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Traiciona «Amerindia» a la Directiva de la V CELAM

El pasado 21 de agosto fue presentado oficialmente en México, el Documento Conclusivo Autorizado de la V Conferencia del Episcopado Latino Americano, editado por la Conferencia del Episcopado Mexicano. La sesión fue realizada con ocasión de la reunión ordinaria del Consejo Permanente de la CEM, habiendo encabezado la conferencia de prensa Mons. Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia y Vicepresidente de la CEM, asistido por Mons. José Leopoldo González, Obispo Auxiliar de Guadalajara y Secretario General de la CEM, y Mons. Faustino Armendáriz, Obispo de Matamoros y Representante de la Provincia Metropolitana de Monterrey. Es de conocimiento general que la V Conferencia fue celebrada en el Santuario de Aparecida, en Brasil y fue inaugurada por el Papa Benedicto XVI el 13 de mayo, y se clausuró el 31 del mismo mes.

A esta reunión la precedieron otras cuatro: La primera en 1955, en Río de Janeiro, Brasil, siendo Pío XII el Papa reinante. La segunda en 1968, en Medellín, Colombia, inaugurada por Paulo VI. La tercera en 1979, en Puebla de los Angeles, México, inaugurada por Juan Pablo II, recién electo, y que además definió su Pontificado itinerante por el mundo a los pies de la Virgen de Guadalupe, ante el impacto de la cálida recepción de los católicos mexicanos. La cuarta en 1992, en Santo Domingo, República Dominicana, también inaugurada por Juan Pablo II, aún convaleciente de la operación en la que le extirparon un tumor en el intestino. La quinta conferencia, en Aparecida, estuvo precedida de una intensa campaña mediática de parte del grupo de eclesiásticos disidentes, encubiertos bajo la expresión «Amerindia», quienes planteaban «recuperar el espíritu del Concilio que, logrado en Medellín, se desdibujó en Puebla y se perdió en Santo Domingo». Surgió entonces un gran «desafío», ubicado entre el final del pontificado de Juan Pablo II y el inicio de Benedicto XVI, a base de esfuerzos contumaces por «cambiar la naturaleza» de la Iglesia y «abolir su disciplina», particularmente el celibato sacerdotal, corromper las fuentes de la vida y el matrimonio monogámico e indisoluble. Las causas pueden clasificarse en cinco, sin tener aquí espacio, para describir los efectos:

1. La mala recepción del Concilio Vaticano II.
2. Las tres oleadas de la deshelenización del cristianismo.
3. La persistencia y ampliación del disenso eclesial.
4. El rechazo de la dimensión sobrenatural de la Iglesia, y
5. La deficiente autoridad de los obispos.

Con éste panorama, ocurrieron dos hechos determinantes de lo sucedido en Aparecida.

1. El discurso inaugural del Papa que definió lo esencial y
2. La extraña (por llamarle de alguna manera) determinación de la directiva del CELAM, invitando a estar dentro de la reunión, a los disidentes de Amerindia.

¿Ingenuidad o complicidad?, el tiempo permitirá dilucidarlo. En Puebla, los disidentes habían organizado una asesoría paralela, desde el hotel San Francisco y la Vieja Casona de Washington 14; en Santo Domingo, en una sede paralela, ubicada en el Convento de los padres Capuchinos, donde ellos mismos se pusieron el nombre de «Grupo Amerindia» y, en Aparecida, operaron una conferencia paralela, desde la Casa de San Canisio, hasta que fueron llevados como el clásico «Caballo de Troya» que, no asalta las murallas, sino que entra por la puerta que le abren ¡los de adentro!. En este punto, conviene ver el diccionario. Paralela: «Se aplica a las líneas o planos equidistantes entre sí y que por más que se prolonguen, no pueden encontrarse. Siempre queda clara la diferencia, con asesoría paralela, jerarquía paralela o magisterio paralelo». Asíntota: Se dice de una curva que se acerca de continuo a una recta u otra curva, sin llegar nunca a encontrarla. Pero que, se confunden a la vista de muchos. Acá entonces, lo que hubo fue «asesoría asíntota, jerarquía asíntota y magisterio asíntota».

¿Por qué digo esto? El día 30 de mayo se votó la tercera redacción del documento, de 112 páginas y 570 párrafos, quedando fuera varias propuestas, entre ellas las relativas a las llamadas «comunidades eclesiales de base». Los de Amerindia filtraron el documento, que era reservado, para poder decir que «habían eliminado sus propuestas». Durante la noche «urdieron un complot» para forzar la incorporación de «sus tres párrafos», con el pretexto de aprobar las «afinaciones del estilo». Se pidió una nueva votación el 31 de mayo, para una cuarta redacción final, con un documento de 118 páginas y 573 párrafos. ¿Será está la «alteración», a la que se refiere el Cardenal Majella? Luego volvieron a filtrar el documento y lo subieron a la página del CIMI, de Brasil, el 04 de junio. El Papa recibió la cuarta versión, el 11 de junio, pero también el aviso de la «alteración». El documento pasó por la revisión normal, acorde con los estatutos de CELAM, y del derecho y del deber de la Santa Sede, para todos estos casos. El 11 de julio se presentó el Documento Autorizado, en La Habana, durante la Asamblea del CELAM, que eligió nueva directiva. Ahí estalló la furia, el rencor y frustración de los «amerindios», que mandan por delante, en la denuncia de «alteración del documento», al hasta ahora desconocido «Enlace Continental de Comunidades Eclesiales de Base», con sede en México, al tiempo que manipulan sus contactos con la prensa de Brasil, España y Chile, que les hacen el caldo gordo, con su lamento.

Por supuesto que aparentan ignorar la contundente denuncia hecha por Mons. Amaury Castanho, Obispo emérito de Jundiaí, Brasil, contenida en el libro «Caminhos das Ceb's no Brasil. Reflexao critica», en 1988, que explica la corrupción e ideologización que echó a perder a las Comunidades Eclesiales de Base. Los «amerindios asíntotos» y los «ingenuos o cómplices» que los invitaron, están en clásico «embrollo»: «enredo, confusión, maraña, mentira disfrazada de artificio, creando una situación embarazosa o conflictiva, de la cual no se sabe como salir». (Ver diccionario).