» Baúl de autor » Marosa Montañés
Pregunta del millón: ¿qué país de la unión europea entiende mejor «la riqueza humana»?
Sólo algunos datos como botón de muestra, y cada uno que busque su mejor opción y respuesta personalizada; dos hijos en Alemania suponen la misma ayuda familiar que 12 en España: 49 euros por cada dos hijos al mes en España, en Alemana 308 euros, y en Luxemburgo hasta 611. Son datos del Instituto de Política Familiar, IPF: España es el país que menos ayudas destina de la Unión Europea a políticas familiares, sólo el 0,52% del PIB se invierte en prestaciones a la familias, lo que sitúa a nuestro país muy por debajo de la media europea. Una diferencia discriminatoria porque en España sólo reciben ayudas aquellas familias que tienen recursos escasos, mientras que en el resto de países de la Unión las ayudas son «de carácter universal», es decir, sin límites de renta. Más datos: Según IPF, España es el único país europeo que «no alcanza ni siquiera el 1% del PIB», cuando la media continental se sitúa en 2,2%. Además, las ayudas que reciben las familias con escasos recursos son mucho más bajas que en el resto de los países europeos, cuando se cumplen los 18 años desaparecen y cada año la población española es « más vieja ya que la pirámide poblacional está casi invertida con un millón de personas más que jóvenes y con casi dos millones de personas mayores de 80 años. Si a esto le añadimos que nacen menos niños y la mayoría de los nacen sus madres son extranjeras, nos encontramos con un panorama con un futuro poco alentador, e incierto.
Pero como tiene remedio y el optimismo, se llama «apuntarse a la óptimo», quizá debamos mirar hacia la Alemania de Ángela Merkel, analizar la filosofía de sus políticas familiares, —entre otras, cuenta con un Ministerio de Familia presidido por una madre de 7 hijos que concilia su vida laboral—, estudiar cómo se pueden aplicar en España, y destinar los recursos necesarios —no sólo más dinero sino mejor administrado y más creativo en sus alternativas—, y empezar a trabajar a corto y medio plazo, para obtener objetivos positivos a largo plazo.
La mujer para tener más hijos, poder alimentarlos, educarlos y conciliar su vida laboral, necesita dinero, un cambio en la mentalidad de la cúpula empresarial, guarderías en los centros de trabajo, viviendas habitables, oportunidades para trabajar desde su casa cuando los hijos son pequeños, permisos más prolongados y mejor remunerados y colaboración al 50% por parte del marido, entre otras medidas. Si la mujer trabaja a gusto y tiene tiempo libre para enriquecerse por dentro, tendrá más hijos, lo hará todo mucho mejor, rendirá al máximo y hará posible esta verdad incuestionable: « el control debe aplicarse a los resultados no al horario». Esperemos que «esto» no ocurra en el siglo XXII.
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