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Es el mismo Papa que estuvo en Valencia

El pasado 9 de julio, cuando Benedicto XVI se despedía de Valencia y de España, al pie de la escalerilla del avión, - después de hablar sobre la familia, sobre Dios y sobre el futuro de la humanidad -, los periodistas que se encontraban en el Centro Internacional de Prensa ubicado en el museo Principe Felipe, de la ciudad de las artes y de las ciencias, comenzaron a aplaudir con toda su fuerza y su alegría; y eran muchos y de los más importantes medios de comunicación del mundo entero.

Han pasado escasos meses y esos mismos medios de comunicación recogen ahora una versión diferente. ¿qué ha ocurrido?. ¿es otro Papa o una persona distinta la que pronunció un discurso acádemico en un entorno universitario y para ser interpretado por mentes racionales y buscadoras de la verdad?. Quizá sea conveniente, recordar unas palabras de Machado que dan luz y despejan el horizonte: " la verdad es lo que es y sigue siendo verdad, aunque se piense al revés". Distorsionar un mensaje profundo, leer una cita fuera de su contexto y tergiversar unas palabras pronunciadas para inteligencias desarrolladas y cultivadas significa atentar contra la verdad, pensar muy mal y además, globalizar ese mal con una orquestada campaña mediática. Y eso es lo que ha ocurrido: a los promotores de toda esta controversia mal llamada "coránica"- el Corán habla de paz y no de guerra-, no les debió gustar la extraordinaria acogida a Benedicto XVI en Valencia y a su mensaje en apoyo de la familia cristiana y han buscado una excusa para vengarse. Esta puede ser una explicación de lo ocurrido, pero puede haber otras más completas y mejor informadas: echo de menos unas palabras de aliento de los principales mandatarios del mundo - excepto las de Angela Merkel-, que enfríen el ambiente y calmen los ánimos tan soliviantados.

¿Qué podemos hacer?. Es el momento de plantearse una "reconversión moral" a nivel global que permita desdramatizar, detectar la verdad dónde esté, reflexionar sobre cómo convertir la convivencia con los demás en un arte no en un desastre, analizar cómo podemos entender mejor al Papa y aquellos que sepan rezar, pedir a Dios que vuelva la cordura a los que la han perdido, porque sólo con la razón que encuentra la Verdad, es con la que podemos vivir sin discordias, en paz y en armonía, entre todo tipo de mentalidades, razas y religiones.