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Tiempo para ser más libres
He podido disfrutar recientemente de conversaciones con familiares y amigos sobre la cultura del tiempo libre en nuestro país. Es un asunto que nos afecta a todos. Y es que, en nuestras sociedades desarrolladas, se extiende cada vez más el, mal llamado, tiempo de ocio.
Con cierta ilusión y perspectiva de vacaciones de verano, comentamos que entre las intensas ocupaciones de estudio y trabajo, existe un tiempo precioso en el que nos planteamos infinidad de veces: ¿Qué hacer?, ¿cómo disfrutarlo mejor?, ¿cómo conseguir un «intenso» descanso en familia o con los amigos?
Entonces, les hablé de que la Comisión de Cultura del Congreso de los diputados ha aprobado el ocio digital como cultura, y... se sorprendieron. Les hablé de los 1.454 millones de Euros que se gastan en España en video juegos —el doble de lo invertido en ira la cine, conciertos, comprar música o cine, todo junto-, y... se asustaron.
Amigas y amigos, si queremos ayudarnos unos a otros hemos de prepararnos para una sociedad donde las Tecnologías de la Información y de la Comunicación sean herramientas al servicio de un equilibrado desarrollo de todos, no una esclavitud.
Reconozcamos que cada vez dedicamos más tiempo, especialmente los más jóvenes, a video-juegos, redes sociales, foros de opinión, xats, e-mail... Por ello considero muy sensato pensar y valorar si elegimos el descanso que más nos apetece, con verdadera libertad. Ya sabemos que ser libres no es exactamente poder elegir caprichosamente. Es, más bien, ser dueños de nosotros mismos para saber ver la opción mejor, la que mejor nos conviene, y dirigirnos hacia ella.
Entendamos ese tiempo libre de descanso y ocio como maravilloso, para poder educarnos mejor en el recto uso de la libertad. A última hora, será un ejercicio de muy diversas virtudes humanas —valores puestos por obra- como son: prudencia, justicia, fortaleza, templanza, generosidad, sinceridad, lealtad, laboriosidad...
Pero, tal como está la cultura dominante en la que hemos de «navegar» en este siglo XXI, importa mucho que nosotros y nuestros hijos, amigos, familiares, conocidos..., busquemos, con determinación, desarrollarnos en una justa libertad ante los bienes materiales, adoptando un estilo de vida sencillo y austero, también en lo que respecta a las TIC.
Evitemos, pues, convertir nuestro tiempo libre en tiempo esclavo. Esclavo de hacer cada vez más cosas, cosas cada vez más difíciles, sin profundizar en las aficiones, todo cada vez más rápido, viajes cada vez más lejos... Qué bien sabemos todos que la verdadera clave, medie o no Internet, no es lo sofisticado o exitoso de una actividad: La verdadera clave estará en la conversación alegre, los detalles de servicio, el trato cordial mutuo, la «presencia» del afecto de las personas queridas.
Que no desconectemos nunca de intentar hacer felices a los demás, viviendo una vida muy real, con sus penas y sufrimientos, pero también con enormes gozos y alegrías.
¡Gran reto, gran necesidad, gran disfrute!
Del director
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