Encontrarás Dragones: Entrevistas a Wes Bentley, Dougray Scott y Roland Joffé
Título original: There be dragons
Año de producción: 2010
País: Argentina, EE.UU., España
Dirección: Roland Joffé
Intérpretes: Charlie Cox, Wes Bentley, Dougray Scott, Unax Ugalde, Ana Torrent, Rodrigo Santoro, Olga Kurylenko, Jordi Mollà, Geraldine Chaplin, Alfonso Bassave, Derek Jacobi
Guión: Roland Joffé
Música: Stephen Warbeck
Fotografía: Gabriel Beristain
Distribuye en Cine: Aurum
Duración: 112 min.
Género: Biográfico, Drama, Épico
Fecha de estreno en España: 25 de marzo de 2011
Aprovechando su visita a Madrid para promocionar la película «Encontrarás Dragones» Maria Dolores Valdés, Directora de Participación y Relaciones Externas de CinemaNet, pudo entrevistar a dos de sus protagonistas ( Wes Bentley y Dougray Scott) y a su director (Roland Joffé). Por desgracia el tiempo es algo que pasa muy rápidamente, y debido a un problema técnico con la grabación se terminó demasiado pronto, mucho antes de lo previsto; por eso la primera entrevista resultó tan corta y se quedaron tantas preguntas en el tintero. De cualquier forma muchas gracias desde CinemaNet a todos los que lo hicieron posible y a los entrevistados por su amabilidad.
WES BENTLEY (Manolo) y DOUGRAY SCOTT (Robert)
En la película son ustedes padre e hijo, ¿Cómo se han metido en el papel cuando sus edades son similares o casi cambiadas?
(Muchas risas de ambos)
Dougray Scott: Bueno, obviamente el maquillaje y la presencia física de Manolo fue una cosa muy lograda y me ayudó como actor a tener la sensación de estar trabajando con una persona realmente mayor. Y por supuesto el gran talento de Wes y la forma en que expresó este talento en la caracterización me ayudó muchísimo, y el ver en él a mi propio padre.
Wes Bentley: Todo el trabajo que hicimos juntos, los ensayos fueron muy profundos y luego Dougray hizo un gran trabajo propio de caracterización del personaje de manera que cuando estábamos juntos yo podía ver toda la frustración y el dolor que él sentía hacia su padre.
La familia tiene importancia en la evolución de los dos personajes, ambos tienen problemas con su padre en la infancia y les falta el calor familiar. ¿Cómo vieron este tema en la película? ¿Y en la vida real?
Wes Bentley: Yo en ese sentido respecto a mi vida, tuve una infancia de mucho apoyo familiar y una relación muy estrecha con la familia, por tanto no me puedo identificar con el personaje de Manolo y la infancia que tuvo. En mi estudio del personaje me di cuenta de que a partir de esa infancia sin un afecto familiar o con escaso apoyo familiar en todo caso, se sembraron las semillas de su amargura, de su aislamiento y quizá de ser incapaz de comprender las relaciones familiares.
Dougray Scott: Cuando nací mi padre era un poco mayor, tenía ya 51 años, y mi personaje de Robert no se identifica por tanto en ese aspecto con mi propia vida, porque mi padre estuvo muy presente siempre, fue muy cariñoso y sentí siempre un gran amor hacia él. Cuando ocurre en una carrera actoral que se agota tu experiencia personal para poder aplicarla en un personaje que te toca, entonces apelas a la imaginación, la lectura o testimonios de otras personas que te permitan entrar en la situación y aquello que el personaje requiere.
La película plantea varios valores morales, como la culpa, el perdón, el amor…¿Cuál de ellos pensáis que la define mejor?
Wes Bentley: Hay muchos valores presentes en la película, y es una película muy bien hecha, por encima de lo que sería una película ideológica o política. Resalta la importancia del reconocimiento de los propios errores así como el perdón y la reconciliación, que son más importantes que la política o la ideología.
Dougray Scott: (Sonríe ante la falta de tiempo y finalmente contesta) Pienso lo mismo.
ROLAND JOFFÉ: «Esta película me ha hecho entender mejor el papel de la religión en la sociedad»
¿Se ha encontrado con problemas a la hora de hacer esta película por la polémica que San Josemaría puede suscitar? ¿Ha tenido plena libertad para hacerla?
Roland Joffé: Bueno, es complicado hacer cualquier película pero si te refieres a la controversia que pueda haber por San Josemaría, por su vida por su familia…no fue difícil, fue lo interesante. Un santo no controvertido no sería interesante, la santidad en sí ya conlleva una controversia porque va en contra de lo normal, son cosas que ha hecho un ser humano con las que otros puedan estar de acuerdo o no. Así que creo que ha sido más bien liberador.
En la película está muy presente el tema del perdón y también el de la culpa, como ya ocurría en La Misión, con la escena tan visual de Robert de Niro cargando literalmente con ella, hasta que alguien la corta. Perdonarse a sí mismo puede ser complicado…¿cómo se refleja esto en la cinta?
Roland Joffé: Bueno, pedir perdón es un hecho de gran evolución, no conozco a primates capaces de perdonar, pero todos sabemos que pedir perdón es muy difícil, al menos en mi experiencia. Es mucho más sencillo abrazar mi irritación, mi enojo, que admitir que soy humano, ellos también lo son y han cometido errores y perdonarles.
Pero si no soy capaz de perdonar entonces no podré tener libertad, y la libertad es muy importante para los seres humanos, por eso el tema del perdón es realmente importante. Especialmente en España, aunque también en todas partes, la necesidad de perdonar, de tener una reconciliación, no olvidando pero sí perdonando.
Creo que se podría plantear esta pregunta, aunque no sé cuál será la respuesta: ¿En este momento, cuando hace tantos años que acabó la guerra civil, debemos estar divididos de esta manera aferrándonos a esta división, queriendo negar que en el otro bando hubo humanidad? ¿O nos damos cuenta de que eso es ilógico y entendemos que tenemos que ver la guerra como algo orgánico que fue experimentado y vivido por seres humanos? Unos se portaron mejor, otros peor, algunos hicieron grandes actos de misericordia y otros de dolor, pero siempre fueron humanos.
Recuerdo haber visto un documental en CNN con una mujer de Ruanda, tutsi o hutu, que pedió cinco hijos en el conflicto y estaba siendo entrevistada por un periodista rubio de la CNN que comentaba que esta mujer había perdido a sus hijos en la contienda, y que el hombre que tenía delante era el mismo que había matado a sus cinco hijos. Y yo pensé lo mismo: ¿Cómo puede ser? ¿Cómo es posible? Y el entrevistador dijo, ¿cómo puedes hacer esto, cómo puedes perdonar al hombre que mató a tus hijos? Y esta mujer sencillamente miró a la cámara y dijo: «mis hijos están muertos y yo me dedico a la vida, este hombre demuestra arrepentimiento cada vez que viene. No me olvido de la muerte de mis hijos, pero esa muerte me obliga a seguir adelante con mi vida, a no perderla. Y al no perdonar…¿qué estoy añadiendo? ¿Cómo estoy mejorando el mundo si no perdono?»
El perdón es un camino hacia delante, no se puede hacer de una manera frívola, pero eso no significa que no se pueda hacer.
¿Es ésta una de las cosas que le atrajo de la figura de San Josemaría? ¿Del cristianismo en general?
Roland Joffé: Sí, el concepto del perdón es un concepto maravilloso. Y otro que me atrae mucho, que puede ser un poco extraño es la imperfección de los seres humanos.
La ilustración fue una cosa estupenda en el s.XVIII, nos liberamos de la superstición religiosa, cambiamos la posición autocrática de la iglesia, nos deshacemos de la idea del pecado original y nos viene un concepto maravilloso que es el del «salvaje noble». Nos dice que había un ser humano perfecto que fue destruido por la sociedad. Y eso libera, pero a su vez tiene un gran problema si no nos vamos con cuidado. Porque si presuponemos que los seres humanos eran perfectos pero la sociedad les hizo descarriarse, ¿qué hacemos con aquellos que no son perfectos?
Antes de conocerlos, cuando vemos gente, decimos que se equivocan porque son de la religión equivocada, o que son escoria…pero si pensamos en la idea de que ningún ser humano es perfecto y que de hecho el ser «humano» significa no ser perfecto pues nuestra visión de la imperfección va a cambiar…por lo tanto la idea del pecado original no es tan mala idea, de hecho es muy liberador. Podemos ver un ser humano y decimos: sí, se que puedes tener envidia y hacer esto o lo otro…y dices bueno, yo intentaré evitar lo que pueda y tú también…yo creo que eso es saludable. Nos lleva a un mayor conocimiento del ser humano y de nosotros mismos. La idea es que en el cristianismo eso es algo muy saludable y vale la pena restaurar ese concepto.
En este punto se puede confundir el concepto de la tolerancia con el del amor…
Roland Joffé: Sí, por supuesto. El amor es el estado más sublime que hay. Tienes la cadena de los animales y nosotros llegamos a lo más alto porque somos animales sociales y animales que aman. Hay también un gran problema con eso, y es que si somos animales que aman…¿qué pasa cuando hay ausencia de amor? Eso es difícil, es complicado.
Para darte un ejemplo, mi padre nos abandonó muy pronto, cuando yo tenía 8 años, mi madre murió y no había nadie que me amase por ser yo. Parecía ser un accidente con 8 años…y a esa edad me convertí en un existencialista sin darme cuenta. Era yo contra el mundo y es una postura bastante solitaria, no tiene sentido porque soy parte del mundo, pero se tarda mucho en poder reaprender eso, en redescubrir el amor cuando lo pierdes de niño. Por lo tanto entendemos la importancia que tiene y la importancia de su ausencia y la destrucción que puede causar.
Ya para terminar…¿Encontró Dragones al hacer la película?
Roland Joffé: Sí, ¡Oh, sí, por supuesto! Siempre, constantemente encuentro dragones, hay una masa de dragones por todas partes. (Sonríe) Creo que uno de los peores dragones es sentirte mejor que los demás: los prejuicios. Son algo muy atractivo, porque no es tanto que no te gusten otras personas o lo que hacen, sino que te hacen sentirte mejor, te sientes superior a ellos…dices bueno, yo sé más, yo estoy bien…y eso no está bien. Lo que nos gusta es sentirnos bien, pero hay otra manera de poder tener esa sensación sin tener prejuicios, así que esta película me ha enseñado a entender mejor el papel de la religión en la sociedad.
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