conoZe.com » Ciencia y Fe » Persona » Ideas » Serie 2007

El derecho a tener derechos

El sentido común se pierde, muchas veces, ante la afectividad del corazón. Los sentimientos pueden traer traiciones, y cuando la cabeza no es capaz de coger las riendas del corazón, puede llegarnos a hacer perder el norte.

Éste es el juego de muchas de las estrategias políticas que encontramos en estos días que corren. Para intentar convencernos de lo necesaria que resulta una ley, o una ayuda determinada, los dardos sentimentales saltan hacia los corazones del pueblo llano. Imágenes que muestran cómo la enfermedad y el dolor consumen al pobre enfermo nos llevarán a pensar que probablemente el derecho a morir dignamente es incluso una necesidad. Caras de jóvenes chicas embarazadas —¡ellas no lo buscaban!— inquietarán nuestra solidaridad para hacernos ver que abortar es la mejor solución ante tal terrible pesadilla. Aquellas parejas que hasta hace poco no salieron del armario, con sus testimonios agobiantes relatándonos los maltratos y vejaciones a los que han estado sometidos durante tanto tiempo... ¡cualquiera se niega a ampararles con una ley de parejas homosexuales! Hombre y mujer que han visto cómo el amor se ha ido agostando, descuidados los pequeños detalles día tras día, y ven florecer nuevos brotes de apasionamiento en otras posibles personas... ¡hay que darles el derecho al divorcio y reestructurar de nuevo su propia vida! ¡Hay que respetar todos sus derechos! ¡Hay que buscar las leyes que les faltan! ¡Hay que incrementar las ayudas económicas para que puedan disfrutar lo que no han podido hasta ahora!

El corazón es frágil, la emoción brota enseguida. Pero a mi, personalmente, me emociona mucho más cuando veo al enfermo que lucha por mantener la esperanza en medio de su enfermedad; cuando una joven, sin quererlo ni buscarlo, se entrega por sacar adelante al hijo no deseado; cuando una joven pareja, hombre él y chica ella, se ilusionan ante el estreno de una larga vida en común; cuando un matrimonio, intentando reflotar el barco, se esmeran por hacer resurgir el amor cuando ven que éste se marchita... para ellos no existen muchos derechos, para ellos no se invierten grandes cantidades, para ellos los políticos no se acuerdan... porque lo ordinario no vende, no está de moda. Pero ahí están todas estas vidas cruzadas, silenciosas y discretas pero que no por ello dejan de existir, que también, como los que ahora reclaman sus derechos, tienen el derecho a tener sus propios derechos.

Ahora en...

About Us (Quienes somos) | Contacta con nosotros | Site Map | RSS | Buscar | Privacidad | Blogs | Access Keys
última actualización del documento http://www.conoze.com/doc.php?doc=6920 el 2007-05-01 02:23:25