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¿Se rompe la familia?

Del mitin de la Sra. Fernández de la Vega cuando fue elegida para encabezar la lista electoral de su partido por Valencia, las noticias que estaba viendo por la televisión ofrecieron algunas frases: «dijeron que íbamos a romper la familia, dijeron que íbamos a romper España... Todo mentira, todo falso...» No sé si reproduzco exactamente sus palabras pero creo que entendí la idea.

De la ruptura de España ya habrá ocasión de hablar, pero acerca de la familia quiero ofrecer algunos datos de los publicados por el Instituto de Política Familiar.

A pesar del aumento de población, el número de matrimonios permanece estancado en los mismos valores de hace veinte años, con un descenso constante de la tasa de nupcialidad y un aumento espectacular de la natalidad extramatrimonial. Uno de cada cuatro hijos es extramatrimonial, el 26,5% de los nacidos en 2005. En el año 1991 sólo era el 10%.

Las rupturas matrimoniales también han experimentado un crecimiento vertiginoso. En diez años (1005-2005) la ruptura familiar ha crecido cerca del 81%. Las rupturas han afectado a 1.750.000 niños. En los nueve primeros meses del 2006 se habían producido 114.752 rupturas, lo que representa 439 cada día y una cada 3,3 minutos. Rupturas definitivas, ya que el 91% son divorcios y sólo el 9% separaciones. Antes del 2010 por cada matrimonio que se produzca se romperá otro.

El descenso constante del número de nacimientos desde 1980 se ha frenado algo a causa de la inmigración, pero el índice de fecundidad de España en 2005 era del 1,34 más bajo por tanto del 1,53 Unión Europea en 2004. Hay que recordar que la tasa de reposición es del 2,03, por debajo de esta cifra la población envejece. Los menores de 14 años son menos que los mayores de 65. La pirámide de población resulta casi invertida.

El aborto es la primera causa de defunción. En este año se superarán los 100.000 abortos. Desde la aprobación de la Ley que despenalizó el aborto en 1985 se han perdido más de un millón de personas.

Estos datos ponen de manifiesto que la familia en España no pasa por su mejor momento. No podemos decir que esta deplorable situación haya sido causada por el actual gobierno, ya que la familia viene evolucionando negativamente desde los años 80, aunque los doce años anteriores de política socialista y sus reformas legislativas impulsaron la degradación de la institución familiar, sin que durante los ocho años del Partido Popular se tomara ninguna medida para remediarlo. El gobierno actual ha acelerado la ruptura matrimonial con el divorcio exprés y lo ha degradado al llamar matrimonio a otros tipos de uniones que no lo son. Ahora trata de introducir su ideología de género en la educación y con el pretexto de educar en la sexualidad y promocionar el «sexo seguro» incita a la juventud a practicarla como disfrute del placer sin compromiso.

El aborto ha pasado a considerarse un derecho de la mujer y a realizarse de forma prácticamente libre, lejos de las causas tasadas de despenalización, proporcionando a las clínicas abortivas enormes beneficios. Ahora se intenta abrir la Comunidad Navarra a estas clínicas que son un poderoso grupo de presión, lo mismo que lo son los laboratorios que se enriquecen con la venta de anticonceptivos o la llamada píldora del día después.

El Gobierno anunció en el verano una subvención por cada nacimiento que, al parecer, será superior para las madres solteras. Así puede incentivarse aún más el número de hijos extramatrimoniales. De cualquier forma España es el país de la Unión Europea que menos invierte en ayudas a la familia.

Como dice la Vicepresidenta es falso que ellos estén rompiendo la familia, pero la verdad es que están acelerando el proceso de su degradación que comenzó mucho antes. Pero en la medida en que la familia se degrada y deja de cumplir sus funciones, toda la sociedad sufre las consecuencias. Los resultados están a la vista, salvo para los que no quieran o no les interese verlo.