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La evolución: mitología y realidad

Hay realidades que parecen mitos y mitos que parecen realidades. paras desentrañar cual es cual, se precisa de pruebas.

Godofredo Guillermo Leibnitz añadió a los principios lógicos fundamentales de Aristóteles, el Principio de Razón suficiente, que se aplica a la recopilación de pruebas. Leibnitz propone que el número de demostraciones probatorias no tendrá que ser infinito ,sino suficiente, para descartar o nulificar los argumentos en contra, para saber si algo contiene todos los fundamentos de certeza.

En el caso de la Teoría de la Evolución, pocos advierten que la Sagrada Escritura es evolucionista, para admitirla dentro de una misma especie. Imposible sería pensar que en el Arca Bíblica , dadas sus dimensiones, pudiesen caber todas las variedades de felinos, cánidos, equinos etc.

Se entiende que se trataba de prototipos de cada especie, de las cuales derivarían todas las clases y subclases que hoy conocemos, así como las distintas etnias humanas.

La Genética entiende este proceso a través de la dominancia o recesividad de los genes y acumulacion o desaparición de rasgos a través de la reducción cromosomática , que explican las diversidades de plantas y animales de la misma especie y el modo como el hombre o el medio propician o eliminan especímenes con rasgos determinados. Explícanse así tanta diveridad en la flora y en la fauna ,dentro de una misma categoría biológica.

El problema sobreviene cuando se trata de explicar el salto de una especie a otra, que es lo que propuso Charles Darwin.

Darwin extrapoló sus observaciones de variedades de pájaros, como los pinzones, o insectos, como la polilla del abedul, a la suposición tremenda de hacer descender los mamíferos de los reptiles ,o los hombres de los simios.

Como esto había que demostrarlo, se empezaron a allegar muestras de fósiles de toda clase de animales así como de simios con parecido humano.

Lo que nunca se han encontrado son los eslabones entre estas ramas.

El arqueoptérix, supuesto eslabón entre reptiles y aves, es un pájaro, no un medio reptil, incluso es muy parecido al hoatzin que vive aún en América del Sur, el paleohipo, supuesto ancestro del caballo, es un hirácido que vive en Asia , el celacanto, pez pulmonado, supuesto eslabón entre pez y batracio, ha sido hallado vivo desde hace varias décadas, Lucy supuesta mona ancestra nuestra, es un bolobo, raza de chimpancés africanos.

El pitecántropos erectus es la reconstrucción arbitraria de una calota de orangután y un fémur humano, hallado a cien metros de distancia de esta, el sinántropo es una serie de vaciados con trozos de huesos simianos alegados humanoides ,cuyos originales nadie sabe de su paradero, el eoántropo, un craneo de aborigen adosado a una mandíbula de chimpancé con colmillos limados y todo ello bañado en sulfuros para simular antiguedad, el ¨"hombre de Nebraska" un simple colmillo de pecarí alegado como humano y el zinjántropo, el homo erectus, y todos los hallazgos de los Leaky y los Johanson, son de diversas clases de simios aparentemente extintos, que poco o nada prueban sean ancestros nuestros.

En cuanto a los fósiles de Fontechevade, Swanscombe y todos los Neanderthalensis, del mismo modo que los Grimaldi o los Cromagnon, son todos tan humanos como nosotros, aunque algunos mas feos,pero no nos sorprenderían a nadie, si los viésemos ataviados a la moda, paseando por Paseo de la Reforma, o la Avenida Juárez , o por Tepito, en el peor de los casos.(U ocupando alguna curul)

Como me lo ha explicado en lo personal el Dr. Raúl Leguizamón, el mas ilustre conocedor en lengua hispana sobre la pretendida evolución humana " De nada sirven las comparaciones anatómicas de esos hallazgos ,en tanto no se descubra o conozca un mecanismo de transición del mono al hombre y este nunca lo encontrarán, porque simplemente no existe."

El principio de razón suficiente podría ser colmado aquí, pero existen muchos mas argumentos para demostrar que la evolución no sólo es un mito, sino muchas veces , un fraude.

Seguiremos tratando este tema en artículos posteriores, Dios mediante.