conoZe.com » Leyendas Negras » Pío XII y el Nazismo » Los judíos, Pío XII y la Leyenda Negra: Historia de los Hebreos salvados del Holocausto » Capítulo quinto.- La «leyenda negra» que oscurece el pontificado de Pío XII

Testigos oculares

Entre los muchos testimonios sobre la acción de Pío XII, despunta el del cardenal Angelo dell'Acqua, sustituto de la Secretaría de Estado durante el pontificado de Juan XXIII. En 1968, al cumplirse el décimo aniversario. De la muerte del papa Pacelli, el cardenal Dell'Acqua, refiriéndose a Pío XII, afirmó: «Él protegió con firmeza a los débiles y a los oprimidos. Cuando todo se haga público, asombrará la decidida y constante labor desarrollada por el papa Pacelli en la defensa de los perseguidos, judíos sobre todo, y para devolver la paz al mundo. Alguien se atrevió a afirmar que Pío XII no tuvo la valentía de hablar claro. Los documentos hasta ahora publicados son suficientes para demostrar lo contrario. Fue él mismo quien preparó, pasó a máquina y corrigió los tres telegramas de protesta que siguieron a la invasión de Holanda, Bélgica y Luxemburgo: y no olvidemos que, en aquel momento, fue el único jefe de Estado que protestó. Quizá se habría esperado de él una excomunión, pero en seguida se le habría echado en cara su imprudencia si la hubiera lanzado, porque eso habría tenido como consecuencia la muerte de miles de personas, especialmente judíos.»[25]

Tras las críticas aparecidas en la prensa internacional, el cardenal Ersilio Tonini, que conoció personalmente al papa Pacelli, recordó algunas experiencias personales.[26] «Lo acusan de pasividad. Pero allí donde la propia persona estaba en juego directamente para la salvación de muchas criaturas, estaba listo a dejarse destrozar como un buen pastor. Como estudiante, en la Universidad Lateranense de Roma, recuerdo que el papa ordenó que todos los edificios extraterritoriales alojaran a cuantos perseguidos y judíos se pudiera.» Acerca de la acusación de filogermanismo de Pío XII, el cardenal Tonini ha afirmado: «En 1937 aparecieron a la vez tres encíclicas de Pío XI, entre ellas Mit brennender Sorge, contra el nazismo. Hay que saber que su preparación estuvo bajo el cuidado minucioso de Pacelli, secretario de Estado. No sólo daba el estilo del idioma alemán, sino que en las copias originales del texto se ve algún añadido de su propia mano.» Además, continúa el cardenal: «Se olvida que, como nuncio en Baviera y Alemania, fue el inspirador de la reacción de la Iglesia alemana contra el nazismo y, cuando aparecieron las leyes raciales, no fue extraño a esta reacción. Es necesario ser tremendamente serenos en los juicios históricos.» En cuanto a los silencios sobre el Holocausto, el cardenal Tonini ha recordado una experiencia propia: «Sobre esto guardo un testimonio directo. Tuve un compañero de estudios, de Piacenza como yo, monseñor Quirino Paganuzzi, agregado a la Secretaría de Estado y después a la Prefectura Apostólica. Durante los últimos años de la guerra, Pío XII lo nombró capellán de la Orden Militar de Malta (Smom). Acompañó los trenes del Smom con ayuda sanitaria a Polonia. Monseñor Paganuzzi me contaba que recibió la orden del papa de entregar un mensaje a monseñor Sapieha, cardenal de Cracovia y primado de Polonia. La cuestión era: el papa tenía intención de hacer una severa denuncia de los crímenes que se estaban cometiendo. Antes, sin embargo, quería saber el parecer del episcopado polaco. Monseñor Paganuzzi me contó que el cardenal Sapieha respondió: "Refiera al Santo Padre que le suplicamos que no haga nada; el pueblo polaco, judíos y católicos, pagarían el precio de la denuncia." Por este motivo -concluyó el cardenal- es necesario guardar cierta reserva, al menos. A nadie le gustaría tener que hacer una elección de este tipo. Sería condenable si hubiera actuado así por miedo de la propia persona, pero no ha sido así. Si hubiera actuado de otra manera, alguien habría podido echarle en cara simular valentía poniendo en juego la vida de los demás. No quiero ser polémico con los judíos, pero la cultura italiana debe hacerle justicia a este hombre.»[27]

Notas

[25] De un discurso del cardenal Dell'Acqua en 1968, en el décimo aniversario de la muerte del papa Pacelli. Aparecido en el libro de Mauro Lanfranchi, Il diplomatico chesorrideva, Cooperativa «Il Ponte», Arti Grafiche Varesine di Casciago (VA), julio de 1997, p. 69.

[26] Marco Tossatti, «Restituite giustizia a Pio XII», La Stampa, 18 de marzo de 1998.

[27] Ibídem.

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