conoZe.com » Actualidad » Educación » Miscelanea de Educación

La mala educación

La apoteosis de los derechos y el olvido de los deberes resquebrajan lo que queda de la disciplina.

La valoración negativa de nuestro sistema educativo es, si no unánime, general. Algunos de los calificativos más usados para describirlo son fracaso, estafa, destrucción, incertidumbre, desorientación, malestar, enfermedad. Algo relacionado con la patología. Basta con acudir a los datos y a los análisis comparativos con otros países, o, más sencillamente, hablar con los profesores. El acuerdo cesa, sin embargo, cuando se trata de las causas y los remedios. Aunque tenga sus defensores, que culpan de los males a su mala aplicación o a problemas sociales, la LOGSE fue una ley desastrosa y desastrosamente aplicada. Al parecer, nos invitan ahora a algo tan humano como insistir en el error. Sólo rectifican los sabios. Bien es verdad que los males nunca proceden de las leyes y las instituciones; ellas reflejan el estado de la opinión dominante y viven bajo el ambiente social que respiran. La LOGSE es más el síntoma de la enfermedad que su causa. Pero si no es posible la curación, al menos, cabría mitigar los síntomas. Mencionemos una experiencia no insólita que describe Ricardo Moreno Castillo en su Manifiesto Antipedagógico: si el lector utiliza el transporte público acaso haya podido contemplar cómo una madre, cargada y cansada, resiste de pie, mientras su hijo, convenientemente despatarrado, viaja sentado, absorbido en los afanes de un pequeño artefacto electrónico, nunca un libro. Apenas es posible dar un paso sin toparnos con la mala educación. La escuela llega tarde y mal; a veces, nunca. Se suprimen la exigencia y toda jerarquía basada en el saber y se desprecian los hábitos de esfuerzo y estudio. Se establece la promoción por imperativo legal, es decir, el aprobado falso y gratuito, y eliminando el mérito, se imaginan eliminar las diferencias. Se decreta la igualación rastrera, en lugar de la igualdad de oportunidades. Se olvidan los contenidos a favor de la pegadogía-basura. Se posterga lo universal, a manos de la obsesión por el entorno. La apoteosis de los derechos y el olvido de los deberes y obligaciones resquebrajan lo que queda de la disciplina. Se promueve el valor de la espontaneidad y la orientación utilitarista y práctica de los estudios. El olvido de la memoria produce el eclipse de la inteligencia. Se aportan medios económicos, pero se desprecia su gestión. La eclosión de una seudo pedagogía lúdica y progresista ni divierte ni enseña. Se instaura una educación no competitiva para vivir en una sociedad fuertemente competitiva. La nómina de los desastres podría continuar. Como ha escrito Savater, si se trata a alguien como idiota, lo más probable es que, si no lo es, llegue muy pronto a serlo.

No me referiré aquí a las causas profundas espirituales. Me limitaré a enumerar algunos posibles remedios. El objetivo primero es mejorar los resultados, es decir, que los alumnos aprendan más o, por lo menos, algo. En lugar de un Bachillerato anoréxico, cabría extenderlo hacia atrás. En lugar de "egebeizar" la Enseñanza Secundaria, según la expresión de Rodríguez Adrados, habría que restaurarla. Frente a la escuela lúdica, instaurar una evaluación reforzada y exigente que fomente la laboriosidad y la exigencia; en suma, exámenes y suspensos. Urge recuperar la disciplina y la autoridad del profesor, tantas veces menoscabada no sólo por los alumnos sino también por los padres. Es preciso implantar una gestión eficaz de los centros y recuperar una dirección escolar profesional, dignificar la Formación Profesional, y no olvidar que una enseñanza obligatoria es una especie de contradicción en los términos. También es menester prestar una atención especial a los alumnos que la necesitan y no pensar que semejante medida entrañe una especie de discriminación o segregación. Así como fortalecer las asignaturas fundamentales y salvar las humanidades, devolver la pedagogía a los maestros, pues sólo se enseña algo y no es posible enseñar a enseñar en abstracto. Suprimir los delirios y falsedades de los nacionalismos. Y restaurar la verdadera igualdad, enemiga del igualitarismo. La autentica igualdad consiste en tratar de manera desigual lo que es desigual. Y todo ello sin olvidar que no se encuentra entre las funciones del Estado la de enseñar, sino sólo la de garantizar el ejercicio del derecho a la enseñanza. El Estado debe fomentar una escuela pública excelente, pero no única. La izquierda y la supresión del patrimonio de los más pobres. Los promotores de la ley envían a sus hijos a centros privados o elitistas.

El valor de la educación no estriba, con ser esto importante, en su contribución al desarrollo y al bienestar de la sociedad, sino en el fomento del perfeccionamiento intelectual y moral de las personas, en suma, en su contribución a la verdadera felicidad de los alumnos, no a la satisfacción de sus deseos pasajeros. Como afirmó Swift, la educación es la experiencia de la grandeza.

Ahora en...

About Us (Quienes somos) | Contacta con nosotros | Site Map | RSS | Buscar | Privacidad | Blogs | Access Keys
última actualización del documento http://www.conoze.com/doc.php?doc=5948 el 2008-02-20 12:56:10