» Tiempos » Vacaciones de Verano

Concilia y veranea: todo es compatible

En verano necesitamos vitaminas —como a lo largo de todo el año—, pero con connotaciones especiales: no solo deben fortalecer el cuerpo y aportar beneficios a toda la persona, sino facilitar una renovación, un cargar pilas a tope y unas energías interiores para afrontar el futuro más inmediato con optimismo.

Y para ello, primero hay que preguntarse si nos hemos puesto las pilas alguna vez y en caso afirmativo, si están o no cargadas en estos momentos; más o menos, ponerse las pilas puede ser: enfocar las vacaciones como un cambio de ocupación para toda la familia no como un mero «no hacer nada» porque dejemos plano el encefalograma; o plantear el descanso como un convivir más y mejor con nuestra familia desde los más mayores en edad hasta los más pequeños; o encontrar en el deporte el instrumento adecuado para poner en forma el cuerpo, un tanto destrozado por el stress o el frenesí laboral y no acudir a otros remedios más farmacológicos que pueden dejar secuelas negativas; o una oportunidad de oro —con o sin calor—, para reflexionar sobre los últimos 365 días y sacar conclusiones que nos eviten volver a caer en la misma piedra.

Y cargar las pilas —en nuestro interior especialmente—, puede consistir en planificar el período estival como una ocasión para hacer todo aquello que queremos y no podemos por la falta de tiempo durante el curso escolar o académico: leer libros que enriquecen por dentro porque nos ayudan a pensar y a colocar las piezas del puzzle de nuestra vida en su sitio; dedicar algunos días a actividades formativas que nos ayudan a trascender lo cotidiano; o replantear la trayectoria anterior y encauzar las verdaderas ambiciones por el buen camino, no por la vereda del éxito por el éxito, el poder por el poder o el sexo por el mero placer; o mantener conversaciones profundas con la familia, con los amigos a los que dedicamos menos tiempo o a los que vemos con frecuencia; o utilizar el televisor para películas de DVD y enseñar a los hijos a ver el cine desde otro prisma, desde el guión cargado de valores o desde lo que no debe hacerse porque contamina la mente. Cuántas veces nos quejamos de la tv basura y seguimos enganchados a ella: es la hora de apagar el receptor para lo malo y encenderlo para lo bueno.

Dos consejos por si sirven: un libro clásico que forma la cabeza en la justicia y en la verdad se llama « la columna de hierro » y está escrito por Taylor Caldwell y un DVD que muestra cómo se puede hacer buen cine con valores-virtudes-descriptores que convencen es «Mía Sarah». Éstas sí son buenas vitaminas.