» Baúl de autor » Marosa Montañés

Todo un Ministro presenta las medidas de la mujer

Tiene mucha gracia ver al Ministro de Sanidad, Bernat Soria,—por cierto candidato socialista por la provincia de Alicante en las próximas elecciones generales—, presentar las tallas que usamos las mujeres españolas y las diferentes modificaciones que sufre nuestro cuerpo a lo largo de los años; lo de menos, es que seamos campana, diábolo o cilindro, porque lo importante es que exista una proporción y no una obsesión enfermiza y preocupante por la gordura o la delgadez. Está bien que conozcamos cómo cambia el cuerpo de las personas, hombres o mujeres, porque toda información debe ser bien acogida, y a continuación procesarla de acuerdo con el sentido común y con el sentido del humor, según los casos.

Pero lo que no es de recibo es ver en imagen, al ministro Bernat Soria en semejante rueda de prensa o presentación del informe sobre las tallas de la mujer española, porque necesite chupar cámara cómo sea y ésta sea una ocasión adecuada. Pienso que los cargos públicos están para otra cosa, están para gobernar y existen para facilitar la vida a los ciudadanos, a los que les han votado y también a los que no, porque en eso consiste ser demócrata. Pero de ahí a concretar números de dimensiones o contornos, hay un abismo: me preocupa este señor porque o se deja aconsejar por personas con escaso criterio periodístico o está tan desesperado por alcanzar triunfos en esta carrera electoral, que todo le da lo mismo con tal de llegar el primero a la meta.

En esta vida lo mejor es enemigo de lo bueno y si aceptamos esta premisa, quizá nos convenga recordar algo elemental: para acertar en la diana hay que recorrer la senda del realismo, y ser feliz con la talla que a uno le corresponda; eso si, de acuerdo, con la dieta mediterránea, con el ejercicio físico diario —si es en un gimnasio, todavía mejor—, y con la ropa de una medida adecuada a nuestras dimensiones, sea la que sea. De lo contrario las mujeres nos volveremos anoréxicas en las ideas o bulímicas en los despropósitos.