conoZe.com » Baúl de autor » Eleuterio Fernández Guzmán » Eleuterio - 2011

Secularización

En lo religioso, aquí católico, lo mejor es ser lo más claro posible para que nadie se lleve a engaño de lo que decimos que creemos los seguidores de Cristo, rebaño de Dios pastoreado por el sucesor de Pedro.

«La secularización, que se presenta en las culturas como imposición del mundo y de la humanidad sin referencia a la trascendencia, invade todos los aspectos de la vida cotidiana y desarrolla una mentalidad en la que Dios está realmente ausente, en todo o en parte, de la existencia y la conciencia humanas»

Y, además, esto otro:

«La mentalidad hedonista y consumista predominante favorece tanto en los fieles como en los pastores una deriva hacia la superficialidad y a un egocentrismo que daña a la vida eclesia».

Ambos párrafos contiene algo de lo que Benedicto XVI entiende sobre un tema tan importante para la Iglesia católica como el de la secularización y sus efectos.

Dice el Santo Padre varias verdades que no deberíamos olvidar. Son, a saber que:

  • En realidad la secularización es una forma de ser y de actuar que la impone el mundo y su mundanidad.
  • La secularización busca, sobre todo, el fin de la trascendencia y de lo trascendente.
  • La secularización, en atención a lo dicho arriba, busca la ausencia de Dios, el olvido del Creador, hacer como si no existiera.
  • La secularización no es algo que no se note sino que, al contrario, todo lo ocupa sin dejar nada en el olvido de su acción.
  • La secularización tiene unos peones que trabajan para ella que son el hedonismo y el consumismo.
  • La secularización trae, como consecuencia de su ser, una actitud superficial ante la vida y una actitud egoísta que es algo que conviene mucho a un comportamiento débil del ser humano y, por tanto, manejable.

Sin embargo, en todo lo aquí brevemente apuntado hay algo que es grave, de una gravedad total para el catolicismo y es el hecho de que la secularización no es un fenómeno que pueda afectar, en exclusiva, a los fieles de la Iglesia católica en el sentido de que los pastores del rebaño quedaran a salvo de la misma. Esto, por desgracia, no es así sino que también puede afectar al mismo seno de la Iglesia católica.

Así lo ha dicho el mismo Benedicto XVI:

"Hoy se da el riesgo de una secularización serpenteante incluso dentro de la Iglesia, que puede traducirse en un culto eucarístico formal y vacío, en celebraciones carentes de esa participación del corazón, que se expresa en veneración y respeto por la liturgia", porque "siempre es fuerte la tentación de reducir la oración a momentos superficiales y apresurados, dejándose llevar por las actividades y las preocupaciones terrenales".

Secularización, pues, de puertas hacia dentro pero bien dentro de la Iglesia católica es lo que puede suceder y que, a lo mejor, ya está sucediendo. Por eso lo advierte el sucesor de Pedro refiriéndose, sin duda, al famoso «humo de Satanás» que intuyera Pablo VI.

No estamos, sin embargo, desatendidos los fieles por parte de nuestros pastores porque, por ejemplo, entre las Conclusiones del Foro Católico-Ortodoxo que se llevó a cabo en Rodas entre el 18 y 22 de octubre del año 2010 se dijo, por ejemplo, que, "sin puntos de referencia morales y sin un proyecto digno de la persona humana" porque entendieron que, en efecto, dejarse llevar por la secularización conlleva un evidente peligro para la fe.

Tratar, por tanto, de evitar lo trascendente es tenderse una trampa a sí mismo porque "No es posible fundamentar la convivencia sin establecer una relación con la realidad objetiva del ser humano, con la necesidad de abrirse a toda la realidad en la que está integrado, que no sólo se reduce a la búsqueda del bienestar material, sino que incluye la búsqueda del sentido de la vida, a través de una búsqueda espiritual que no termina nunca" en palabras del mismo Foro citado arriba.

Por otra parte, secularizarse, la secularización, va más allá de lo que podría ser un fenómeno pasajero y que, con el tiempo, podría olvidarse como si se tratara de una moda. Muy al contrario, sus raíces son hondas y lo son tanto que, alejando a Dios de la vida (no sólo pública sino, si es posible, privada) se está rompiendo con la relación que mantenemos con el Creador. Por eso dice el cardenal Cañizares, que «Se trata aquí de algo muy hondo que afecta al modo de ser, de pensar y de actuar, puesto que conlleva la voluntad de prescindir de Dios en la visión y la valoración del mundo, en la imagen que el hombre tiene de sí mismo, del origen y término de su existencia, de las normas y los objetivos o fines de sus actividades personales y sociales».

Al modo de ser de la persona; al modo de actuar del cristiano y, también, al modo de pensar que conlleva hacerlo en base a un determinada doctrina y, en fin, a unas creencias. Eso es lo que cambia con el secularismo. Y se cambia por nada, por un vacío que se pretende llenar con el tener frente al ser.

Secularizar, por tanto, es, al fin y al cabo, dar fin a una forma ser, de pensar y de actuar que es la que Dios quiere que sea. Por eso, toda batalla que se dé contra la secularización será, siempre, escasa pero, con toda seguridad, fructífera.

Ahora en...

About Us (Quienes somos) | Contacta con nosotros | Site Map | RSS | Buscar | Privacidad | Blogs | Access Keys
última actualización del documento http://www.conoze.com/doc.php?doc=9188 el 2011-03-14 16:01:00