» Otros Tópicos » Feminismo y Género

Hoja de ruta sobre la violencia contra la mujer: 8 de marzo

Si transformamos el 8 de marzo en el día internacional de la «dignidad de la mujer», quizá cale en todo el mundo pero especialmente, en los países en vías de desarrollo, algo muy importante: la mujer y el hombre son «dignos» porque son seres humanos, no «bienes utilizables por los poderosos o al servicio de intereses innobles e injustos ». Y en este ámbito cultural, son atentados contra esa dignidad: la violencia generacional, la violencia de género, la violencia familiar o la violencia contra la mujer cuando se la considera un instrumento emocional o puro objeto.

Sugiero un camino reivindicativo que podría ponerse de moda en esta sociedad nuestra tan cambiante e inesperada: convertir en hoja de ruta en defensa de la dignidad de la persona, tanto mujer como hombre, la amistad como un valor en alza; EL MEJOR AMIGO DE LA MUJER SERÁ SU MARIDO Y LA MEJOR AMIGA DEL HOMBRE SERÁ SU MUJER y si a los amigos se les trata bien y con ellos se comparte, se negocia y no se discute, en los ambientes laborales, familiares, sociales o personales, surgirá el respeto, la paz, la tranquilidad y con ellos, la libertad para expresar las ideas, los sentimientos y los deseos; y desaparecerán los gritos, los ataques, las intemperancias y los despropósitos. Esta hoja de ruta puede abarcar algunos iconos: el icono de ser padre o madre; el icono de ser hijo o nieto, el de ser hombre o mujer, el de ser anciano, adulto o niño; el de ser jefe o subordinado; el de ser activo o pasivo pero con dominio propio; o el ser educado o maleducado. Así asumir el rol de cada uno en cada momento, en cada situación y en cada etapa de la vida, no resultará una utopía o una aventura imposible.

¿Y de dónde puede partir esta hoja de ruta?... del deseo, del propósito, del interés, o de la admiración por la mujer; toda persona, y por tanto toda mujer, tiene algo de admirable que le capacita para ser tratada, conocida y respetada. Si aprendemos a admirar a los demás, sabremos valorar a las personas en su justa medida porque en muchas ocasiones, nuestra ceguera personal, nos impide ver la belleza interior y exterior de las personas que nos rodean. Lo que se admira, puede llegar a quererse y lo que se quiere, llega a respetarse: todo un itinerario factible para combatir la violencia en general y contra la mujer en particular.