conoZe.com » Actualidad » Culture War

Del gnosticismo a la New Age

En la actualidad, determinados gnosticismos tendrían relación con la influencia política

Diversas muestras de la producción literaria y artística han dado nueva actualidad a nombres antiguos que se han ido repitiendo a lo largo de 25 siglos de civilización.

Se habla de hallazgos, de documentos que ya se conocían y de otros descubiertos ahora, relacionados con ambientes gnósticos, maniqueos, judíos o cristianos, que procedían generalmente de grupos religiosos que necesitaban un mayor apoyo documental que ayudara a propagar una idea particular nueva, filosófica o religiosa. Ha ocurrido esto con los llamados evangelios apócrifos, cuyo origen no va más allá de dos o tres siglos después de Cristo, atribuidos infundadamente a alguno de los apóstoles: hace unos años esto sucedió con el de Tomás y ahora con el de Judas. Está claro que no son de ellos y que, fuera de aportar detalles anecdóticos o pintorescos que quieren hacer más popularmente atractiva la vida de Jesús de Nazaret, casi siempre responden al deseo de poner un fundamento más fuerte a movimientos religiosos nuevos, por no decir a las herejías antiguas, que negaban que Jesús fuera verdadero hombre, o Dios, o Dios y hombre al mismo tiempo, y ante las cuales reaccionaron los teólogos que apuntaban y que recogían la tradición eclesiástica como San Ireneo, obispo de Lión en su monumental Adversus haereses.

A menudo lo referido tenía relación con los ambientes gnósticos. El llamado gnosticismo -al que el autor antes citado llamó más propiamente pseudognosticismo- pretendía alcanzar, con la filosofía, un conocimiento perfecto e intuitivo de las cosas de Dios, sin el auxilio de una revelación divina.

Con todo, a tales documentos se les puede reconocer un valor: el de ser un reflejo no insignificante de la existencia histórica de Jesús y del entorno de su vida terrena. Y también el de evocar el cambio de perspectiva producido: porque si hace ciento cincuenta años era frecuente entre los especialistas de la crítica histórica no estar seguros de que se pudiera demostrar que Jesús había existido, hoy es rara una duda al respecto. Y esto también porque han aumentado los documentos históricos que se refieren a Él, tales como el papiro de la John Rylands Library de Manchester, que contiene fragmentos de una copia del primer cuarto del siglo II del evangelio de San Juan, u otros de una copia del de San Mateo, de hacia la mitad del mismo siglo, editados en su momento por Roberts y Roca Puig, y que se conservan en Oxford y Montserrat.

No dejan de ser algo parecido otras manifestaciones de sincretismo, como los de la New Age o de las llamadas Iglesias de la Cinesiología, y que, de hecho, se sitúan frente a las Iglesias propiamente cristianas.

Aun a riesgo de simplificar, los movimientos religiosos y otras corrientes de pensamiento, cuando quieren expresar su postura sobre la bondad o la maldad de las conductas humanas, o el valor de las cosas materiales, se mueven entre dos extremos. En uno, está una actitud más bien negativa y se la ve presente, tanto en algunos sectores del cristianismo, como en tradiciones no cristianas. Sería una larga línea, con precedentes en algunas religiones del Medio Oriente, sobre todo de origen persa, que profesan un dualismo: Dios ha creado los seres espirituales, los únicos plenamente buenos; pero las cosas materiales, que no serían buenas, proceden de un principio diferente, otro dios o un demiurgo. Es la idea característica del maniqueísmo, que lleva el nombre de Mani, nacido en la Babilonia del siglo III, una religión sincrética, con elementos cristianos y otros más antiguos, derivados del mazdeísmo o zoroastrismo y del budismo, y que establece una clara división entre el bien y el mal.

Por su parte, el budismo desprecia de alguna manera la materia, o la actividad humana, o desconoce su valor, cuando propugna vaciarse de todo lo que ha entrado por los sentidos para llegar a un estado de tranquilidad máxima, la ataraxia o el nirvana.

En el otro cabo hay un optimismo desmedido, el de los que estiman -son herederos de los pelagianos- que uno puede hacer lo que se proponga, con las propias fuerzas.

DEL brazo, los herederos del idealismo hegeliano -ciertas formas de marxismo y el nazismo-, por la izquierda o por la derecha, ofrecen aspectos que los emparentan con uno u otro de los grupos que señalamos. Con el segundo, los que por el lado izquierdo presentan su utopía, confiados en su sistema y no quieren ser redimidos por otros. Si bien en el violento enfrentamiento dialéctico entre los proletarios y sus opresores se establece una oposición insalvable entre buenos y malos, entre clases sociales -burgueses y trabajadores- que después ha adoptado otras formas. Pero esto les acercaría más bien al primer grupo. Igualmente lo que ha venido por la derecha, el nazismo, se podría situar dentro de la actitud pesimista: un mesianismo radicado en la raza aria, para el que eran malas otras etnias.

De parecida manera, en la actualidad, determinados gnosticismos tendrían relación con la influencia política, económica y cultural ejercida desde alguna potencia mundial, que impusiera su propia visión de la globalización y actuara como un imperio. El objetivo de los bombardeos continuaría siendo la Iglesia Romana en algunos de sus puntos más sensibles.

Después del Concilio Vaticano II, es doctrina común superadora de extremismos, la convicción de que en todas las religiones hay elementos positivos y el aprecio por los valores y las virtudes humanas.

En suma, las cosas buenas vienen de Dios y la Iglesia enseña que Dios se sirve de ello para hacer llegar a todos los efectos de la Redención operada por Jesucristo.

Ahora en...

About Us (Quienes somos) | Contacta con nosotros | Site Map | RSS | Buscar | Privacidad | Blogs | Access Keys
última actualización del documento http://www.conoze.com/doc.php?doc=5845 el 2006-09-12 19:43:36