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Institutos Superiores de Ciencias Religiosas

Los cristianos hemos de conocer lo que, en verdad, es nuestra fe. Para hacer tal cosa podemos acudir a varios medios, uno de los cuales es asistir a los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas.

Los ISCR fueron creados a partir de la Nota Illustrativa del 10 de abril de 1986 y la Normativa per l'Istituto di Scienze Religiose de 12 de mayor de 1987. Desde entonces han ido formando a miles de laicos y religiosos que han sembrado su corazón con la sabia doctrina de la Iglesia católica.

Ha sido ahora cuando, tras estos dos decenios de efectivo quehacer, una Instrucción sobre los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas que entrará en vigor en el curso 2009-2010, ha venido a impulsar tal instrumento de formación.

Pero, bien podemos preguntarnos por las razones que nos impulsan a conocer mejor nuestra fe en el mundo de hoy.

Razones para conocer la fe

Digamos que la situación actual por la que pasa la fe entre, por ejemplo, las naciones que se hacen llamar occidentales, no es, precisamente, demasiado buena. Vamos que es, directamente, nefasta (en el justo sentido de la expresión, algo contrario a lo justo religioso)

Bien sabemos que la necesidad de defensa de la fe nos obliga a alcanzar, digamos, un conocimiento de la misma con la que podamos hacer frente a las asechanzas que, de diversas formas, sufre nuestra creencia en Dios y el amor que, hacia la Santa Madre Iglesia, manifestamos con gozo en lo que representa.

Por eso nos deberíamos ver en la obligación de hacernos con los conocimientos adecuados con los que fundamentar lo que se fundamenta por sí solo pero que, en ciertas ocasiones, se tergiversa por aquellas personas que, no creyendo lo más mínimo en Dios y, mucho menos, en la Esposa de Cristo, no cejan en su ataque.

Cómo conocer la fe

Evidentemente, cualquier católico puede hacerse con unos medios de formación (digamos, de forma autodidacta) con los que constituir un cuerpo de materiales que le llenen el espacio que, en el corazón, ocupa el saber de Dios. Cualquiera puede, por tanto, acercarse a la misma red de internet donde existe más que suficientes instrumentos para alcanzar tal realidad espiritual suficientemente cumplimentada. O no hacer nada de esto pues, para eso, es libre por donación de Dios.

Sin embargo, existe otra posibilidad que la Iglesia católica ofrece y que es el objeto de este artículo.

Dice la Instrucción citada arriba que «Con el Concilio Ecuménico Vaticano II se ha intensificado entre los fieles — laicos y religiosos — un vivo interés por el estudio de la Teología y de otras ciencias sagradas, para enriquecer con ellas la propia vida cristiana, ser capaces de dar razón de la propia fe (cf. 1Pe 3, 15), ejercitar fructuosamente su apostolado propio y poder colaborar con los ministros sagrados en su específica misión (cf. can. 229 §§1-2). En el período post-conciliar, mientras las Facultades eclesiásticas, que ya contaban con una larga tradición, se han conformado a las disposiciones de la Constitución Apostólica Sapientia christiana (1979), ha ido asumiendo una creciente importancia en la Iglesia la necesidad de velar por una adecuada formación de los fieles laicos, mediante modalidades específicas».

Por eso los ISCR ofrecen la posibilidad de conocer los diversos aspectos que conforman nuestra fe con la seguridad de que, con ello, nuestra labor evangelizadora será adecuada.

Así, por ejemplo, las Áreas de estudio que se ofrecen como accesibles a las personas son:

En el primer ciclo:

  • Historia de la Filosofía.
  • Filosofía sistemática.
  • Sagrada Escritura.
  • Teología fundamental.
  • Teología dogmática.
  • Teología moral.
  • Teología espiritual.
  • Teología Litúrgica.
  • Patrología e Historia de la Iglesia.
  • Derecho Canónico.

A este ciclo hay que añadir un segundo compuesto de prácticas, cursos opcionales y seminarios de estudio con lo que se completa la formación en la, digamos, ciencia de Dios, de la Iglesia y del Derecho que la contempla.

Vemos, por tanto, que ante la necesidad de conocer la fe está suficientemente cubierta a través de los ISCR.

Aprovecharla, o no, es cuestión de cada cual que puede optar bien por hacer caso omiso a la misma y dejarse vencer por la mundanidad y el relativismo o, por el contrario, dar un paso hacia delante con el que saber qué fe se tiene y, sobre todo, cómo gozar de ella mejor.

Ahora en...

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