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Ouija, ¿en busca de una experiencia espiritual?
Espiritualidad y realidad desviada por la ouija
La brujería adquiere reconocimiento público ante la crisis económica y hasta se recurre a la ouija como asidero para salir de la mala situación financiera... En pleno Wall Street se han visto a corredores, brockers e intermediarios recurriendo a este demoníaco aparato...
La atracción de un fenómeno pagano
La brujería cada vez aparece más abiertamente en Holanda. Un tribunal holandés ha dictaminado que los costos de las lecciones de brujería pueden tener deducción en los impuestos.
El tribunal de distrito de Leeuwarden confirió el derecho legal a sustraer los costos de la enseñanza —incluyendo a la brujería— de la declaración de la renta. Éstos pueden ser sustanciales, según una bruja entrevistada.
Margarita Rongen gestiona la Granja de las Brujas en una provincia del norte. Sus talleres cuestan más de 200 dólares por fin de semana, y más de dos mil 600 dólares por un curso completo. Rongen declara que ha entrenado a cientos de discípulos en las últimas cuatro décadas.
En Inglaterra, la prisión de Kingston en Portsmouth ha empleado a un sacerdote pagano para dar consejo espiritual a tres internos que cumplen sentencias de por vida. Los presos se han convertido al paganismo y, según las normas de la prisión, se les permite un capellán de la misma forma que a los cristianos o a otros credos religiosos. Negarles un capellán pagano podría infringir sus derechos humanos, declara John Robinson, director de la prisión.
El Times de Londres informa que se permitirá a los sacerdotes paganos utilizar vino y varas en las ceremonias llevadas a cabo en las cárceles. El Times observa que, bajo instrucciones enviadas a los directores de prisión por Michael Spurr, director de operaciones del servicio de prisiones, se permite a los internos que practican el paganismo, contar con una vestidura sin capucha, incienso y una pieza de joyería religiosa entre sus pertenencias personales.
Se dio a los directores una guía completa sobre paganismo, basada en información facilitada por la Pagan Federation. También se permitirá a los presos practicar el paganismo en sus celdas, incluyendo la oración, el canto y la lectura de textos y rituales religiosos. No se sabe cuántos prisioneros paganos hay en las cárceles de Inglaterra y Gales.
La práctica de la brujería atrae a un creciente número de personas, especialmente a mujeres jóvenes. Un intento reciente de comprender su atractivo es el libro Wicca's Charm (El Encanto de la ouija).
La autora es la periodista Catherine Edwards Sanders, y el libro fue fruto de un artículo que le encargaron para una revista. Aunque inicialmente no se tomó en serio la ouija, durante sus investigaciones Sanders llegó a apreciar que un hambre espiritual genuina llevaba a la gente a las prácticas neopaganas.
Sanders, quien se profesa cristiana, define a la ouija como una «religión politeísta neopagana de la naturaleza, inspirada por varias creencias occidentales precristianas, que tienen como su deidad central a la Diosa Madre, y que incluye el uso de magia herbaria».
El libro, que se limita a examinar la situación en Estados Unidos, admite que es difícil estimar el número de los adheridos a la ouija. Ella cita una estimación de un grupo, el Covenant of the Goddess, que dice que hay 800 mil paganos adheridos a esta práctica en Estados Unidos.
La ouija se compone de muchos elementos diversos, con todo, Sanders identifica algunas creencias comunes entre sus seguidores. Éstas son: todos los seres vivientes tienen igual valor, no tienen un lugar especial y no están hechos a imagen de Dios; quienes se adhieren a la ouija creen que poseen el poder divino dentro de ellos mismos y que son dioses o diosas.
Creen que tienen un propio poder, que la persona no se ve limitada por ninguna deidad; y su conciencia puede y debe ser alterada a través de la práctica de un rito y del ritual. Lo que es importante para ellos, explica Sanders, es la experiencia de una realidad espiritual desviada.
En realidad, es una sed de espiritualidad que reduce a las personas a una mera satisfacción egocéntrica de creerse dioses y centros del universo a través de un mero instrumento de superstición y no de la verdad o un cuerpo de conocimientos.
No hay ortodoxia, texto definido o creencias base. Y, aunque tiene raíces antiguas, Sanders observa que la práctica se ve atraída por la modernidad, puesto que puede ser moldeada para adaptarse a los deseos del consumidor espiritual.
Hacer hechizos es otro elemento clave de la ouija, pero Sanders observa que de todas las personas adheridas con las que habló, ninguna entró para utilizar hechizos para dañar a otras personas. La mayoría la eligen porque no están satisfechos con las iglesias y religiones organizadas, y están buscando una experiencia espiritual que no pueden encontrar en otro lugar.
Ouija verde
Otro rasgo común en la ouija es el vínculo con el medio ambiente. La vida moderna ha perdido su conexión con la tierra, explica Sanders, y la ouija, con su énfasis en la naturaleza, los calendarios de las estaciones y las celebraciones ligadas al cambio de estaciones, es una forma de recobrar esta conexión, como también de espiritualizar la relación con la tierra. Muchos de sus seguidores también rechazan la cultura consumista materialista.
Los grupos paganos y de la ouija han estado presentes en algunas de las protestas antiglobalización de los últimos años. Sanders describe algunas de las ceremonias de las que fue testigo durante el Foro Económico Mundial reunido en Nueva York. Llamaban la atención sobre asuntos tales como el daño medioambiental, el bienestar de los animales, y la preservación de la pureza del agua.
El aspecto ecológico de la ouija considera la inspiración en parte de la espiritualidad conocida como Gaia. Gaia era la diosa de la tierra de los antiguos griegos, y en los círculos neopaganos se ha transformado ahora en la idea de la tierra como un organismo vivo, también llamado Gaia.
El feminismo es otro elemento importante de atracción de las personas. Sanders observa que las mujeres pertenecientes a la ouija sienten que las iglesias cristianas las tratan como ciudadanas de segunda clase, limitadas a enseñar en la escuela dominical.
Estima que cerca de dos tercios de los neopaganos en Estados Unidos son mujeres. Muchas de ellas practican alguna forma de adoración a una diosa, normalmente en forma de una diosa madre, que es una metáfora de la tierra. Los rituales de la ouija también ponen de relieve el concepto de potenciación, y se concede un papel de respeto a las funciones biológicas femeninas.
A esto se añade la creencia de que lo que están haciendo los actuales creyentes en la diosa es reclamar la herencia de un mundo primitivo en el que dominaba una sociedad matriarcal pacífica. Este «mito matriarcal» carece de cualquier evidencia histórica, observa Sanders, pero es una afirmación que se repite comúnmente.
De hecho, ella dedica una sección de su libro a explicar cómo los rituales y los conjuros de la ouija no tienen raíces anteriores al año 1900, y son el resultado de invenciones y adaptaciones de un grupo de hombres, especialmente de Aleister Crowley y Gerald Gardner.
Lejos de ser un renacimiento de cierto paganismo antiguo o sociedad matriarcal, la ouija es una invención moderna masculina.
Hambre espiritual
El deseo de experimentar la espiritualidad de forma más directa e intensa es otro factor de atracción de la ouija. Algunas chicas adolescentes, observa Sanders, están insatisfechas con la cultura superficial adolescente y buscan algo que dé un significado más profundo a sus vidas.
Pero, en vez de volverse a la religión tradicional para satisfacer esta necesidad, un creciente número experimenta con la ouija. Sanders sostiene que en parte esto es culpa de algunas iglesias, que han perdido de vista el mundo espiritual y la realidad de una relación con Cristo y la inundación del Espíritu Santo, reduciendo sus actividades sólo a un ejercicio social.
Algunas iglesias proporcionan poco en cuanto alimento serio para las mentes inquisitivas adolescentes, especialmente para las femeninas. Otro factor que lleva a las adolescentes a acercarse a la ouija en lugar de al cristianismo, es el deseo de rituales y ceremonias.
La cultura eclesial moderna, observa Sanders, ha reducido la importancia de los rituales religiosos y las celebraciones solemnes, llevando a la gente a buscar alternativas que ofrezcan experiencias sobrenaturales más tangibles.
Afirma que sus investigaciones la han hecho apreciar más el hambre espiritual que lleva a la gente a experimentar con la ouija. Al mismo tiempo, sostiene que el cristianismo ofrece todo lo que los neopaganos buscan: un mensaje verdadero hace dos mil años y válido todavía hoy.
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