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Mujer y belleza

Ha causado cierto revuelo y debate que Miss Cantabria 2007 haya sido desposeída de este título al haberse descubierto su condición de madre, algo —maternidad y embarazo— que está prohibido por las bases del concurso. La interesada, que conocía las bases, ha llevado el caso a los juzgados, pues considera que sus requisitos son inconstitucionales.

Desde una perspectiva feminista, la cuestión tiene algo de paradójico. En efecto, la batalla contra la discriminación no puede admitir que la maternidad pueda ser una limitación en el ejercicio de ninguna actividad, pues la almendra de la 'cuestión femenina' no es otra, en el fondo, que la exigencia de que lo peculiarmente femenino —y la maternidad es su ápice— no sea un obstáculo con vistas a los objetivos que una mujer puede proponerse en el ámbito público y profesional. En efecto, la maternidad es lo que, de cara a su realización público-laboral, plantea a las mujeres un escenario de decisiones completamente diferente al del varón. Aparte de lo que perciben día a día millones de mujeres, que tienen que realizar un esfuerzo ímprobo para conciliar vida familiar y laboral, el esfuerzo añadido que impone la maternidad se visualiza con especial claridad en el terreno de la alta competición. Mientras que a un piloto de Fórmula-1, a un tenista o a un futbolista su paternidad apenas le plantea ninguna dificultad para su carrera deportiva, una mujer que aspire a ser la número uno en la alta competición se enfrenta con graves dilemas a la hora de satisfacer su ansia de maternidad.

Pero, como digo, la demanda de la miss cántabra tiene algo de paradójico si nos atenemos a la perspectiva del feminismo más combativo, que tiende a interpretar la valoración social de la belleza femenina en clave de residuo machista.

El hecho es que los iconos de belleza continúan siendo mayoritariamente femeninos, el fenómeno de las 'top models' se ha desarrollado, precisamente, en Occidente y en paralelo con el proceso de emancipación de la mujer; y, en fin, la importancia que las mujeres dan a su físico y a su porte continúa siendo muy superior a la que le otorgan los varones.

Con todo esto sólo quiero decir que el caso de la miss destronada es una buena ocasión para que ciertos discursos feministas se pongan al día.