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Marosa Montañés
Concilie y no tendrá síndrome postvacacional
Un verano con una climatología atípica, un mes de descanso con imprevistos problemáticos —retrasos en trenes, en vuelos o atascos en las carreteras—, unas vacaciones agitadas con sobresaltos o con impotencias frustrantes... quizá sea éste el diagnóstico de las vacaciones de muchos valencianos o españoles. Sí lo es, lo siento por acertar en la diana y sí no lo es, le felicito porque habrá podido cargar pilas y volver renovado.
Con interés y con deseo de no volver a caer en la misma piedra, oferto una solución factible para todos los gustos: introducir el valor de la «conciliación» en las próximas vacaciones o en sus planes de descanso: enfocar todo con sentido común —el suyo y el de los suyos—, negociar las posibilidades y ofertas que se le planteen y consensuar los medios y los senderos para convertirlos en resultados, puede ser una buena hoja de ruta; se trata de «conciliar» o lo que es lo mismo «conci» (sinónimo de todos, no sólo de uno sólo), y unirlo a «liar» en sentido positivo (implicar a todos los integrantes de su familia) porque de lo contrario la que se puede liar si los planes previstos para las vacaciones, salen mal y no se disfruta.
Des-cansar equivale a cansarse de otra forma: el intenso trabajo agota la mente y debilita el espíritu por ello, el hecho de viajar con todo su clan familiar (mayores incluidos) aunque resulte más caro y acorte las estancias; o practicar el deporte en familia en el monte o en el mar; o aprovechar las excursiones para llenar la retina de naturaleza o enriquecer el intelecto con libros o películas que hacen pensar, consigue cansar el cuerpo y reponer la mente, quemar esas toxinas causantes del estrés y volver como nuevo por dentro y por fuera; y todo porque se ha aprendido a encontrar en la normalidad de una casa rural o de un chalet en la playa, o en las rutas de senderismo o en los carriles bici, lo que la persona necesita para recuperar fuerzas, ánimo y creatividad, porque está con su familia, con los que comprenden sus necesidades y pasan por alto sus carencias. Con-ciliar al des-cansar puede ser formulado también así: repose su sosiego en armonía y coordine su calma con paz y con-cordia familiar; y un último ingrediente de esta receta: para con-ciliar con éxito su ocio festivo y vacacional, con-verse con los que le rodean y escuche otras maneras de pensar, de reaccionar, de asimilar la vida y sus oportunidades, y así su progreso discurrirá por donde debe, por atesorar la verdad sobre las personas, sobre las cosas, y por ello, sobre del trabajo, ya que es no es un fin sino un medio; cuando contemplamos nuestro trabajo y nuestro descanso como un cambio de ocupación no como un «dolce farniente», y no como un escalón de un triunfo merecido, entonces y sólo entonces, no volvemos anoréxicos laborales sino bulímicos profesionales.
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