» Baúl de autor » Josep Miró i Ardèvol
Elogio del Opus Dei
ETA ha vuelto a atentar de una forma bárbara y lo ha vuelto a hacer en la Universidad de Navarra, del Opus Dei. El hecho de que una organización terrorista se dedique a poner bombas en la universidad indica el grado de bestialidad de sus miembros: la voluntad de matar a gente joven absolutamente inocente, y hacerlo de manera indiscriminada.
Si todo terrorismo es condenable, el de este tipo solamente puede incitar además a la repugnancia. Ante él se alza la respuesta ecuánime de muchas de las personas que se vieron envueltas en el peligro, como la de aquel profesor que tenía el valor moral de recordar el valor del perdón «en esta universidad nos enseñan a perdonar» —decía— al tiempo que reclamaba el ejercicio de la justicia.
La universidad del Opus Dei en Navarra es uno de los grandes motores de esta comunidad, no solo por su excelencia en el ámbito del conocimiento, sino por sus efectos directos e inducidos sobre la economía. Es un gran recurso del pueblo navarro, con independencia de cómo piensen y crean. Al atacarla están atacando la raíz de este bien. Quizás por esto lo hagan.
Pero también uno debe preguntarse por qué este empecinamiento en actuar contra esta universidad del Opus Dei. Y entonces, ahí también pueden aparecer razones de otra índole ideológica. Por distintas razones el Opus Dei viene siendo objeto de ataques, —evidentemente no del terrorismo material que mata los cuerpos— en el ámbito de los medios de comunicación, del entretenimiento. El Código Da Vinci es un ejemplo de ello; el más cercano en el tiempo lo tenemos en la película Camino, una muestra de cómo la mezcla entre el odio a una institución y el oportunismo comercial, se alían.
Por eso deseo hacer un elogio del Opus Dei, porque es injustamente atacado. Su papel en el ámbito de la Iglesia es central. En algunas comunidades es simplemente decisivo. Pero más allá incluso, sus miembros son generadores de grandes beneficios para la sociedad. La razón es muy simple: forma personas con capacidad de servicio y exigencia del trabajo bien hecho. Su vía de la santificación a través de la vida cotidiana comporta ambas actitudes. No importa lo que hagas o de qué hagas, entrégate a ello, hazlo bien.
Padres y madres de familia ejemplares en un momento donde esta institución imprescindible socialmente valiosa, se encuentra fuertemente dañada. Profesionales honestos y preparados, científicos brillantes e incansables. Está por escribir, y lo digo desde fuera, un balance de lo que el Opus Dei ha venido aportando a la Iglesia, y sobre todo, más allá de ella, a nuestra sociedad.
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