilo, la Iglesia llegó a ocultar a etarras en las sacristías e incluso algunos de aquellos curas vascos le llegaron a coger tal gusto a la teología de la Liberación nacionalista que años más tarde no dudaron en negar sus templos a la celebración de los funerales por alguna víctima del Terror... liberador. Tal el caso del senador Casas. Y es que si algo no es creíble es que la Iglesia sea monolítica. Da para todo. No son los teólogos de la Liberación la peor cruz que tienen que llevar en España o en otros países las autoridades de la Iglesia. En su día, en los años setenta quiero decir, conocimos la experiencia de «cristianos por el socialismo». Eran un lujo para el PCE. Como hablaban del socialismo real o de proyectos similares para sociedades hispanoamericanas, dejaron de existir. Supongo que se reconvirtieron en teólogos de la Liberación. Otros se integraron. Algunos en instituciones financieras o entraron en la dirección de los partidos de izquierda. Todo esto es comprensible. La Oposición se recicló en Poder y la Teología en Politología.

Todo es comprensible. Excepto que unos teólogos apoyen propagandísticamente a quienes vetan la enseñanza de la religión en la escuela o se llamen cristianos cuando no creen en la Resurrección.