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Villancicos «light»

Los apóstoles de lo laico no paran de inventar. Siempre retorciendo las cosas para hacerlas aún más complicadas, ahora van y dan una vuelta de tuerca más. Resulta que en un colegio público de Zaragoza (también otros) han decido suspender un festival navideño «para no ofender a alumnos de otras religiones». Uno se imagina la situación contraria: un colegio cualquiera del mundo suspendiendo sus fiestas religiosas para no agraviar a los alumnos cristianos, y da la risa floja. Pues bien, si quieren más pruebas de hasta dónde pueden llegar, vean lo que han inventado: los villancicos sin contenido religioso. O sea, en el centro antes mencionado han decidido 'tunear' los villancicos para eliminarles el contenido religioso. Y el resultado podría ser algo tan rocambolesco como lo siguiente. «En el portal de Belén», se debería cambiar, pienso yo, por «En la casa del ciudadano José». Cuando «los peces beben y beben por ver a Dios nacer» se tendría que corregir por algo así como «beben y beben porque tienen sed». «Dime niño, de quién eres. Soy de la Virgen María y del Espíritu Santo». Mecachis, esto, sin duda, no se puede alterar de ninguna manera: hay que eliminarlo directamente, porque, como en las películas con los antiguos rombos, puede herir muy gravemente la sensibilidad de algún alumno. Por favor...

Pero lo más curioso es que estos nuevos apóstoles del laicismo celebran Halloween. Sí, en un rizar el rizo, el colegio viste a los niños de esqueletos macabros porque, aunque sea una fiesta importada, ésta, parece ser, no tiene ningún contenido religioso (cosa fundamental, por lo visto). Y, claro, aprovechan de que se trata de un centro bilingüe para fomentar el que se cambien los villancicos religiosos por poemas al invierno o se cargan directamente la fiesta de Reyes con el reparto de regalos correspondiente (que lo haga el hipermercado, digo yo).

Porque, un efecto secundario de esta demencia sobrevenida es que a los nuevos apóstoles también les parece ofensivo hacia los demás que un niño celebre la llegada de los Reyes Magos. Así, consideran que si ya quitaron el festival navideño, deben de hacer lo mismo con unos barbudos que llegan en camello. Podría ser, quizá, que los alumnos de otras confesiones no entiendan el significado y cause algún trauma, o que se sientan amenazados al escuchar que unos señores entran por la ventana directamente al salón, o que tengan hasta un emisario que anuncie su llegada (intolerable, pensarán, que lo hagan por internet). Podría ser, en definitiva, todo tan complicado que lo mejor es, sin duda, eliminarlo para así evitar futuros tratamientos psicológicos. En fin...

Como comprenderán, eliminar contenidos religiosos en los villancicos es un dislate semejante a lo de los bautizos laicos. La esencia de los mismos está precisamente en eso: celebrar el nacimiento de Jesucristo. Pese a que de un tiempo a esta parte lo que prima son otro tipo de cosas (el consumo, preferentemente), los villancicos, por suerte, siguen cantando a lo de siempre. Quienes los interpretan no hacen otra cosa que exaltar el elemento religioso y sólo estos nuevos apóstoles del laicismo, pueden ver en ello alguna ofensa contra no sé qué. Porque, vamos a ver, si eso ofende a sus alumnos, ¿qué pasará entonces con la Semana Santa? Si ya Todos los Santos lo 'tunearon' con un insípido y desaborido Halloween, ¿qué no harán cuando les toque celebrar la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret? Vivimos tiempos donde la ola de relativismo parece no tener fin. Todo puede ser puesto en duda, a todo hay que buscarle su fotocopia en la versión civil (aunque sean cosas churriguerescas y sinsentido). A la Navidad algunos quieren dejarle lo que les interesa (la fiesta, los regalos, el turrón y el mazapán), pero quitarle el elemento religioso con la burda excusa de no ofender. En fin...