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Sensacionalismo monetario, el Evangelio de Judas

"Se habla mucho de la traición de Judas, y no se percibe que se está repitiendo. Cristo sigue siendo vendido, ya no a los jefes del Sanedrín por treinta denarios, sino a editores y libreros por miles de millones de denarios".

P. Raniero Cantalamessa

El mundo de la Semana Santa se revuelve con el supuesto "gran descubrimiento" del documento conocido por National Geographic como el códice Tchacos, pero llamado hacia el gran público el "Evangelio de Judas". ¿Qué hay detrás de este "sensacional" asunto? ¿es un ataque al conocimiento bíblico del cristianismo? No, más bien podemos pensar en otra cosa: es un auténtico gran negocio.

Repasemos algunas cosas. Primeramente, no es una organización anti-cristiana la que maneja o está detrás del tal Evangelio de Judas, es una institución de prestigio, como divulgadora popular de la ciencia y el conocimiento en general, la National Geographic Society, de los Estados Unidos. En segundo lugar, su presentación al público es inmediata anterior a la puesta en venta de las traducciones al inglés, francés y alemán (y luego a otros idiomas, según parece), de un texto escrito en copto, a su vez traducción de un original en griego.

La presentación del vocero de National Geographic Society, Terry García, lo ha sido con un exitoso afán de llamar la atención. Reconoce que es un libro apócrifo, lo ha dicho así, pero también lo llama evangelio. La National Geographic Society maneja millones de dólares con sus publicaciones, videos y programas de televisión, aunque no se supone sea una empresa con fines mercantiles, pero el dinero siempre cae bien y tiene en que gastarse.

La venta de los libros y demás presentaciones de este mal llamado Evangelio de Judas, le dejará mucho dinero. Pero no solamente será objeto de ingreso para esta sociedad no lucrativa, sino especialmente para una persona que sí tiene afán de lucro, la comerciante en objetos antiguos de Zurich, Frieda Tchacos Nussberger, en cuyo honor se llamó al manuscrito "códice Tchacos".

El New York Times (NYT para los amigos), ha dado datos muy interesante de los manejos financieros de este "evangelio", en un reportaje escrito por Barry Meier y John Noble Wilford, publicado el Jueves Santo 13 de abril. De acuerdo con el abogado de la Sra. Tchacos-Nussberger, el Sr. Mario Jean Roberty, ella puede ganarse hasta unos dos millones de dólares o quizá más, producto de los acuerdos sobre el Evangelio de Judas. No está mal.

Algo interesante es que el tal Sr. Roberty, es el funcionario único de una fundación suiza llamada "Maecenas Foundation for Ancient Art", quien es la poseedora del códice. Esta fundación no lo vendió a National Geographic, sino que recibió de ésta un millón de dólares para disponer del contenido del documento, reporta el NYT. A cambio, la fundación recibirá también parte de las ganancias de National Geographic por la explotación comercial del tal Evangelio de Judas.

El manuscrito llegó a manos de doña Frieda hace ya varios años, en los cuales ella intentó venderlo en oferta privada. Según National Geographic, la Sra. Tchacos Nussberger compró el manuscrito en el año 2000 en unos trescientos mil dólares, a otro negociante que lo había adquirido y conservado en una bóveda de seguridad en Estados Unidos durante unos 16 o 20 años.

Habiendo adquirido el manuscrito, intentó venderlo a la Universidad de Yale, pero según el curador Robert Babcock, no lo aceptaron por haber "algunas cuestiones no resueltas acerca de su proveniencia". De nuevo negoció su venta a un comerciante de Ohio, en dos millones y medio de dólares, pero como no pudo pagárselo, ella lo recuperó y lo entregó a la fundación de su abogado, la Maecenas Foundation, a cambio de recibir parte de los beneficios que ésta obtenga sobre el Evangelio de Judas. También recibirá, reporta el NYT, ochocientos mil dólares que había dado a la fundación para gastos legales y restauración del manuscrito. De acuerdo al Sr. Roberty, los pagos ya se iniciaron.

De hecho, National Geographic no compró el manuscrito o códice, simplemente lo explotará y pagará parte de sus utilidades a la Sra. Tchacos Nussberger y a la fundación. El documento será entregado a Egipto para su exposición en el Museo Copto de El Cairo.

Aunque doña Frieda ganará mucho dinero, dice que su intención es meramente religiosa, y hasta declaró que quizá Judas la escogió para reivindicarlo (¡). Dijo al NYT que lo hubiera regalado a quien lo conservara, pero no lo hizo, buscó e hizo negocio con el códice. El Sr. Krosney, autor del libro "El Evangelio Perdido", dijo que ella había actuado con los mejores motivos (¿de veras? Beneficio de la duda).

El problema de fondo, para los interesados en objetos antiguos, es que el códice es un objeto robado. Fue extraído de una cueva en el desierto de Egipto por mercaderes, quienes lo vendieron, junto con otros documentos de época. Hay quien defiende el uso de tales objetos, independientemente de su oscuro proceder, ya que su estudio puede aportar conocimientos, pero otras personas no piensan así. Este es el caso de Patty Gerstenblith, quien enseña Derecho en la Universidad de Chicago, que dijo "Las personas que controlan el manuscrito no parecen ser sus propietarios legales". "Estamos tratando con un objeto robado", dijo Jane C. Waldbaum, directora del Archaeological Institute of America.

Finalmente, todo este alboroto de la presentación del llamado Evangelio de Judas, el mismo que fue catalogado como herético por San Ireneo en el año 180, es asunto de negocio, tanto de la National Geographic, como de la Maecenas Foundation, aún con sus respectivos fines "no lucrativos" (dinero es dinero), la señora Tchacos Nussberger, y otros que entren también en el negocio de distribución, llegando a los libreros que los vendan al público.

Lo malo de todo este negocio, es que en la práctica se afecta el sentir de mucha gente, que se deja llevar por las novedades en los medios de difusión, en cuanto a la Verdad de la Biblia y la enseñanza cristiana (de todas denominaciones) sobre la vida de Jesucristo y el papel de los apóstoles en su vida pública y su pasión. Luchar contra estas tergiversaciones sobre la Biblia será tan difícil como lo ha sido respecto a la novela El Código Da Vinci, de Dan Brown, cuyo relato falseando la vida de Jesús sí parece ser intencional.