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Multiculturalismo: el Shador o velo islámico

Ha sido en el Liceo de Aubervilliers, epicentro de la izquierda obrera francesa, donde se ha reabierto la polémica sobre el uso del pañuelo o chador islámico. La dirección de este Liceo había apostado desde un principio por una postura tolerante: permitir el uso del chador en este centro público laico, sin que se haga ostentación. En Aubervilliers las alumnas musulmanas gozaban del privilegio de asistir a clase con el litúrgico pañuelo en la cabeza, con la única condición de que el pañuelo fuera tal y no enmascarara totalmente las orejas y el cuello de las alumnas. El problema surge cuando dos hermanas recién convertidas al Islam, provenientes de una familia laica y de tradición comunista, se presentaron en clase totalmente tapadas, y la dirección les comunicó los términos del compromiso. Las alumnas dijeron que llevarían el velo que se les antojase, ya que la dirección no era quién para dictar la autoridad coránica. Esta situación provocó la semana pasada la expulsión del Liceo de las dos alumnas por parte del Consejo Escolar, desencadenando lo que se buscaba desde un principio, un pulso entre islamistas y el Estado francés. Aquí no se trata de fanatismo religioso, sino político, de extrema izquierda, ya que el padre obligaba a sus hijas a esta provocación como simbólico insulto a la corrupta sociedad occidental, capitalista e imperialista. A las niñas les importa muy poco la cuestión religiosa, pero están felices porque salen en la televisión cada dos por tres. El ministro de educación francés ha terciado en la polémica dando la razón a las autoridades del Liceo.

Estos hechos suscitan la reflexión de si la posición de las autoridades educativas y políticas francesas supone una injerencia y discriminación en la manifestación libre de las creencias y formas culturales de estas personas, o si por el contrario, se están agrediendo los derechos y libertades fundamentales del país de acogida. ¿Acaso llevar el pañuelo islámico no es igual que llevar la "toca" de las monjas? Parece que no son equiparables los dos casos; el velo islámico es símbolo del sometimiento de la mujer al hombre en la religión islámica, lo que supone una vulneración de los derechos y principios constitucionales más elementales en la cultura occidental, y por tanto, el límite hasta donde puede permitirse la diversidad cultural y religiosa. Tampoco es lo mismo llevar una cruz gamada, símbolo y representación del movimiento nazi, que llevar otro tipo de cruces o símbolos, que no representan y significan el sistema político que gaseó y asesinó a millones de personas por racismo. Así, en la prensa gala, un francés de origen magrebí, Malek Boutik, ex Presidente del SOS-Racisme, ha declarado que el velo, pañuelo o "shador" es un símbolo del sometimiento de la mujer, y por tanto su prohibición en este caso no supone una actitud racista ni xenófoba. En definitiva, se debe aceptar, tolerar e incluso proteger la diversidad cultural y religiosa de los inmigrantes que llegan a las distintas fronteras para que realmente se produzca su integración, pero siempre con el respeto a los derechos fundamentales proclamados en la constitución de los países de acogida.