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Es posible dejar de ser gay
Un estudio reciente publicado en la revista «Archives of Sexual Behaviour» demuestra que los hombres y las mujeres homosexuales que intentan cambiar de tendencia sexual lo logran en un alto porcentaje de casos, aunque su comportamiento anterior y sus intereses sexuales hubieran sido únicamente homosexuales durante años.
El doctor Robert L. Spitzer, de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, autor del estudio, ha presentado sus conclusiones en el congreso anual de la Asociación de Psquiatría de Estados Unidos.
Spitzer realizó entrevistas telefónicas a 200 personas que habían cambiado su orientación sexual de homosexual a heterosexual, y que habían continuado así durante un período de al menos cinco años. De las 200 personas que participaron en el estudio, 143 eran hombres y 57 mujeres.
Spitzer registró cambios en la orientación sexual que se habían producido en el período entre los doce meses anteriores a que las personas comenzaran a cambiar, y los doce meses anteriores a la entrevista telefónica a la que les sometió. En estas preguntas, se incluían las que hacían referencia a la atracción sexual, a pensamientos eróticos respecto con personas del mismo sexo y del sexo contrario, fantasías de masturbación, uso de pornografía homosexual, deseos de intimidad emocional romántica con personas del mismo sexo, frecuencia de relaciones sexuales homosexuales y heterosexuales, etcétera.
Doce meses antes de comenzar a cambiar, los hombres entrevistados sentían una atracción hacia el mismo sexo de 91, como promedio, en una escala de 0 a 100, que pasaba a 23, según los sentimientos que decían tener 12 meses antes de realizar la entrevista. Ese cambio había sido gradual, pero continuo a lo largo del tiempo. Entre las mujeres, pasaba de una atracción por el mismo sexo de 88 a 8, también en una escala de 0 a 100, en el mismo período de tiempo.
Para ser seleccionado para el estudio, los participantes tenían que haber sentido una atracción predominantemente homosexual (al menos 60 en una escala de 0 a 100) antes de comenzar el esfuerzo para cambiar hacia la heterosexualidad. Además, tenían que haber conseguido una heterosexualidad exitosa y que, tras el esfuerzo realizado, hubieran registrado un cambio significativo en la atracción sexual, de al menos 10 puntos en una escala de 0 a 100 desde al menos cinco años antes del estudio.
No es una enfermedad
El doctor Robert L. Spitzer fue una de las personas clave de entre los que contribuyeron a retirar la homosexualidad de la relación de las enfermedades mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana en 1973.
Según Spitzer, «es mejor no considerar la homosexualidad una enfermedad». Para el especialista, «las personas molestas con su homosexualidad deben tener la posibilidad de cambiar».
En cuanto a los indicadores homosexuales (fantasías con personas del mismo sexo, deseos de intimar con personas del mismo sexo, fantasías de masturbación gay o lesbiana), el 29 por ciento de los hombres señalaban haber tenido alguno de ellos, doce meses antes de la entrevista telefónica, en una medida mínima, y no los habían tenido en absoluto el 11 por ciento de los entrevistados.
Entre las mujeres, los indicadores habían aparecido de forma muy reducida en el 63 por ciento de los casos, y eran inexistentes en el 37 por ciento.
Otro de los indicadores que midió Spitzer fue el comportamiento heterosexual de las persona entrevistadas. Para que se considerara que ese comportamiento era «bueno», tenían que darse los siguientes elementos: haber tenido una relación amorosa heterosexual en el año anterior; tener una satisfacción en la relación emocional de al menos 7 en una escala de 0 a 10; sentir satisfacción sexual en una escala de al menos 7 de 0 a 10, y no tener, o muy rara vez, pensamientos homosexuales mientras se mantienen relaciones con la pareja. El 20 por ciento de los entrevistados afirmó que alguna de esos indicadores aparecía «raramente».
Críticas
El estudio de Spitzer ha recibido críticas. John Bancroft, de la Universidad de Indiana, ha señalado que muchos de los que respondieron al cuestionario buscaron un cambio en sus vidas «a causa de sus creencias religiosas». En todo caso, considera que el estudio se ha realizado entre un número significativo de personas.
Por otra parte, un portavoz de la asociación gay Stonewall ha afirmado que «no es cierto que a los gays se los pueda «curar» como si se tratara de una enfermedad». En su opinión, «habría que analizar si un heterosexual puede pasar a ser gay».
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