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Anarquía sexual: El legado de Kinsey

Nuestros niños están siendo atacados por un enemigo insidioso y virulento.

El 17 de agosto de 2011, más de 50 activistas asistieron a una conferencia para «adultos con atracción por los menores de edad» («minor-attracted adults»), esto es, los pedófilos, quienes buscaban eliminar el estigma asociado con la pedofilia y redefinir la pedofilia como una «orientación sexual» normal. El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha determinado que el 64 por ciento de las víctimas de sodomía forzadas eran muchachos por debajo de la edad de los 12 años, y de que, en 1969, 58,200 niños fueron raptados por personas que no eran miembros de la familia.

Los tal llamados expertos en el campo de la sexualidad humana alegan que los niños son sexuales, no solamente desde el nacimiento, sino aún dentro del vientre materno, y son participantes dispuestos en los actos sexuales con los adultos.

A los niños se les anima para que experimenten con el sexo a una edad temprana, y a incurrir en actividad sexual con miembros de su mismo sexo, al igual que con el sexo opuesto. Las enfermedades de transmisión sexual entre los adolescentes se encuentra en unas tasas de proporciones epidémicas, y existen nuevas de éstas, y en ocasiones hebras de enfermedades fatales que están siendo reportadas. Más de 50,000 adolescentes han contraído la VIH, la cual ha avanzado hasta convertirse completamente en el SIDA, y para 1992, más de 7,000 muchachos y muchachas habían muerto de VIH/SIDA.

¿Cómo llegamos hasta aquí? ¿Cómo detenemos esta locura antes de que perdamos una generación entera?

La pregunta sobre el modo en que llegamos hasta aquí puede ser contestada con dos palabras: Alfred Kinsey. Aun habiendo pasado 55 años pasada su muerte, el doctor Alfred C. Kinsey continúa afectando profundamente la cultura americana. Dos de sus más ardientes defensores, la doctora Carol Vance, una antropóloga y activista lesbiana de la Universidad de Columbia, y el doctor John Money, un defensor de la pedofilia ya fuera del clóset, y pionero de la cirugía de transgénero en la Universidad de Johns Hopkins, han resumido, de modo contundente, el legado del doctor Kinsey — un legado que ellos consideran como un «progreso» sexual, pero que en realidad constituye una anarquía sexual.

Durante una conferencia dictada ante un simposio sobre Kinsey, de sexólogos colegas, en la Universidad Estatal de San Francisco, la doctora Vance dijo lo siguiente: «La biografía es el campo de batalla». [1] Ella advirtió que si Kinsey fuese desacreditado, «podrán deshacerse 200 años de progreso sexual».

Las declaraciones de la doctora Vance evocan los comentarios del doctor Money que fueron vertidos en 1981 ante el Quinto Congreso Mundial de la Sexología en Israel. Ellos también estuvieron de acuerdo en que la información que contiene la Tabla 34, que se puede ver más adelante, y otra data en donde se narra el amplio abuso sexual por parte de Kinsey y su equipo de personas, descrito con detalles en el estudio de 1948 de Kinsey sobre la sexualidad masculina, constituiría la ruina de «las eras anteriores y posteriores a Kinsey» a nivel global y en los Estados Unidos de América.

De hecho, el doctor John Bancroft, director del Instituto Kinsey dijo, durante la conferencia de 1998, en que se conmemoraba el 50 aniversario de los estudios de Kinsey, que el «rezó» para que el programa televisivo británico, titulado 'La historia secreta: Los pedófilos de Kinsey: («Secret History: Kinsey Paedophiles») nunca fuese mostrada en los Estados Unidos porque el público no comprendería la «ciencia» envuelta en la publicación de las tablas 30-34 de Kinsey. Él entendió que, si esas tablas fuesen ampliamente diseminadas en los Estados Unidos, entonces todo el campo de la sexualidad humana y la educación sexual humana serían destruidos.

Este campo de la sexualidad humana y la educación sexual humana, y 200 años de «progreso sexual» que a estos científicos elitistas les preocupaba tanto que serían destruidos, es mejor descrito como una anarquía sexual. La anarquía sexual que les da dado, a estos científicos y sus seguidores, prestigio, dinero, credibilidad, y control sobre la desconstrucción de la sociedad civil judeocristiana, fue confeccionada por Kinsey.

El doctor Kinsey, un zoólogo de las avispas gall en la Universidad de Indiana desde 1920 hasta su muerte en 1956, es más conocido por sus libros que causaron gran conmoción, siendo, 'El comportamiento sexual en el ser humano masculino' (Sexual Behavior in the Human Male) (1948) [2] y 'El comportamiento sexual en el ser humano femenino' (Sexual Behavior in the Human Female) (1953) [3], que fueron financiados por la Universidad de Indiana y la Fundación Rockefeller. El doctor Kinsey dijo que su misión era eliminar el legado judeocristiano, en comportamiento y derecho, sexualmente «represivo». Él alegaba que este legado sexual «represivo» era responsable por los males socio-sexuales como el divorcio, la violación, la ilegitimidad, la enfermedad venérea, la delincuencia juvenil, la promiscuidad, la homosexualidad, el adulterio, y el abuso sexual infantil.

Más aún, él argumentó que si nosotros los americanos admitiésemos que realmente estábamos sosteniendo una conducta licenciosa, en lugar de hipócritamente negarlo, entonces estos males socio-sexuales quedarían dramáticamente reducidos.

«En gran medida, la misión del doctor Kinsey fue lograda, mayormente póstumamente, por su legión de fieles creyentes — elitistas que, sistemáticamente, le han lavado el cerebro a sus colegas intelectuales elitistas, para que adopten la visión secular pan-sexual del mundo, y así echar por la borda la visión judeocristiana del mundo, siendo la base sobre la cual este país fue fundado y ha prosperado»,

El resultado de la misión del doctor Kinsey ha probado ser totalmente antiético a la utopía que él predijo. En vez de reducirse los males socio-sexuales que él alegaba eran rampantes en una América anterior a Kinsey, la implementación de la visión del mundo de Kinsey ha aumentado el trauma global sexual existente, a la vez que introdujo una serie de nuevos males que son objetivamente definidos como una anarquía sexual. Así como el cáncer se extiende en todo el cuerpo, la anarquía sexual se extiende en toda la estructura de la sociedad, afectando cada aspecto de la vida americana y a cada hombre, mujer y niño.

Según el «estudio» de Kinsey, subvencionado por la Rockefeller, su «ciencia» había probado que los humanos, durante todo este tiempo, han estado copulando como los insectos o los monos, pero sistemáticamente e hipócritamente mintiendo sobre su conducta. Los adultos alegan que era vírgenes, o fieles conyugalmente, pero, según Kinsey, la verdad es que la mayoría de las personas eran promiscuas y la amplia promiscuidad no le había hecho daño a la sociedad civil.

Por lo tanto, dijo Kinsey, todas las leyes que restringen el comportamiento sexual — las leyes que habían favorecido y protegido a las mujeres, los niños y las familias por generaciones — eran simplemente remanentes pasados de moda, de una era desinformada e hipócrita. Tales leyes sobre el sexo ya no eran válidas «en una era sexualmente iluminada y honesta».

Hace su entrada el folletista de Kinsey, Hugh Hefner, y su revista Playboy. Urgido por Kinsey, las leyes del país fueron deshechos para asemejar el amor libre, el estilo libre que Kinsey alegaba los americanos querían vivir durante todo este tiempo, y que finalmente ahora podrían tener, con un espíritu libre y abierto — sin más mentiras ni pretensiones. Por lo tanto, el Código Penal Modelo del Instituto Jurídico Americano (American Law Institute/ALI) de 1955 echó por la borda los estándares sexuales del «derecho común» que estaban basados en las precedentes normas bíblicas, a favor de la «ley científica» basada en la alegada data objetiva de Kinsey.

La ALI recomendó una serie de leyes que trivializaban la violación y permitían la fornicación, la sodomía y el adulterio. Poco más tarde, la fornicación, la cohabitación, y el adulterio fueron despenalizados para que pudiesen convertirse en algo común, normal e inofensivo, tal como Kinsey dijo que durante todo este tiempo lo eran. En 1957, el Departamento de la Defensa de los Estados Unidos utilizó a Kinsey y a su equipo de personas para concluír que los homosexuales no presentan un riesgo para la seguridad.

La ALI también recomendó cambiar la definición de la obscenidad, y así lo hizo el Tribunal Supremo en 1960. Ese mismo año, la alegación de Kinsey de que el 10% al 37% de la demografía masculina era, como mínimo, en ocasiones homosexual, fue utilizada para promover «derechos homosexuales» entre las profesiones elitistas, esto es, en la medicina, la psiquiatría, el trabajo social, la educación, y otros.

En 1961, Illinois se convirtió en el primer Estado en legalizar la sodomía heterosexual. En 1962, Ralph Slovenko señaló por escrito en la Revista Jurídica de la Universidad de Vanderbilt, que los niños de cuatro o cinco años de edad eran provocadores: «Aún a la edad de cuatro o cinco años, esta seducción puede ser tan poderosa que puede abrumar al adulto y llevarlo a cometer el delito».

Ese mismo año, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos declaró que el rezo en las escuelas públicas era inconstitucional [4], y el año siguiente, declaró que la lectura de la Biblia en las escuelas públicas era inconstitucional [5]. La visión del mundo judeocristiana fue eliminada del salón de clase. Las escuelas ya no podían enseñar que la fornicación, el adulterio, o la cohabitación eran ilícitos, ni tampoco podían las maestras en el área de la salud insinuar que el sexo debe de ser limitado al matrimonio, porque eso refleja un punto de vista «religioso», y por tanto, supuestamente es un punto de vista no científico.

El único camino que quedaba para la enseñanza sobre la reproducción humana era el punto de vista secular «científico», es decir, el de Kinsey.

Ya para 1968 más de 51,000 profesionales del sexo habían sido entrenados por el Instituto para el Estudio Avanzado de la Sexualidad Humana (Institute for the Advanced Study of Human Sexuality /IASHS) para enseñar la sexualidad de Kinsey en las escuelas para menores de edad y las escuelas de medicina, y para diseñar un currículo de educación sexual escolar. En 1975, la IASHS comenzó a acreditar a los educadores sexuales sobre el «sexo seguro» hasta el nivel graduado de un doctorado en filosofía.

La anticoncepción se convirtió en una necesidad, frente a los cambios radicales en el panorama sexual, por lo que fue legalizado en 1965 [6].

Como la evidencia de la falta de «consentimiento» se convirtió en el único criterio para los crímenes sexuales, las supuestas víctimas de violación fueron comúnmente retadas como haberles «gustado» el sexo violento y de haber consentido a la actividad sexual. Crecientemente, a la prostitución y la violación se les hacía referencia como «crímenes sin víctimas» en los tribunales y en los medios de comunicación.

Fue así que el derecho de tener sexo para el «placer» y la ganancia se convirtieron en la justificación para la industria del sexo, inaugurado por el publicista de Kinsey, Hugh Hefner, que incluye la pornografía infantil y adulta, el exhibicionismo, la prostitución y los clubes de desnudos, por mencionar algunos de éstos. Esa industria ha crecido hasta convertirse en un mercado en dólares multibillonarios, dándole a sus proveedores los recursos y la influencia para negociar unas subvenciones para las organizaciones y los grupos de investigación en la sexología que formulen un currículo de educación sexual para las escuelas de la nación, al igual que acceso a los cabilderos, y, para argüir, a los legisladores estatales y federales para que continúen enmendando la ley a favor de los intereses de la industria del sexo.

Playboy, y todo este grupo, también le han dado fondos a Federación Internacional de Planificación de la Familia (International Planned Parenthood Federation/IPPF), al Consejo de Información y Educación sobre el Sexo (Sex Information and Education Council/SIECUS) de los Estados Unidos, al Instituto Kinsey, y a otras instituciones «sexólogas». En 1967, Playboy proveyó la primera de muchas subvenciones a la Unión Americana para las Libertades Civiles (American Civil Liberties Union/ACLU) en apoyo al uso de drogas, la pornografía, el aborto, la homosexualidad, la errada educación sexual, y la eliminación o la reducción de las penalidades para los delincuentes sexuales. Comenzando en 1970, Playboy oficialmente le dio fondos a la Organización Nacional para la Derogación de las Leyes contra la Marijuana (National Organization for the Repeal of Marijuana Laws/NORML).

El año 1969 trajo consigo eventos significativos relacionados con el esfuerzo sistemático para normalizar la homosexualidad defendida por Kinsey, 21 años anteriormente. El Frente de Liberación Homosexual (Gay Liberation Front) fue formado en la Universidad Alterna de New York. La Asociación Americana de Sociología (American Sociological Association ) aseveró, oficialmente, que la homosexualidad es normal, citando de la «investigación» de Kinsey. El comité de trabajo sobre la homosexualidad, de los Institutos Nacionales de Salud Mental(National Institutes of Mental Health/NIMH Task Force), recomendó la legalización de los actos homosexuales consensuales privados (la sodomía) citando la «data» de Kinsey [7]. En 1972, la 'Task Force' de la NIHM, liderados por los discípulos de Kinsey, urgieron que la homosexualidad fuese enseñada como una variación sexual normal en las escuelas de la nación.

El divorcio «no culposo» fue introducido en California en 1970. Ya para 1985, el divorcio no culposo era la ley en 49 Estados. Esto desató un aumento masivo en la tasa de divorcio y el empobrecimiento de las mujeres y los niños, lo que aumentó la necesidad para la asistencia social y el aborto, quedando éste legalizado en 1973. [8]

La ausencia de los padres en el hogar disminuyó la vida en el hogar, en sus aspectos económicos, sociales, emocionales, y espirituales, lo que desató un epidémico abuso sexual infantil, aumentó la promiscuidad, aumentó la criminalidad — incluyendo la violación y la prostitución — y aumentó la enfermedad venérea y la esterilidad en las mujeres jóvenes. Sin un padre en el hogar, los niños quedaron significativamente más vulnerables al abuso sexual por parte de los niños de edades mayores, lo cual fue redefinido como el juego sexual «inofensivo» entre coetáneos. Este «inofensivo» juego sexual tuvo como resultado unas tasas ascendentes en enfermedades venéreas, la promiscuidad, el comportamiento homosexual y el suicidio.

Estos desórdenes entonces abrieron la puerta para unas adicionales formas más virulentas, sobre la alegada educación sexual mandatorio, expresada como tener «orgullo» en la «orientación» sexual que uno tuviese, la anti-intimidación, la prevención del SIDA, y más instrucción sobre el «sexo seguro», incluyendo la masturbación mutua, la sodomía oral y anal, y la pornografía.

Ya para 1981, la doctora Mary Calderone, Presidenta de SIECUS y pasada directora médica de Federación de Planificación Familiar de América (Planned Parenthood Federation of América/PPFA), dio un paso adelantado con Kinsey, aseverando que los niños son sexuales desde el vientre materno (Kinsey dijo que los niños son sexuales desde el nacimiento).

Calderone anunció que la realización de la sexualidad infantil era una meta primordial de su organización. Esto afincó el estándar «científico» para la distribución de condones entre los niños a nivel n nacional. Las intervenciones terapéuticas fueron instituidas para ayudar a la ya crecientemente traumatizada juventud. La intervención farmacológica también aumentó, incluyendo las mandatorias vacunas contra la hepatitis B para los infantes y las vacunas contra el virus de papiloma humano para los niños de escuela elemental, como «protecciones» contra las enfermedades de transmisión sexual; se abogó por ambos en el manifiesto pedófilo titulado «Los derechos de los niños» fechado 1977.

Podrían escribirse cientos de páginas sobre estos asuntos, además de la agregada caída de la exitosa propaganda a favor de la promiscuidad de Kinsey, que llevó en picada la luminosa ciudad sobre la colina de Reagan (alusión a una cita extraída de un discurso del pasado presidente estadounidense Ronald Reagan) hacia un estado de anarquía sexual.

Ahora debemos enfocarnos sobre el modo en que podemos detener esta locura — no se hace ignorando el problema o en desesperación, rindiéndose. Dios está de nuestro lado, del mismo modo en Él estuvo del lado de aquellos que fundaron esta gran nación. Dios hizo uso de 56 hombres con temor santo de Dios, para hacerle frente a la fuerza imperial más grande en el mundo libre, y crear esta gran nación. Él puede hacer uso de nosotros para hacerle frente al presente estado de anarquía sexual, retornar esta nación hacia sus raíces judeocristianas, y rescatar a nuestros niños del enemigo, quien busca robar, matar y destruir. Como beneficiaros de la milagrosa creación de los Estados Unidos por Dios, no podemos hacer menos de esto. Kinsey y sus discípulos en el Instituto Kinsey han tenido más de 60 años para reestructurar a la cultura americana. Con las investigaciones de décadas de la doctora Reisman, contamos con las armas para obtener la ventaja, y tenemos que unirnos para concebir la respuesta judeocristiana al Instituto Kinsey. Contamos con el apoyo del Dios del universo. Podemos y tenemos que ganar esta batalla.

Notas

[1] «La biografía se ha convertido en un campo de batalla, a la vez que conservadores morales como la doctora Judith Reisman luchan por desacreditar a Alfred Kinsey, para poder revisitar otra era americana», advirtió la profesora Carole Vance. Otro sexólogo infame puntualizó: «Yo tengo algunos problemas, y yo estoy seguro que varios de nosotros los tenemos, con el uso de la palabra «normal». Si uno analiza el abuso sexual de los niños, el problema en definirlo es, hasta qué nivel estamos hablando sobre los aspectos del comportamiento que señalaríamos como malo….nosotros no sabemos, realmente, cuán dañinas son esas experiencias….» (6 de noviembre de 1998, Universidad Estatal de San Francisco, seminario: 'Kinsey a los 50 años: Reflexiones sobre los cambios en las actitudes americanas sobre la sexualidad, medio siglo pasados los estudios de Alfred Kinsey' («Kinsey At 50: Reflections On Changes In American Attitudes About Sexuality Half A Century After The Alfred Kinsey Studies»), en donde se alaba a Kinsey y se analizan estrategias anarquistas para un nuevo futuro global sexual.

[2] En el mismo año, la Fundación Carnegie le otorgó fondos al comité de educación de la Asociación Americana de Abogados (American Bar Association/ABA) y al Instituto Jurídico Americano (American Law Institute/ALI).Otros libros a favor de Kinsey son publicados, con que se hace un llamado para unas reformas a las leyes sobre el sexo, y a la lenidad con los perpetradores.

[3] En el mismo año, al Comité Reece de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos de América, se le prohibió investigar la data de Kinsey. Además, la Federación de Planificación Familiar de América (Planned Parenthood Federation of América/PPFA en los Estados Unidos, una rama de la Federación Internacional de Planificación de la Familia/International Planned Parenthood Federation/IPPF), fue fundada en Washington, Distrito de Columbia.

[4] Engel v. Vitale, 370 United States Reports/US (las opiniones judiciales en los casos resueltos por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos) 421 (1962).

[5] Abington School District v. Schempp, 372 US 203 (1963).

[6] Griswold v. Connecticut, 381 US 479 (1965) (sobre las parejas casadas); Eisenstadt v. Baird, 405 US 438 (1972) (sobre las parejas no casadas).

[7] El Tribunal Supremo de los Estados Unidos sostuvo la penalización de la sodomía en Bowers v. Hardwick, 478 US 186 (1986), pero revocó a Bowers y determinó que la sodomía homosexual ya no fuera penalizada, en Lawrence v. Texas, 539 US 558 (2003). Lawrence se basó, en gran parte, en el Código Penal Modelo de 1955, a la que ampliamente se hace referencia como un documento asociado con Kinsey.

[8] Roe v. Wade, 410 US 113 (1973). Tal como el Juez Kennedy del Tribunal Supremo de los Estados Unidos comentó en la opinión judicial en Lawrence, Griswold y Eisenstadt fueron los antecedentes de fondo para la opinión judicial en Roe; ver Lawrence, 539 US en la página 565. Esto ilustra el modo en que legado de Kinsey ha permeado cada aspecto de la sociedad.

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