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Gracias Benedicto

Nuestro Santo Padre, Benedicto XVI, parece ser un personaje muy poco conocido por quienes no le conocen. Perogrullada que nos permitimos en razón de la deformación por inmediatez mediática (¡!) que caracteriza nuestros tiempos.

Esa insensatez que nos permite hablar de George W. Bush como si hubiese estado en el pupitre vecino en el liceo, igual que con gran familiaridad comentamos las gratas excentricidades de Luis Chataing, como si fuese nuestro pana del alma, aunque nunca hemos estado mas cercanos a él que los pocos kilómetros que le separan desde la pantalla del televisor.

Cosas de esa caja invasora a la que permitimos que a tantas personas invite a nuestras propias casas.

Como no nos preciamos de conocerle mucho, decidimos averiguar acerca de las características de quien es pastor de unos cuantos milloncejos de fieles seguidores de la doctrina de la Iglesia Católica y que por vía de palabras ha logrado exaltar a los mas exaltados sectores musulmanes, sin que ello fuera su intención.

Proclamado Pontífice con el nombre de Benedicto XVI, en Abril de 2005, Joseph Cardenal Ratzinger, hoy con 79 años a cuestas, tiene una de las hojas de vida más impresionantes que uno pueda imaginar en cuanto a estudios, docencia y cargos de responsabilidad dentro de toda la estructura jerárquica de la Iglesia Católica.

Para hacer corto el cuento, imaginen cuanto quieran considerar necesario para destacar en ese selecto club que denominan el Colegio Cardenalicio y le añaden trentitantos años de cercanía a un par de Pontífices anteriores a él, la profundidad de un cerebro alemán, el talento y la constancia de un buen cura dedicado a la docencia y la vitalidad de casi ocho décadas de vida espartanamente clerical.

Luego de bebernos varias veces el discurso de la discordia, no encontramos allí incordio alguno para justificar esa guerra santa (yidah) que con tanta frecuencia han dado por blandir desde que Saddam Hussein la pretendió desempolvar en tiempos de Papá Bush.

Resumiremos. Según las informaciones de los medios, la razón de la molestia es su cita de un diálogo antiquísimo referido en una obra del Profesor Theodore Khoury.

"Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba".

"El emperador explica así minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es algo irracional. La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma".

"Dios no goza con la sangre; no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo. Por lo tanto, quien quiere llevar a otra persona a la fe necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, y no recurrir a la violencia ni a las amenazas...

Para convencer a un alma razonable no hay que recurrir a los músculos ni a instrumentos para golpear, ni de ningún otro medio con el que se pueda amenazar a una persona de muerte...".

En dos platos, Benedicto está haciendo, en un razonar necesariamente denso por contenido, una cálida defensa de la difusión de la fe, cualquiera sea el credo que uno proclame. Y que tal defensa se realice en base a razones y con exclusión de la violencia.

Dentro del contexto de su conferencia, todo el tenor de su discurso en un claustro universitario, siempre fue el mismo. La "peregrina" tesis de Mahoma de usar espadas para propagar su doctrina, ha sido cuestionada en todos los ámbitos de la intelectualidad desde antes del nacimiento de Mahoma.

Pero como solemos decir en criollo, el Papa puede decir misa. Ya encontrarán quienes quieren guerras, maneras de montar el show de una monstruosa conspiración entre Benedicto XVI, Mr. Dánger, los judíos, Mariano Rajoy, Aznar y el recién electo Felipe Calderón. Posiblemente la explique en Caracas un próximo visitante de nombre Mahmoud Ahmadinejad. Y la trasnochada intelectualidad izquierdosa cómodamente alojada en las salas de redacción de los grandes medios internacionales, le hará conveniente caja de resonancia.