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El Rito

Sinopsis

Esta es la historia del escéptico estudiante seminarista Michael Kovak, quien acude a clases de exorcismo en el Vaticano a pesar de no creer en ello y pensar que todo eso es un invento. Es entonces, durante su estancia en Roma, cuando conoce a un nada ortodoxo sacerdote, el padre Lucas, quien le introduce en el lado más oscuro de la fe. Y es que como dice el propio padre Lucas, «No creer en el diablo no te protegerá contra él».

Críticas

[Jerónimo José Martín - Cope]

Producida por los responsables de El exorcismo de Emily Rose, e inspirada en hechos reales, El rito se inicia con una cita del Papa Juan Pablo II sobre la existencia del diablo y la necesidad de combatirlo con medios sobrenaturales.

Su protagonista es Michael Kovak (Colin O’Donoghue), un joven diácono estadounidense, con dudas de fe, que es enviado al Vaticano por su director espiritual, el Padre Matthew (Toby Jones), para que asista a un curso sobre posesiones diabólicas. Enseguida, el director del simposio, el dominico Padre Xavier (Ciarán Hinds), se interesa por Michael y le pone en contacto con el jesuita Padre Lucas (Anthony Hopkins), un solitario y singular exorcista, que vive en una barriada perdida de la Ciudad Eterna, atendiendo allí mismo a personas poseídas y ayudando a otras en sus propios domicilios. Otra alumna del curso, una periodista llamada Angeline (Alice Braga), convence a Michael para que le deje acompañarle en sus espeluznantes sesiones con el Padre Lucas.

El rito adapta el libro The Making of a Modern Exorcist, del californiano Matt Baglio, que describe su participación en un curso sobre exorcismos en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, de Roma, así como las experiencias reales de otro participante, el sacerdote Gary Thomas, ahora de 53 años, párroco en Saratoga, California, y uno de los 14 exorcistas estadounidenses avalados por la Santa Sede. Baglio también comenta diversos casos de uno de los exorcistas de Florencia, y remite a otras obras sobre el tema, como el importante libro Habla un exorcista, del sacerdote romano Gabriel Amorth, editado hace años en España por Planeta Testimonio.

Al igual que otras películas recientes sobre posesiones diabólicas, este nuevo thriller de intriga y terror del sueco Mikael Håfström (El fantasma del lago, Sin control, 1408) recurre a alguna de las tópicas truculencias establecidas por El exorcista, el gran título de referencia sobre el tema. Además, el personaje protagonista está perfilado de un modo demasiado blando, plano y arquetípico, de modo que el joven actor irlandés Colin O’Donoghue –hasta ahora dedicado a la televisión– sólo logra levantarlo en la recta final de la película, cuando el galés Anthony Hopkins despliega a lo grande todo su talento, ya mostrado con sutil levedad en el resto del filme.

Él salva la película al dotar a su complejo personaje de una veracidad apabullante. De este modo, gracias a Hopkins, adquieren una fuerte entidad dramática y moral las jugosas reflexiones de la película sobre la acción del diablo frente a la Providencia Divina; sobre la fe y la ciencia –no como antagonistas, sino como complementarias–; y sobre el poder de la oración y la penitencia. También se exalta la grandeza de la vocación sacerdotal frente al gélido vacío de un escepticismo estéril y deprimente, incapaz de explicar el pecado, la culpa, el arrepentimiento, el perdón, el ansia de redención y eternidad, y en general, todas las deslumbrantes realidades trascendentes del alma humana.

[decine21]

Demonios de Roma

El sueco Mikael Håfström se labró un nombre entre los apasionados del terror, cuando dirigió en su propio país Drowning Ghost (El fantasma del lago). Luego pasó a Hollywood, donde rodó Sin control (2005) y 1408. Ahora, Håfström se supera a sí mismo con esta sorprendente cinta, basada libremente en hechos reales, y que parte del libro «The Making of a Modern Exorcist», de Matt Baglio, que trata con seriedad el tema de los exorcismos. Ejercen como productores dos especialistas en el tema, Tripp Vinson y Beau Flynn, que hicieron lo propio con El exorcismo de Emily Rose.

El guión de Michael Petroni (Las crónicas de Narnia: La travesía del Viajero del Alba) tiene como figura central a Michael Kovak, joven seminarista que duda si continuar en el camino del sacerdocio por una profunda crisis de fe. Aunque llega a presentar su renuncia, el responsable del centro donde se forma ha sido testigo de su enorme valía para ofrecer ayuda espiritual a una víctima de un accidente, y se resiste a perderle. Le envía al Vaticano para estudiar el ritual de los exorcismos, y una vez en la Ciudad Eterna, Kovak acaba al servicio del padre Lucas, un veterano sacerdote que trata de ayudar a una adolescente embarazada poseída por un demonio…

Håfström sortea a la perfección la principal dificultad de este proyecto: que el tema central está trillado, y dio objeto a la magistral El exorcista, con la que las comparaciones iban a ser inevitables. En lugar de tomar el camino fácil de la sobredosis de modernos efectos especiales, realizados por ordenador, el cineasta ha decidido jugar la carta de la verosimilitud, reduciendo la pirotecnia al mínimo. Esto desconcierta a los espectadores, y acaba teniendo efectos sobrecogedores, pues proporciona una enorme sensación de realismo, potenciada por detalles bien documentados del ritual católico (el film ha contado con el asesoramiento de Baglio, el autor del libro).

Anthony Hopkins demuestra una vez más que es único para personajes carismáticos, y la joven Alice Braga se luce como joven periodista. Sorprende especialmente por ser un auténtico desconocido Colin O’Donoghue, realmente creíble como seminarista en crisis de fe, tema que se trata con una enorme sobriedad e inteligencia.