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Concilia ... sin perder dinero.
Conciliación sin riesgos equivale a pensar en una posibilidad todavía no contemplada por la legislación vigente: actualizar el permiso sin sueldo para las madres o padres que deban cuidar a sus hijos después de la baja maternal y prolongarlo hasta que resulte necesario, pero con el pago al día de la Seguridad Social por cuenta de la empresa o reducir la jornada laboral en horario y con el mismo sueldo pero no en intensidad para que se pueda trabajar desde el hogar y con las nuevas tecnologías; hoy el resultado más productivo de una actividad profesional se mide por la aportación intelectual rentable, es decir creativa e innovadora, y no por la inversión en horas con escasa imaginación. No olvidemos que las nuevas generaciones, o lo que es lo mismo, la mayoría de las mujeres que quieren ser madres, son universitarias o han obtenido relevantes títulos en la formación profesional o en estudios similares. Debe tenerse en cuanta su preparación profesional para confiar en que los resultados no serán menores porque trabajen desde su casa a tiempo parcial o destinen el tiempo necesario a un descanso sabático-maternal: las inversiones en nuevas ideas, en bienestar personal proporcionado por el cuidado de los hijos o del hogar, o en situaciones anti-stress que favorecen desdramatizar los agobios, no brillan en el momento, pasan inadvertidas, pero al final, a largo plazo, son las que resultan más beneficiosas.
Si el trabajo «desde el hogar» es aceptado, la «madre profesional» albergará en su interior y en su exterior el clímax necesario para compensar en frutos lo que resta en permanencia horaria, una reparación compensatoria mucho más favorable para la empresa o lugar de trabajo. Se trata de gestar una nueva mentalidad, de crear una nueva cultura « conciliatoria» y para ello, podemos elaborar un pack que incluya éstos elementos: tiempo suficiente para disfrutar con los hijos; facilidades para combinar actividad profesional con educación y atención al hogar; reparto de tareas entre el padre y la madre con paridad real; guarderías «in loco», en los diferentes puestos de trabajo y horarios más flexibles para que la madre o el padre puedan ver a sus hijos; y aumento de ventajas fiscales y económicas con cada nuevo hijo para que no resulte una tragedia ser madre de familia numerosa. La auténtica riqueza de un país son sus activos humanos, no tecnológicos ni empresariales. Así, con esta nueva manera de pensar, la fuerza que todos necesitamos para conseguir los objetivos que cada uno de nosotros se marque, nacerá desde dentro, será duradera e irradiará hacia fuera con optimismo, esperanza en el futuro y armonía interior.
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