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La marca del ángel

Sinopsis

Elsa, una mujer de mediana edad recién separada y a cargo de su único hijo, Thomas, acude a recoger a éste a una fiesta de cumpleaños organizada en la casa de un amigo de la escuela. Entre todos los niños que juegan por la casa, Elsa repara en una niña de siete años cuya existencia la atormentará a partir de ese momento, cambiando la vida de su familia y la de los padres de la misterniosa niña para siempre.

Críticas

[María Dolores Valdés, CinemaNet]

Llega a nuestros cines una nueva cinta francesa estrenada en su país de origen hace ya tres años, algo similar a lo que ha sucedido con Cartas a Dios, El Estudiante, Cartas al Padre Jacob…etc. Esta recuperación de películas es un fenómeno que curiosamente se viene repitiendo últimamente pese a la dificultad que puede suponer estrenar una cinta que ya ha salido en DVD en su propio país.

En este caso se trata de una cinta dirigida por Safy Nebbou (El cuello de la Jirafa, 2004 y L´autre Dumas, 2011) que también ha colaborado en el guión, basado libremente en una historia real a pesar de lo inverosímil que pueda resultar en un principio. Muy bien interpretada por Catherine Frot (La cena de los idiotas) y Sandrine Bonnaire (La ceremonia) nos cuenta el drama de una mujer que perdió a su hija recién nacida y que en una fiesta de cumpleaños, a la que acude con su otro hijo, cree reconocer en una de las invitadas a su hija muerta. Todo esto inmerso en un conflicto familiar de separación matrimonial que parece iniciado por las distintas formas de afrontar el dolor de la pérdida de un hijo y la depresión subsiguiente en ella.

Con una puesta en escena sencilla y cotidiana, pronto consigue captar la atención del espectador, hacerlo partícipe del drama de esta mujer así como de la madre de la niña que acude al cumpleaños. De este modo en ocasiones alcanza momentos bastante memorables creando sensación de thriller y desasosiego al mismo tiempo que toca temas de gran profundidad como la importancia de la familia, el amor de una madre, las distintas formas de afrontar el dolor y la reacción de la gente ante una persona que ha sufrido una depresión.

Por otra parte hace reflexionar sobre los traumas que pueden acarrear las rupturas matrimoniales, la importancia de la comunicación y el apoyo en el matrimonio y las relaciones afectivas con los padres que siempre son un apoyo a pesar de no entender o no compartir las ideas de los hijos, así como el papel de los abuelos en la educación de los nietos.

La perseverancia, la lucha y el amor de una madre que trasciende lo que los hechos parecen corroborar…y el buscar lo mejor para los hijos asumiendo la responsabilidad de los propios actos, aunque resulte costoso y conlleve sufrimiento, también están presentes en esta película. Al final no hay buenos ni malos sino gente «normal» en una historia que resulta por tanto muy humana.

[decine21]

El misterio de la hija

Segundo largometraje del prestigioso director de teatro francés Safy Nebbou, tras El cuello de la jirafa. Posteriormente, Nebbou ha dirigido L’autre Dumas, con Gérard Depardieu. Él mismo coescribe el guión, que se inspira libremente en una inverosímil historia real.

Elisa, una mujer que trata de superar su reciente divorcio, acude a recoger a su hijo a una fiesta de cumpleaños. De repente, Elisa se queda absolutamente sorprendida al ver a una de las niñas que juegan por la casa. Está convencida de que se trata de su hija, que murió poco después de nacer, en un incendio en el hospital. Nadie de su entorno cree que pueda ser la niña, por lo que sus padres y su ex marido piensan que rememora la tragedia de su hija por culpa de la presión a la que ha estado sometida por la ruptura de su matrimonio.

Nebbou logra captar la atención del respetable y le saca tajada a sus dos protagonistas, Catherine Frot (La cena de los idiotas) y Sandrine Bonnaire, que destacó especialmente con Claude Chabrol, en La ceremonia y En el corazón de la mentira. La presencia de esta última no parece casual, pues el film recoge la tradición del mejor thriller francés, un poco al estilo de los que rodaba el propio Chabrol, en los que se desarrolla la historia sin efectismos, con una gran sensación de cotidianeidad, a diferencia de las cintas americanas, más ‘cinematográficas’. La cinta tiene como trasfondo las amargas consecuencias de la desestructuración familiar.