» Baúl de autor » Eleuterio Fernández Guzmán » Eleuterio - 2011

A pesar de todo

• A pesar de la indiferencia.
• A pesar del olvido que se pretende sea de Dios.
• A pesar del silencio impuesto a los símbolos religiosos.
• A pesar de lo que se ve venir sobre la nueva Ley de Libertad Religiosa.
• A pesar de Educación para la Ciudadanía, recientemente llamada en el semanario «Alba» para la Masonería.
• A pesar del arrinconamiento de la asignatura de Religión Católica.
• A pesar de la marginación de lo religioso.
• A pesar del relativismo.
• A pesar de la proliferación de ataques blasfemos contra las creencias católicas.
• A pesar del intento de difundir la idea según la cual la pederastia es el comportamiento ordinario del sacerdote católico.
• A pesar de difundir la especie según la cual la Iglesia es rica y no pone sus bienes a disposición de los pobres.
• A pesar de mantener que la Iglesia católica no es democrática como si tuviera obligación de serlo.
• A pesar de atribuir a la Iglesia católica un comportamiento misógino.
• A pesar de acusar a la Iglesia católica de no ser tolerante.
• A pesar de tratar a la Iglesia católica de involucionista.
• A pesar de pretender extraña modernización para la Iglesia católica.
• A pesar de atribuir a la Iglesia católica la persecución de las ideas llamadas progresistas.
• A pesar de querer hacer iguales a la religión católica y a cualquier otra manifestación de creencia.
• A pesar de…

Pues a pesar de todo lo aquí brevemente apuntado parece que la sociedad española no está dispuesta a transigir con aquellos que siembran tales pesares para que fructifiquen en contra de la Esposa de Cristo y, si es posible eso (que parece que no) recoger, luego, las nueces de la discordia social.

Esto lo decimos porque, como suele suceder todos los años desde que tal sistema está en vigor, la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española es de suponer que bajo el asesoramiento del encargado de tales temas económicos, Fernando Giménez Barriocanal, a la sazón vicesecretario de asuntos económicos de la misma, ha salido a la palestra de la actualidad para dar noticia de los datos relacionados con las declaraciones que, sobre la Renta, hacen los españoles por su relación con la Iglesia católica.

Esto es lo que es:

«En la última declaración de la Renta, de 2010, correspondiente al IRPF de 2009, el número de declaraciones con asignación a favor de la Iglesia Católica se ha incrementado en 65.983. El número total de declaraciones a favor de la Iglesia se ha elevado a 7.260.138 millones.

En tan solo tres años, se ha producido un aumento de casi 80000 declaraciones (exactamente 777.983).»

¿Cómo es posible que, a pesar de la que está cayendo, las cosas sean como son y no como otros quieren que sean?

Tiene que haber razones poderosas porque el ser humano, que se deja llevar muchas veces por lo que otros dicen, no permite, en un gran número de ellos, que tal cosa pase ni cuele las pretensiones nigérrimas de más de uno en contra de la Iglesia católica.

Y, claro, hay razón para que pase tal cosa.

Y es que en la citada nota de prensa dicen algo que debería hacer pensar a más de uno de los sembradores de pesares a los que hemos hecho arriba que lo que hace no está, siquiera, medio bien. Dicen lo siguiente:

«La labor religiosa y espiritual de la Iglesia, ya de por sí de gran significado social, lleva además consigo otras funciones sociales. La enseñanza; la atención multiforme a los niños, los ancianos, los discapacitados; la acogida de los inmigrantes; el socorro personal e inmediato a quienes la crisis económica ha puesto en dificultades; los misioneros en los lugares más pobres de la tierra. Todo ello surge de las vidas entregadas y de la generosidad suscitada en quienes han encontrado su esperanza en la misión de la Iglesia. Con poco dinero, la Iglesia sigue haciendo mucho por tantos que todavía necesitan tanto».

Son datos que muestran la verdad de las cosas. Por eso, a pesar de lo que muchos digan los que saben lo que pasan, es decir la gran mayoría de españoles, no pueden caer en la trampa de todo lo arriba dicho.

Por eso, precisamente por eso los datos son lo que son y no otra cosa como, seguramente, se pretendía con la implantación del nuevo sistema, digamos, recaudatorio porque se esperaba, por parte del Mal, que las campañas, de todo tipo, de descrédito, de la Iglesia católica, terminaran afectando al número de declaraciones que favoreciesen, con tal especial Fiat los intereses de la Iglesia católica.

Pues les ha salido el tiro por la culata. Eso les pasa por cargar la escopeta con balas falsas como sus mentiras.