conoZe.com » Aprender a pensar » Dialéctica erística o el arte de tener razón (Expuesta en 38 estratagemas)

Estratagemas 1-5

BASE DE TODA DIALÉCTICA

En primer lugar hay que considerar lo esencial de toda discusión, qué es lo que en ella sucede.

El adversario ha propuesto una tesis (o nosotros mismos, da igual). Para refutarla existen dos modos y dos vías.

1) Los modos:a) ad rem (con referencia a la cosa], b) ad hominem (en referencia a la persona con la que se discute), o ex concessis [en referencia al marco de concesiones hechas por el adversario); esto es, mostramos que la tesis expuesta no está de acuerdo con la naturaleza del objeto, con la verdad objetiva, o con otras manifestaciones o concesiones admitidas por el oponente, es decir, con la verdad subjetiva; esta última es sólo una traslación relativa y no afecta a la verdad objetiva.

2) Las vías: a) refutación directa, b) indirecta. La directa ataca la tesis en sus fundamentos, la indirecta en sus consecuencia;. La directa muestra que la tesis no es verdadera, la indirecta que no puede ser verdad.

a) En cuanto a las refutaciones directas, podemos hacer dos cosas: o mostramos que los fundamentos del enunciado son falsos (nego majorem; minorem (negamos tanto la premisa mayor como la menor); o los admitimos pero mostramos que no se sigue de ellos la consecuencia (nego consequentiam (niego la consecuencial), y atacamos así la consecuencia, la forma de la conclusión.

b) En las refutaciones indirectas utilizamos o la apagoge, o la instancia.

A) Apagoge: aceptamos la tesis del adversario como si fuese verdadera; después mostramos lo que de ella se sigue si la utilizamos como premisa de un silogismo en unión de otra tesis cualquiera reconocida como verdadera; a continuación, deducimos de dicho silogismo una conclusión claramente falsa, pues o contradice la naturaleza del objeto[10], o contradice las demás afirmaciones del adversario; es decir, que tanto ad rem como ad hominen es falsa (Sócrates en Hipias mayor y alias). Por consiguiente, el enunciado del adversario sería también falso, pues de premisas verdaderas sólo pueden deducirse conclusiones verdaderas, aunque de las falsas no siempre falsas.

B) La instancia, exemplum in contrarium [contraejemplo]: refutación de la tesis general por medio de la aportación directa de casos particulares que aunque están comprendidos bajo el enunciado de la tesis, no la confirman, por lo que deducimos que tiene que ser falsa.

Éste es el andamiaje, el esqueleto de toda discusión; aquí tenemos su osteología. A ella hay que reducir el fundamento de cualquier disputa. Pero todo esto puede suceder real o solo aparentemente, con razones buenas o malas; y como no podemos saberlo con facilidad, por eso suelen ser los debates tan largos y empeñosos. Tampoco podemos separar lo verdadero de lo falso durante su transcurso, porque, precisamente, ni siquiera los contrincantes lo saben con anterioridad. Por consiguiente, pasaré a la exposición de las estratagemas sin tener en cuenta si se tiene o no razón objetiva; pues tal cosa no puede saberse con seguridad y, además, eso es lo que debe decidirse por medio de la disputa propiamente dicha. Por cierto, en toda discusión o argumentación en general hay que estar de acuerdo sobre algo desde lo cual, a modo de principio, podamos juzgar el asunto en cuestión: Contra negantem principia non est disputandum (Con quien niega los principios no puede discutirse).

ESTRATAGEMA 1

1. La amplificación. La afirmación del adversario se lleva más allá de sus límites naturales, se la interpreta de la manera más general posible tomándola en su sentido más amplio y exagerándola. La propia afirmación, en cambio, se especifica cuanto se puede reduciéndola a su sentido más nimio, a sus límites más estrechos, pues cuanto más general sea una afirmación, a más ataques estará expuesta. El remedio más eficaz contra la amplificación es la definición concreta de los puncti y el status controversia (los puntos a discutir y las condiciones de la discusión).

Ejemplo 1. Afirmé: "Los ingleses son la primera nación en el arte dramático." - El adversario quiso intentar una instantia y manifestó: "Que de todos era conocido que tanto en lo que a música se refiere, y por consiguiente, tampoco en la ópera, hubieran hecho algo de importancia". - Le repliqué recordándole que "la música no está incluida entre las artes dramáticas; éstas se refieren únicamente a la tragedia y la comedia", lo que él muy bien sabía, sólo que intentó generalizar mi afirmación para poder incluir en ella todas las representaciones teatrales, y por consiguiente, también la ópera y la música, con lo que me derrotaría con seguridad.

A la inversa, se salva la propia afirmación mediante su limitación con respecto al primer propósito manifestado, si la expresión utilizada lo favorece.

Ejemplo 2. A dice; "La paz de 1814 incluso devolvió a todas las ciudades hanseáticas alemanas su independencia". - B responde con una instantia in contrarium que Danzig, que había conseguido su independencia gracias a Bonaparte, la perdió con aquella paz. -A se salva de esta manera "yo dije "todas las ciudades alemanas", Danzig era una ciudad hanseática polaca".

Esta estratagema la enseña ya Aristóteles en los Tópicos (lib. VIII, c. 12, 11).

Ejemplo 3. Lamarck (Philosophie zoologique, París, 1809, vol, l, p. 203) niega a los pólipos toda clase de percepción sensible porque carecen de nervios. Pero, sin embargo, se sabe que perciben, pues buscan la luz en tanto que artificiosamente se mueven hacia ella de ramo en ramo; y atrapan su presa. De esto se ha concluido que la masa nerviosa está proporcionalmente esparcida por la totalidad del volumen de sus cuerpos, homogéneamente fundida; ya que es evidente que tienen algún tipo de percepción, aunque sin órganos perceptores específicos. Porque esto invalida su hipótesis, Lamarck argumenta de forma dialéctica: "En este caso cada una de las partes del cuerpo de los pólipos debería ser capaz de toda clase de percepción sensible, de movimiento, de voluntad, de pensamiento, siendo así que el pólipo tendría en cada punto de su cuerpo todos los órganos correspondientes a las especies de los animales más perfectos. Cada partícula podría ver, oler, gustar, oír, etc., y también pensar, juzgar, inferir; en definitiva: cada molécula de su cuerpo sería como un animal perfectamente desarrollado, y el mismo pólipo ocuparía un puesto superior al del ser humano, pues cada uno de sus trocitos poseería todas las capacidades que el hombre sólo tiene en conjunto. - Además, no habría ninguna razón que impidiese aplicar lo que sobre los pólipos se afirma, también a cada mónada, el más imperfecto de todos los seres, y, finalmente, también a las plantas, que por supuesto también viven, etc." - Con el uso de tales estratagemas dialécticas traiciona un escritor que en su fuero interno es consciente de no tener razón. Porque se afirmó: "su cuerpo entero es sensible a la luz, por lo tanto es de naturaleza nerviosa,>, concluye que todo el cuerpo piensa.

ESTRATAGEMA 2

2. Usar la homonimia para extender la afirmación enunciada a lo que puede comprenderse igualmente bajo el mismo nombre, pero que poco o nada tiene que ver con el asunto del que se está tratando; después, a continuación, se refuta triunfalmente la afirmación tomada en este sentido haciendo que parezca que se ha refutado la primera.

Anotación. Sinónimas son dos palabras para el mismo concepto; homónimos dos conceptos designados mediante la misma palabra (ver Aristóteles, Tópicos, Lib. I, cap. 13). Bajo, agudo, alto, utilizados a veces para calificar cuerpos y otras para los tonos de voz, son homónimas. Honrado y probo son sinónimos.

Se puede considerar esta estratagema como idéntica al sofisma ex homonymia, sin embargo la obviedad de tal sofisma no engañará en serio.

Omne lumen potes extingui
Íntellectus est lumen
intellectus potest extingui[11].

Aquí se nota enseguida que hay cuatro termini: lumen en sentido propio, y lumen entendido metafóricamente. Por otra parte, en casos más sutiles engaña; concretamente, en aquellos en los que los conceptos se designan con la misma expresión y están emparentados, pudiéndose intercambiar uno por otro con facilidad.

Ejemplo 1[12].

A. "Aún no está usted muy iniciado en los misterios de la filosofía kantiana".

B. "Ah, mire usted, de donde hay misterios no quieto saber nada".

Ejemplo 2

Censuro el principio del honor, juzgando incomprensible que quien sufre una ofensa quede deshonrado a menos que no la repare con una ofensa aún más grande, o mediante la sangre del ofensor o la propia. Para fundamentar esto aduzco que el verdadero honor no puede ser manchado por lo que uno sufra, sino únicamente por aquello que uno haga; pues a cualquiera puede tocarle en suerte sufrir de todo. - El adversario atacó directamente al fundamento mostrándome triunfalmente que si se acusase falsamente a un comerciante de estafa, de irresponsabilidad, o de negligencia en sus negocios, se le atacaría su honor, que habría sido únicamente manchado con lo que padeciese; y que esto solamente podría repararse en cuanto que se consiguiesen el castigo y la retractación pública de los agresores.

De este modo, con el uso de la homonimia, suplanta el honor burgués, o buen nombre cuya mancha acontece por la calumnia, por el concepto del honor caballeresco, conocido también como point d'honneur, cuya mancha acontece por ofensa. Y colmo un ataque al primero no podría quedar impune, sino que debería ser reparado mediante pública retractación, del mismo mudo y con el mismo derecho, se repararía un ataque al segundo mediante otra ofensa aún mayor o mediante el duelo. Aquí tenemos, pues, la mezcla de dos cosas esencialmente distintas favorecida por la homonimia de la palabra honor y, además, también una mutatio controversias (cambio del asunto principal de la controversia) ocasionada asimismo por la homonimia.

ESTRATAGEMA 3

3. Tomar la afirmación[13] que ha sido formulada en modo relativo, relative, como si lo hubiera sido en general, simpliciter, absolute, o por lo menos, entenderla bajo otro aspecto muy distinto al de su verdadera intención para seguidamente refutarla según este último. El ejemplo de Aristóteles es: "el moro es negro, por lo que a sus dientes se refiere, blanco; por lo tanto es negro, pero no negro a la vez". - Éste es un ejemplo imaginario que no engañará de verdad a nadie; tomemos en cambio, otro de la experiencia real.

Ejemplo 1. En una conversación sobre filosofía, admito que mi sistema defiende y alaba a los quietistas. Poco después, recae la conversación en Hegel, y aseguro que, en general, no ha escrito más que disparates, o que, al menos, hay en sus escritos partes en las que el autor ha puesto la palabra y el lector debe añadirle el sentido. Él adversario no se aventura a rebatirlo ad rem, sino que se conforma con el uso del argumentum ad hominem: "yo había alabado a los quietistas y éstos, en cualquier caso, también escribieron muchos disparates".

Admitiendo este hecho, corrijo al adversario añadiendo que no admiro a los quietistas como filósofos y escritores, es decir, no por sus aportaciones teóricas, sino como a hombres, por sus acciones y, simplemente, en un sentido práctico; con respecto a Hegel, me refería a sus aportaciones teóricas. Con esto se paró el golpe. Las tres primeras estratagemas están emparentadas; tienen en común el hecho de que el adversario habla en realidad de otra cosa distinta de la que se manifestó. Incurre en una ignoratio elenchi [desconocimiento de la refutación] aquél que se deja desarmar de esta manera.

En todos los ejemplos mostrados es verdadero lo que aduce el adversario, pero no está realmente en contradicción con la tesis, la contradicción es sólo aparente; así, quien es atacado deberá negar la consecutividad de la conclusión del adversario, es decir, que de la verdad de su tesis se desprenda la falsedad de la nuestra. Es, pues, refutación directa de su refutación por negationem consecuentiae [negación de la consecutividad].

No admitir premisas verdaderas porque se prevé su consecuencia. Contra esto, los dos medios siguientes, reglas 4 y 5.

ESTRATAGEMA 4

4. Cuando se quiere llegar a una conclusión, no hay que dejar que ésta se prevea, sino procurar que el adversario admita las premisas una a una y dispersas sin que se dé cuenta durante el transcurso del diálogo; de lo contrario, lo impedirá con todos los medios a su alcance. O, cuando es dudoso que el adversario vaya a aceptarlas, se formulan primeramente las premisas de esas premisas; se hacen prosilogismos; entonces se deja que admita unas cuantas premisas desordenadas de tales prosilogismos enmascarando así la jugada hasta que haya admitido todo lo que queríamos. Luego se procede recapitulando el asunto desde atrás. Esta regla la da Aristóteles, Tópicos VIII,1, No necesita ejemplo alguno.

ESTRATAGEMA 5[14]

5. Pueden usarse premisas falsas para demostrar la propia tesis cuando el adversario no admita las verdaderas, es decir, o por. que no reconozca su verdad, o porque ve que de ellas se seguiría como conclusión inmediata nuestra tesis. Se toman entonces proposiciones que de suyo son falsas, pero verdaderas ad hominen, y se argumenta ex concessis, según la manera de pensar del adversario, pues lo verdadero puede seguirse también de premisas falsas, si bien nunca de verdaderas lo falso. Por otra parte pueden refutarse tesis falsas del adversario mediante otras tesis también falsas pero que él sostiene como verdaderas: puesto que hay que tratar con él, debe utilizarse su propia forma de pensar. Por ejemplo, si pertenece a alguna secta con la que estamos en desacuerdo podemos utilizar contra él las máximas de la secta como principia. Aristóteles, Tópicos VIII, C. 9.

Notas

[10] Si contradice una verdad incuestionable, habremos reducido al adversario ad absurdum.

[11] Toda luz puede apagarse /el intelecto es luz /el intelecto puede apagarse.

[12] Los ejemplos ideados intencionalmente al respecto no poseen la sutileza suficiente como para engañar; por eso es aconsejable que cada uno haga acopio de los mismos sacándolos de su propia experiencia. Seria conveniente que a cada estratagema pudiese asign

[13] Sophisma a dicto secundum quid ad dictum simpliciter (sofisma que hace pasar una cosa dicha relativamente por absoluta). Este es el segundo elenchus sophisticus de Aristóteles (refutación sofística independiente de la dicción: esto es, d

[14] Perteneciente a la anterior.

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