» Historia de la Iglesia » Papas y Antipapas » Benedicto XVI » Viajes » Valencia - V Encuentro Mundial de las Familias (8-9 de julio de 2006)

De Valencia a México

Cuando el Papa anunció que el próximo Encuentro Mundial de las Familias (EMF), el sexto, se celebrará en México en 2009, tuve la clara sensación de que ahora empieza, por así decirlo, la tarea de asimilar y llevar a cabo los mensajes de Benedicto XVI en su estancia en Valencia.

Afirmar que ahora comienza el EMF, teniendo en cuenta las energías humanas que ha supuesto y la generosa dedicación de los 12.000 voluntarios, puede parecer una cierta inconsideración. Por supuesto que ahora toca felicitar a cuantos han ayudado, reconocer el excelente trabajo de Canal 9 -con una cobertura que ya queda para la historia de la televisión autonómica como un hito, el más importante sin lugar a dudas- y descansar, porque han sido días, semanas y meses de una gran dedicación.

Sin embargo, esa dedicación en los preparativos y en el desarrollo -culminado con la presencia del Santo Padre- siempre han perseguido el objetivo de que la familia, en todo el mundo, sea objeto de una profundización y de un cuidado mucho mejores a partir de ahora. Por eso puede afirmarse que ahora comienza el EMF.

Benedicto XVI, en su mensaje del día 8 y en la homilía del día 9, se nos ha presentado como esperábamos.

Sus palabras, tanto a los que estábamos presentes en los actos como a cuantos los seguían por radio, Internet o televisión, transmitieron serenidad, oferta de diálogo, a la vez que recordaban las enseñanzas de la Iglesia de todos los tiempos -obsérvense las citas al Catecismo de la Iglesia Católica, al Concilio Vaticano II o a Juan Pablo II- con el estilo personal del actual Papa.

Una vez más, ha demostrado que quiere basarse en los pilares del pasado y subrayar que su papado desea ser de "asimilación" y síntesis.

El estilo del actual Papa es de una suavidad evidente en las formas. Genera un clima de cordialidad, afecto y cercanía, muy alejados de estereotipos injustos con que algunos pretendían descalificar al recién elegido cardenal Joseph Ratzinger como Papa.

Suave en las formas, logra un equilibrio admirable con la seguridad y hondura de sus palabras. Transmite a todos seguridad y paz, fruto de una fuerza que irradian sus palabras y sus gestos. Ha demostrado, en sus dos mensajes centrales, que tiene un don excepcional de sintetizar la doctrina, hacerla asequible a toda la humanidad y con una creatividad personal, que evita repeticiones fáciles o escasamente asimiladas.

Las claves del mensaje del Papa en Valencia se están analizando en estos días por expertos. No me corresponde a mí. A lo que sí me atrevo es a animar a que releamos los dos mensajes de su visita, que son de una riqueza impresionante. Son breves y muy asequibles a la formación o inquietudes de cada uno. Son consideraciones que aglutinan una rica fundamentación cristiana y una antropología que afronta los retos o interrogantes del hombre actual.

En su mensaje ha recordado que, en la familia, se aprende el arte del vivir y el arte del amor. Ha expresado magistralmente cómo los hijos deben crecer y madurar con el patrimonio de la experiencia, de modo que sepan llevar a cabo "una síntesis personal entre lo recibido y lo nuevo, y que cada uno y cada generación está llamado a realizar". Ha definido la cultura actual como ajena a la responsabilidad social, denunciando el individualismo autónomo. "La educación cristiana es -ha dicho- educación de la libertad y para la libertad".

Ha "invitado" a los legisladores a reflexionar sobre el bien que supone la familia para una adecuada humanización del hombre y de la sociedad. ¿Es sólo una invitación para los legisladores, o bien entre todos hemos de lograr que los legisladores asuman ese reto?

Me ha llamado la atención su insistencia en que las familias se unan. En nuestra sociedad, una familia aislada sucumbe con gran probabilidad a estos ideales humanos y cristianos. Debe experimentarse un aumento y una actividad mayor de asociaciones familiares de toda índole, porque también el Papa ha aludido a que conviene que haya "pluralidad" en ese tipo de asociaciones familiares.

Han sido mensajes muy ricos de contenido. Por el bien de la familia y de la humanidad, ha de perdurar. Como ha dicho don Agustín García-Gasco, arzobispo de Valencia, el V Encuentro Mundial de las Familias ha de ser "punto de partida de nuevas y más directas formas de comunicación" del Magisterio "para todas las familias del mundo".

Hemos recibido un gran impulso del Santo Padre. Ahora ha de fructificar, de modo que la belleza de sus palabras se traduzca en realidades tangibles. Especialmente, en México 2009 esperamos que se note lo que ahora vamos a continuar o empezar.