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Qúe es la Orden de Malta (y II)

La Soberana Orden de Malta

Estado actual de la orden

La misión original de asistencia hospitalaria se ha reintensificado a lo largo del siglo pasado. La actividad caritativa se desarrolló a gran escala durante las dos grandes guerras mundiales bajo los mandatos de los Grandes Maestres Frey Ludovico Chigi Della Rovere Albani y Frey Angelo de Mojana di Cologna (1962-1988).

La Orden conserva el privilegio de ente independiente y soberano. Tiene su ordenamiento jurídico, expide pasaportes, emite sellos, acuña monedas y da vida a los organismos melitenses dotados de personalidad jurídica autónoma. Desde 1988, elegido de por vida, la cabeza de la Orden es el Príncipe Gran Maestre Frey Andrew Willoughby Ninian Bertie, un inglés nacido en Londres el 15 de mayo de 1929, emparentado con el Conde de Lindsey (antiguo reino anglosajón del norte de Inglaterra) y Abingdon. Se educó en el colegio Amplesforth, de los benedictinos, en Yorkshire, y se licenció en Historia Moderna en el Christ Church College de Oxford. También estudió en el Instituto de Estudios Africanos y Orientales de la Universidad de Londres.

El actual Gran Maestre, de 1948 a 1950, prestó servicio militar en los «Scots Guards», obteniendo el grado de oficial. Impartió clases de Lengua Moderna (español y francés especialmente) en el Instituto benedictino de Sussex, el Worth School.

Aficionado a la jardinería, la natación y el esgrima, en 1955 ingresó a la Soberana Orden Militar de Malta y, al poco tiempo, pronunció sus votos perpetuos: en 1981 pasó a ser miembro religioso. En abril de 1988 fue elegido 78º Gran Maestre.

La Orden, neutral, imparcial y apolítica, mantiene relaciones diplomáticas con 94 Estados, es observador permanente ante las Naciones Unidas y la Comisión de la Unión Europea además de contar con representaciones antes 16 organismos internacionales como la FAO o la UNESCO.

Al día de hoy las actividades de la Orden son gestionadas por seis Grandes Prioratos, cuatro Subprioratos y 46 Asociaciones Nacionales. El Gran Maestre, en calidad de soberano temporal y superior religioso, preside el Soberano Consejo formado por cuatro altos cargos (Gran Comendador, Gran Canciller, Gran Hospitalario y Recibidor del Común Tesoro) y otros seis miembros elegidos por el Capítulo General por cinco años.

El ordenamiento jurídico se refleja en la división de poderes propios de todo Estado moderno: el poder legislativo, ejecutivo y judicial (éste último compuesto por los Tribunales Magistrales de Primera Instancia y Apelación formados por jueces nombrados por el Maestre entre los miembros de la Orden expertos en derecho).

Orden religiosa, Acción caritativa y Caracter nobiliario

Como Orden religiosa está ligada a la Santa Sede. Su carácter religioso convive con su plena soberanía. El Gran Maestre es cabeza de un Estado soberano y superior religioso. Según el Derecho canónico está definida como orden religiosa laica. Algunos de sus miembros son freires que han profesado los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia; otros miembros sólo han hecho una promesa de obediencia, mientras que la mayoría son laicos.

Su bandera tiene como insignia una cruz con ocho puntas las cuales hacen referencia a las Bienaventuranzas. Ponen así de manifiesto su espiritualidad.

De acuerdo a las normas de su Constitución, el Papa nombra a un Cardenal patrono como representante suyo ante la Orden. Éste tiene la función de promover sus intereses espirituales y de ocuparse de las relaciones con la Sede Apostólica. El Santo Padre también concede un privilegio de presentación-propuesta entre una terna de candidatos por parte de Gran Maestre para designar al Prelado que será el superior eclesiástico del clero de la Orden.

Afín a sus principios y fieles a la defensa de la fe y la ayuda a los necesitados, los más de 11 500 Caballeros y Damas de la Orden y los 80,000 voluntarios permanentes, trabajan en el campo de la asistencia médica, social y humanitaria en más de 110 países. A través del «Malteser International» actúa en primera línea en catástrofes naturales y conflictos bélicos. En él trabajan 100 expertos en ayuda humanitaria de emergencia junto a 900 agentes locales en zonas en crisis como Kosovo, Afganistán, Sudán y el sudeste asiático. El «Malteser International» actúa en colaboración con la red de la Orden de Malta conformada por 46 asociaciones nacionales en cinco continente y sus 94 embajadas en el mundo.

Las actividades de la Orden experimentan un desarrollo particularmente intenso en Medio Oriente y África. Sin distinción de raza o religión, desde hace más de 40 años la fundación melitense CIOMAL (Comité Internacional de la Orden de Malta) trabaja activamente en el tratamiento de la lepra e interviene en la lucha contra otras enfermedades y discapacidades además de contar con programas para madres y niños que padecen SIDA en el tercer mundo. Sus misiones más significativas están en Kosovo, Macedonia, Mozambique, Turquía, El Salvador, India y la zona africana de los Grandes lagos.

En 2005 destacó su respuesta al tsunami con más de 30 millones de euros recavados de la solidaridad de sus miembros y al huracán Katrina en Estados Unidos. Sus médicos han actuado en escenarios de crisis como Afganistán, Rumania, Níger y Pakistán.

Ser Hospitalario en este milenio significa «dedicarse a aliviar el sufrimiento y llevar el consuelo de la caridad cristiana a los afligidos donde sea necesario: enfermos, marginados, perseguidos, refugiados...» Toda esta labor la cumplen a través de sus hospitales, centros médicos, residencias para ancianos, minusválidos y centros para enfermos terminales.

La naturaleza caballeresca típica aún hoy se explica y justifica con el mantenimiento del carácter nobiliario de la Orden pues muchos de sus miembros procedían de familias nobles del mundo cristiano. Hoy la mayoría de caballeros no pertenece a clases nobles. Este carácter tiene vigencia moral: denota el espíritu de servicio, abnegación y disciplina que les anima a actuar. Ahora las batallas no son cruentas sino pacíficas. Se libran en la lucha contra la miseria, la enfermedad, la marginación, la intolerancia y con la defensa y divulgación de la fe católica.

Según la Carta Constitucional de 1997, los miembros de la Orden se dividen en tres clases. A la primera pertenecen los Caballeros de Justicia o Profesos, y los Capellanes Conventuales Profesos, que deben profesar los tres votos con el fin de perseguir la perfección evangélica. Son religiosos a todos los efectos, a tenor de las normas del Derecho Canónico, pero sin obligación a la vida común. La segunda clase, en virtud de la promesa de obediencia, se obliga a vivir según los principios cristianos y los relativos a la Orden. Se subdividen en tres categorías: Caballeros y Damas de Honor y Devoción en Obediencia, Caballeros y Damas de Gracias y Devoción en Obediencia y Caballeros y Damas de Gracia Magistral en Obediencia. La tercera clase la constituyen miembros laicos que no profesan ni votos ni promesa de obediencia pero que viven según los principios de la Iglesia y de la Orden. Tienen seis subdivisiones: Caballeros y Damas de Honor y Devoción, Capellanes Conventuales ad honorem, Caballeros y Damas de Gracia y Devoción, Capellanes Magistrales, Caballeros y Damas de Gracia Magistral y Donados y Donadas de Devoción.

La Orden de Malta y la República de Malta

Según lo acordado con el gobierno maltés vigente, la Orden ha vuelto a la isla de Malta concediéndoseles por 99 años, el uso del fuerte de Sant´Angelo, propiedad suya desde 1530 hasta la ocupación napoleónica. La Orden ha restaurado la antigua fortaleza y hoy es la sede de la Academia Internazionale Melitense que desarrolla actividades de carácter histórico y cultural.

Conclusión

La Orden de Malta nació en la Edad Media. Ha permanecido en la historia gracias a la fidelidad a su carisma-función hospitalaria que le ha caracterizado. Fue militar pero conservó su razón de ser. Este hecho, su génesis de ayuda y servicio, es el que le ha permitido perseverar y persistir en el los siglos. Otras Órdenes medievales fueron estrictamente militares pero, al perder su fundamento militar, inutilizaron su razón de existir.

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