» Leyendas Negras » Pío XII y el Nazismo
Nosotros también recordamos: Pío XII
Pío XII ha sido insultado, zaherido, puesto en mal lugar y, sobre todo, acusado de complicidad con aquel régimen político que quería que el pueblo judío pasara a la historia como si nunca hubiera existido.
Sabemos que era, exactamente, el régimen nazi que gobernó Alemania en los años 30 y algunos de los 40 del siglo pasado.
Sin embargo, y gracias a Dios, no todo se ha perdido.
A pesar de lo dicho por personas que tenían, sobre todo, la intención de perjudicar a la persona de Eugenio Pacelli (luego Pío XII) una cosa es lo que se ha dicho y otra, muy distinta, la verdad.
Lo que se ha dicho
Sobre aquel pontífice que fue elegido para tal función el 2 de marzo de 1939 se difundieron, ya desde la época nazi alemana, infundios que, posteriormente, se agrandaron por la intervención de servicios secretos extranjeros (rusos, para más concreción) con la malsana intención de hacer pasar al Papa por quien no era.
Sin embargo, Antonio Gaspari[1], en su libro «Los judíos, Pío XII y la Leyenda Negra: Historia de los Hebreos salvados del Holocausto» dice que «la elección del cardenal Pacelli no es aceptada con gusto por Alemania porque siempre se ha opuesto al nazismo».
Tal expresión fue recogida en el BerlinerMorgenpost, 3 de marzo de 1939, justamente un día después de la elección.
Por tanto, resulta difícil entender cómo es posible que una persona que «siempre se ha opuesto al nazismo» pueda ser, a la vez y siendo la misma persona, a favor del mismo régimen por el que no tenía especial predilección.
Para más abundancia, el semanario comunista La Correspondance Internationale escribió, sobre Pío XII, que había sido «Llamado a suceder a quien había opuesto una enérgica resistencia a las concepciones totalitarias fascistas, que tienden a eliminar a la Iglesia católica, el más directo colaborador de Pío XI, los cardenales han hecho un 'gesto significativo' poniendo al frente de la Iglesia a 'un representante del movimiento católico de resistencia'".
Pero no parecía suficiente con esto.
Es ya más que conocido que el KGB ruso urdió una campaña en contra de Pío XII y que el que fuera espía de tal organización, Ion Mihai Pacepa lo reveló en el año 2007. Así se hizo pasar a Pío XII por, digamos, casi, colaborador del régimen nazi.
Sobre esto no hay que decir que, entre cierto tipo de personas muy contrarias a la Iglesia católica (que, en realidad, es contra quien se elaboró tan maléfico plan) se hicieron eco de tales noticias y, hasta el día de hoy, año 2008 (muchos años después de aquello difundido) aún quedan resquicios por donde se cuelan tales mentiras.
La verdad
El 9 de febrero de 1934, el Papa Pío XI (siendo Eugenio Pacelli secretario de Estado) incluyó en el «Índice» de libros prohibidos del Vaticano uno titulado «El mito del siglo XX» cuyo autor era Alfred Rosemberg, a la sazón ideólogo del partido nazi.
¿Qué razones concurrían para que se produjera tal inclusión?
Las siguientes: «Este libro desprecia y rechaza completamente todos los dogmas de la Iglesia católica, e incluso los mismos fundamentos de la religión cristiana —explica el documento—. Defiende la necesidad de fundar una nueva religión y una nueva Iglesia alemana. Enuncia el principio, según el cual, hoy es necesario que haya una nueva fe mítica de la sangre, una fe en la que se cree que la naturaleza divina del hombre puede ser defendida a través de la sangre, una fe apoyada por una ciencia que establece que la sangre nórdica representa ese misterio que supera y que se sustituye a los antiguos sacramentos».
Y esto no parece manifestar, precisamente, un acuerdo exagerado con el régimen de Hitler. Es más, es exactamente todo lo contrario lo que es verdad. Por eso resulta un tanto extraño que la misma persona, Eugenio Pacelli, que era el cargo de confianza, digamos, más cercano a Pío XI cuando se produjo la inclusión del libro nazi entre los prohibidos del Vaticano, luego cambiara de rumbo espiritual para favorecer a los mismos que, antes, había tratado de hacer olvidar.
Pero para que la verdadera situación de Pío XII no quedara como algunos querían que quedara, la Comisión para las Relaciones Religiones con el Hebraísmo, publicó, en 1998, el documento titulado «Nosotros recordamos: una reflexión sobre la 'Shoah'»
Bien sabemos que el término «Shoah» viene a significar, para el pueblo judío, el Holocausto que sufrió tal pueblo en aquellos terribles años del régimen nazi. Por eso, tal reflexión lleva a pensar que las cosas no son como quieren que pensemos que fueron.
Dice, por ejemplo que, «El pueblo judío, al dar su singular testimonio del Santo de Israel y de la Torah, ha tenido que sufrir mucho en diversos tiempos y en numerosos lugares. Pero la Shoah fue, ciertamente, el peor sufrimiento de todos. La crueldad con que los judíos han sido perseguidos y asesinados en este siglo supera la capacidad de expresión de las palabras. Y todo ello se les hizo por el mero hecho de que eran judíos»[2]
No se manifiesta, aquí, nada que sea favorable al régimen nazi sino todo lo contrario.
Además, «La Shoah fue obra de un típico régimen neopagano moderno. Su antisemitismo hundía sus raíces fuera del cristianismo y, al tratar de conseguir sus propios fines, no dudó en oponerse a la Iglesia, incluso persiguiendo a sus miembros»[3]
Por tanto, también el régimen nazi odiaba a la Iglesia católica y no es entendible que, en tal caso, Pío XII, beneficiara, en algo, al mismo.
Pero, al fin y al cabo, lo que viene a demostrar que, en realidad, todo es, justamente, al contrario de lo que se ha dicho sobre Pío XII es lo siguiente: «No se debe olvidar a los que ayudaron a salvar al mayor número de judíos que les fue posible, hasta el punto de poner en peligro su vida. Durante la guerra, y también después, comunidades y personalidades judías expresaron su gratitud por lo que habían hecho en favor de ellos, incluso por lo que había hecho el Papa Pío XII, personalmente o a través de sus representantes, para salvar la vida a cientos de miles de judíos (16). Por esa razón, muchos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos fueron condecorados por el Estado de Israel»[4].
Gracias a Dios, podemos decir, la realidad es como es y no como muchos querían que fuese. Gracias a Dios, nosotros también recordamos.
Notas
[1] Los datos recogidos del libro de Antonio Gaspari han sido obtenidos en www.conoze.com, concretamente en el apartado Leyendas Negras - Pío XII y el Nazismo
[2] Apartado II del citado documento.
[3] Apartado IV del citado documento.
[4] Ídem anterior.
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