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Viejo como el Evangelio...
Dice San Josemaría[1], refiriéndose al Opus Dei, que es «viejo como el Evangelio y como el Evangelio nuevo» en el sentido exacto de lo que eso significa y que no es otra cosa sino que la función de tal obra se apoya, exactamente, en lo que las Escrituras Sagradas indican.
Pues bien, haciendo aplicación extensiva de las palabras del Fundador del Opus Dei, en el proceder a favor de los hermanos en la fe, de aquellos que se han apartado e, incluso y sobre todo, de los que no tienen conocimiento de Dios, de su Hijo Jesucristo y de la Esposa de éste, la Iglesia es algo que, desde los mismos primeros tiempos, ha venido siendo una actividad digna de tener en cuenta.
Para tales menesteres, la Conferencia Episcopal Española tiene, por decirlo así, un fondo económico denominado Fondo Nueva Evangelización (FNE).
No es eso cosa nueva. Ya san Pablo había hecho algo parecido, cuando llevó la colecta recogida a los hermanos de Jerusalén porque, aunque fuera destinado a los pobres de las comunidades de la ciudad Santa lo bien cierto es que, al fin y al cabo, no era, sino, el ejercicio directo de la Palabra de Dios y, por eso, el Evangelio en estado puro[2].
Por eso, Benedicto XVI[3] dejó dicho que la «evangelización debe tener la precedencia; que es necesario hacer que se conozca, se ame y se crea en el Dios de Jesucristo». Añadimos nosotros que sea, tal realidad, tanto desde el punto de vista teórico como práctico.
La misión, fundamental, de ese Fondo, se resume en lo siguiente
- ayudas a la formación pastoral de sacerdotes, religiosas, catequistas o agentes de pastoral;
- construcción y restauración de templos y salones para uso pastoral;
- construcción y restauración de monasterios;
- ayuda a los seminarios diocesanos;
- adquisición de biblias, catecismos o materiales pedagógicos para la catequesis;
- ayudas a bibliotecas especializadas en temas religiosos;
- adquisición de vehículos y otros medios de locomoción para los misioneros que trabajan en zonas de difícil acceso;
- adquisición de utensilios litúrgicos para las celebraciones.
Y es que es fácilmente apreciable la sustancia, digamos, de las oblaciones que integran el FNE. Por eso, desde 1997, el FNE ha subvencionado 1.065 proyectos pastorales con más de 12 millones de euros y el año pasado, 2007, aprobó 69 ayudas para otros tantos proyectos.
Pero esto son, efectivamente, cifras que, por decirlo así, pueden parecer algo frías y que si nos acercamos a la razón de las ayudas, al verdadero ser de las mismas, veremos las cosas como, en realidad, son.
A este respecto, el Santo Padre[4] dijo algo que clarifica bastante lo que hemos de entender por esto: «Nueva evangelización significa no contentarse con el hecho de que del grano de mostaza haya crecido en el gran árbol de la Iglesia universal, ni pensar que basta el hecho de que en sus ramas pueden anidar aves de todo tipo, sino actuar de nuevo valientemente, con la humildad del granito, dejando que Dios decida cuándo y cómo crecerá».
Y esa valentía en el actuar es lo que, en definitiva, lleva al FNE a fijar su mirada en aquellos aspectos que, como los citados arriba, son absolutamente necesarios para que la Evangelización se haga efectiva y que, desde aquellos primeros tiempos de transmisión del Evangelio, se siga llevando a cabo sin menoscabo de la fe sino, al contrario, con el hecho mismo de poner el acento en lo que, verdaderamente, significa.
Porque, además, el lema del FNE es «Compromiso de esperanza» porque, en realidad, esa virtud es la que ha sostener la actuación de los hijos de Dios en todas las circunstancias. Y difíciles son aquellas por las que pasan los lugares y personas a las que se destina la ayuda que, con las voluntades sumadas de cristianos conscientes de la importancia de las mismas llegan a los más diversos lugares el mundo para sostener la fe en todas las formas posibles.
Así, la construcción de 5 capillas en Tsiroamandidy (Madagascar), la construcción de la catedral en la diócesis de Karakanga (Kazajstán), la formación de catequistas en R.D. del Congo, la construcción del Templo Parroquial «Jesús Solidario» en Trujillo (Perú) o, por finalizar esta relación, la colaboración en la terminación de la Iglesia Parroquial de Dorma en la India son algunos ejemplos de lo que, en compañía de la fe puede hacerse.
Nos va en ello la fraternidad e, incluso, el mismo sentido de la fe.
Por eso, también, el Fondo Nueva Evangelización es tan viejo como el Evangelio y como el Evangelio nuevo.
Y que así siga, al menos, hasta el fin de los tiempos.
Notas
[1] En «Conversaciones», 24
[2] «Mas, por ahora, voy a Jerusalén para el servicio de los santos, pues Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta en favor de los pobres de entre los santos de Jerusalén», dice en la Epístola a los Romanos, en el capítulo 15, versículos 25-26.
[3] En la Homilía en la explanada de la Nueva Feria de Munich, el Domingo 10 de septiembre de 2006.
[4] En Conferencia pronunciada en el Congreso de catequistas y profesores de religión en Roma, el 10.XII.2000 titulada «La nueva evangelización».
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