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Sobre el Islam

Los occidentales no nos hemos preocupado por el mundo islámico, posiblemente desde la desaparición del imperio turco hasta ahora. Las grandes potencias si han estado siguiendo el "gran juego" desde que en los áridos arenales del Medio Oriente comenzara a manar, incontenible, un caudaloso río de petróleo gracias al cual hemos obtenido la energía necesaria para nuestro impresionante desarrollo. Pero los ciudadanos de a pie nos hemos limitado a gozar de los beneficios que nos traía el oro negro, sin preocuparnos demasiado de ese mundo islámico atrasado, detenido en el pasado y gobernado por déspotas y tiranos. Si acaso hemos prestado alguna atención cuando se plantearon problemas de descolonización y sólo en la medida que estuviéramos involucrados, por ejemplo Francia en Argelia o Gran Bretaña en Egipto. La independencia de Marruecos no mereció demasiada atención por parte de la generalidad de los españoles. Las guerras constantes entre ellos nos han traído sin mayor cuidado, aunque las grandes potencias y las multinacionales del petróleo hayan tratado de sacar beneficio de todas las situaciones.

El crecimiento del fundamentalismo islámico no nos ha quitado el sueño aunque nos enteráramos de miles de muertos en Argelia a manos del fanatismo o que en el Sudán los musulmanes sojuzgan sin misericordia a los que no lo son. Pero de golpe, desde el nefasto 11 de septiembre, el mundo islámico se hace presente en el escenario mundial. Palabras como yihâd, sari´a o umma, dejan de ser términos lejanos y exóticos y empiezan a gravitar sobre nuestras vidas. La guerra santa, yo no es solo un problema localizado entre judíos y palestinos sino un proyecto mundial que ha empezado a afectarnos, la sari´a, legislación basada en el Corán no solo algo que se aplica en determinados países islámicos, sino que quiere regular la conducta de los musulmanes que viven en occidente. La umma deja de ser un término retórico referido a una comunidad inexistente, para poner en pie a todos los pueblos musulmanes frente a Occidente.

¿Por qué esta situación? Buscamos con urgencia explicaciones y se nos dan de todo tipo. La explosión anti-occidental es la manifestación del odio que sienten al verse pobres, frente a un Occidente rico; el odio a los Estados Unidos por su ayuda al pueblo judío, el resultado de los abusos de los países ricos que saquean los recursos de los pobres. Estas y otras explicaciones con su parte de verdad y de falsedad se prodigan en todos los medios, pero el hecho de que el motor de este impulso agresivo sea la religión demanda también alguna explicación.