» Baúl de autor » Marosa Montañés

Sobran sucesos y faltan noticias positivas

Los medios de comunicación deben —debemos —, replantearse algunos aspectos clave para evitar que sus tres objetivos generalistas —formar, informar y entretener—, no sean papel manchado: se abusa de los sucesos, especialmente en los telediarios que agravan la situación por las imágenes morbosas, y se adolece de noticias que provoquen sonrisas, favorezcan el sentido del humor y faciliten la tranquilidad de las personas.

Quizá sea la definición de noticia, uno de los senderos por los que los medios de comunicación —especialmente las televisiones—, inicien su recuperación de contenidos, sea éste: según el diccionario de la Real Academia Española de la lengua, noticia es « contenido de una comunicación antes desconocida» y noticiable « digno de ser publicado como noticia». Si unimos las dos definiciones, adquirirá rango de noticia todo aquello que ocurra como actualidad y merezca la pena ser difundido porque sea interesante o reporte algún beneficio a las personas; ahí entran las secciones de política —pero sin sobredosis—; sociedad y cultura —con profundidad y sin chismorreo—; lo que ocurre en España y en el extranjero — con imágenes que no dañen la retina del telespectador—; y los deportes, pero sin abusar demasiado, y un largo etcétera de ofertas. No es noticia todo aquello que sea morboso y si lo es lo que nos haga más sabios y más libres.

Pero si son los sucesos el tema estrella, lo que se consigue es algo muy poco recomendable: un mimetismo por parte de aquellos adultos que carezcan de los recursos intelectuales y sentido critico y una imitación pura y dura, al pié de la letra —porque consideran que es una aventura o algo que pueden llevar a cabo para salir de la rutina—, por parte de los niños o jóvenes. Es urgente frenar esta realidad y otro camino para conseguirlo se llama « fomentar la actitud critica» ante la actualidad, toda una asignatura pendiente en todos los casos. Y para empezar, algo no tan difícil o imposible como crear en uno mismo un talante filosófico, que nos ayude a preguntarnos por los «por qués, por los cómo, por los para qué, por los donde y por los quienes, de la información a la que accedemos: sea en formato papel, en la radio, en la tv o en Internet. Si asentamos nuestro pensamiento en este talante filosófico iremos por la vida como reyes y como sabios porque no nos creeremos lo que no debemos creer y además argumentaremos en su contra con eficacia; si eso lo hacemos todos, las nuevas generaciones encontrarán en nosotros lo que necesiten para adquirir sus propios recursos intelectuales y morales. Es todo un reto... asequible.