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«Algoreros» y el cambio climático:el caos que viene (I)

La tierra es un astro privilegiado. Hoy por hoy es el único en el que sabemos que se pueda desarrollar actividad biológica, es decir vida, sea animal o vegetal en la forma conocida, ya que las últimas noticias sobre la posibilidad de vida bacteriana en Marte deben ser confirmadas.

Ello es debido a varios factores esenciales cuya conjunción lo permite, la luz y el calor solar, el agua y la capa de composición química que la envuelve a modo de una cubierta o burbuja, es decir el aire, los tres elementos descritos sobre el cuarto, la tierra, cuyo conocimiento y manipulación permitió el nacimiento de la filosofía del Mundo Clásico base de la Cultura Occidental y cristiana. Tierra, Fuego, Aire y Agua. La alteración de cualquiera de ellos puede poner en peligro el sistema y causar problemas e, incluso, en casos extremos el caos.

¿Se avecina el caos? Este es el mensaje que se nos transmite constantemente desde determinados colectivos e individuos, a los que algunos califican de "algore-ros" y otros de profetas. Se nos ofrece bajo la imagen de un futuro cataclismo con la marca del cambio climático, cambio climático sí, cambio climático no.

Sin embargo, esta polémica pudiera parecer carente de sentido, aunque siempre es buena la duda porque estimula el conocimiento y la investigación.

No obstante, hay que tener en cuenta que los cambios climáticos son fenómenos normales en el mundo, tanto en el aspecto sincrónico como en el diacrónico; los hay diarios entre el día y la noche; estacionales, primavera, verano, otoño e invierno; geográficos, según la altitud o posición con respecto al Ecuador. Estos son los cambios sincrónicos que se producen diaria o anualmente con regularidad y que son los que nosotros percibimos directa o indirectamente.

Pero hay otros cambios de mayor duración que no los podemos percibir porque trascienden la duración de una generación o de muchas generaciones, son los cambios climáticos diacrónicos para cuyo conocimiento debemos recurrir a la historia geológica de la Tierra y, la arqueología, en su momento.

El clima, pues, no es estable, y su alteraciones, cambios o modificaciones son constantes.

Conocida la historia geológica de nuestro planeta ¿podemos saber si nos encontramos dentro de uno de los periodos que cíclicamente se producen o se trata de algo anormal y desconocido? Veamos.

Hacia el 10.000 a. de C. cesó la última glaciación, la conocida como Edad del Hielo y entramos en una fase interglaciar, la Neotermal u Holoceno, en la que nos encontramos. Se caracterizó por el aumento gradual de la temperatura; la retirada de los hielos, cuyo casquete polar ártico alcanzó hasta media Europa en su momento de mayor expansión, hasta el punto de que toda la Península Escandinava, las Islas Británicas y buena parte del norte de Francia, Países Bajos, Polonia, etc. estuvo bajo el hielo, mientras extensos glaciares ocupaban los Pirineos, el Sistema Central y la Cordillera Cantábrica; disminución progresiva de las precipitaciones, con etapas de intensa sequedad y, naturalmente, cambios en el paisaje vegetal, animal y humano, profundos cambios tecnológicos, económicos y sociales en las comunidades humanas y un etcétera extenso.

Progresivamente la acción humana, mediante las nuevas tecnologías y a través de su constante aumento demográfico, ¿se han situado en disposición y con posibilidades suficientes para influir decisivamente en el sistema? La respuesta a esta pregunta es clave para dar o quitar la razón a los "algoreros". Daremos más datos en próximos artículos.