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«Algoreros» y el cambio climático:el caos que viene y cambio climático (II): 4.500 millones de años para nada

La historia geológica de la Tierra es un proceso mágico que conduce, desde el caos más absoluto, al orden más perfecto, a la maravilla de la vida en todos sus aspectos, tanto la vegetal como la animal y, al final del proceso, al ser vivo más perfecto conocido, el humano, hombres y mujeres en la cima de la construcción. Lo que más sorprende y maravilla de la perfección de la construcción es que tenga la capacidad para rehacer el proceso, para ordenarlo y reestructurarlo, lo que puede hacer con la inteligencia que desarrolla su cerebro, que es la joya, el diamante, la corona de la vida.

La historia, pues, de todo este proceso equivale al conocimiento de la aparición, evolución y mecanismo de cambio del sistema de los cuatro elementos que hemos descrito en el artículo anterior, el primero con el que comenzamos a tratar el tema.

Recordemos, tierra, aire, agua y fuego. Primero fue el fuego, luego la tierra, mucho después el aire y el agua casi al mismo tiempo.

4.500 millones de años nos separan desde que se formara la Tierra, trece mil millones de años después del big bang inicial. Conglomerados de gases y chatarra espacial que se aglutinaron y comenzaron a girar unidos.

En este gigantesco montón de años, los geólogos, es decir los historiadores de la vida antes de la aparición de los humanos, ya que cuando estos se levantan cogemos el relevo los arqueólogos, han establecido las etapas de todo el proceso, etapas que en las sencillas enciclopedias de nuestra juventud se describían someramente como cuatro eras, Primaria, Secundaria, Terciaria y Cuaternaria, descripción que hoy en día es un poco más complicada pero que en esencia viene a ser lo mismo.

La mayor duración corresponde a la primera, la conocida como Precámbrico actualmente, ocupa casi todo el tiempo, 4.000 millones y es la menos conocida , se organizan el fuego y la tierra y los elementos que los componen; se va estabilizando el soporte material de la vida, el barco y su cubierta que permitirá navegar por el espacio y el tiempo.

El hecho más destacable es la aparición de los primeros indicios de vida, hace 3.800 millones años, 700 millones después de la formación, vida en precario todavía porque en la atmósfera sólo hay dióxido de carbono, el famoso CO2, azufre y nitrógeno.

Habrá que esperar 4.000 millones, pues, para que aparezcan las primeras formas de vida pluricelulares en el Cámbrico, hace unos seiscientos millones de años, hay oxígeno, lo que permite la vida marina. Ha sido posible por el enfriamiento de la Tierra y la condensación del vapor de agua de origen volcánico, se forman los océanos.

Durante el Carbonífero, del que nos separan solamente 360 millones, ya con los océanos constituidos, aparece la vida animal y vegetal allí.

La era o etapa siguiente es, sin embargo, la más agitada, la más divertida, el Secundario o Mesozoico es la era de los dinosaurios, de los reptiles que dominaban el planeta, tanto en tierra como en el agua y en el aire, especialmente en el Jurásico, que, con el Triásico y el Cretácico, cubre todo el periodo, y en su momento final se extinguieron los dinosaurios, salvo el cocodrilo, sus primos hermanos y otros que, por su facilidad de adaptación a medios diversos, han logrado sobrevivir hasta nuestros días.

Las causas de su extinción no se conocen con exactitud, proponiéndose varias, entre ellas la caída de meteoritos gigantescos, como el del Yucatán y golfo de México, la actividad volcánica, etc., aunque, entre todas ellas, nos quedamos con la que sugiere que el gran consumo de vegetales por los gigantescos diplodocus y su consecuente digestión provocó la emisión de grandes volúmenes de gas metano, CH4, el cual, afectando a la existente capa de ozono, ocasionó su degradación, el calentamiento excesivo y, consecuentemente, su extinción.

Aunque, como no hay mal que por bien no venga, la extinción permitió el desarrollo de los mamíferos, hasta ese momento paralizado por la voracidad de los saurios depredadores.

Si hubiera sido así no cabe duda de que la capa de ozono se regeneró una vez que cesó la emisión del gas letal.

Al final del Secundario, hace 65 millones de años, se detecta ya un cambio climático, con temperaturas cálidas y suaves, desaparece el hielo de los polos y se inunda un tercio de las tierras actuales por ascenso del nivel marino.

Empieza ahora el baile maldito de los ascensos y descensos del nivel de las aguas de los mares y océanos, que ya no parará y con el que nos amenazan los algoreros. Veremos ese baile posteriormente.