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Nuevo papel vaticano

Se ha dado a conocer ahora el documento vaticano que prohíbe la ordenación sacerdotal de homosexuales y de personas favorables a lo que se ha dado en llamar la "cultura gay". Es un papel breve, de apenas cinco folios, en el que se explica que el derecho a ordenarse sacerdote no existe, y que son los obispos y los superiores mayores de las órdenes religiosas los que tienen la responsabilidad de discernir sobre la idoneidad de los candidatos al sacerdocio bajo su jurisdicción. Como de costumbre, el documento distingue netamente entre las personas, que merecen todo respeto y afecto, y sus conductas, que pueden ser elogiables, indiferentes o dignas de reproche moral. La prohibición de la ordenación de homosexuales se establece por el bien de los propios candidatos -se puede leer en este nuevo documento- y por el bien del pueblo cristiano, que merece tener los sacerdotes más idóneos.

Hasta aquí, no hay noticia: la noticia sería lo contrario. Pero en cierto modo sí que puede hablarse de noticia, porque esta doctrina va contra el discurso dominante y blandito de la corrección política, y en este sentido lo más probable es que no tardemos en ver reacciones que acusan a la Iglesia católica de "homófoba", insulto bastante cretino, favorito de la mafia "gay" y sus aledaños.

Pero esas reacciones sí que no serán noticia: la moral a la carta de esos grupos es lo único que se espera de ellos. Ya se vio con el sida: la Iglesia, según ellos, es la culpable de la extensión del sida. Asombrosa acusación, cuando el contagio del sida por vía sexual ocurre sólo cuando se quebranta la doctrina de la Iglesia precisamente: la pareja que siga la doctrina católica tiene garantizado al cien por cien que se libra del contagio de la enfermedad.