Intocable
Título Original: Intouchables
Año de producción: 2011
País: Francia
Estreno en España: 9 de marzo de 2012
Dirección: Olivier Nakache y Eric Toledano
Intérpretes: François Cluzet, Omar Sy, Anne Le Ny, Audrey Fleurot, Clotilde Mollet, Joséphine de Meaux, Alba Gaia Bellugi, Cyril Mendy, Christian Ameri, Marie-Laure Descoureaux, Gregoire Oestermann.
Guión: Olivier Nakache y Eric Toledano
Música: Ludovico Einaudi
Fotografía: Mathieu Vadepied
Duración: 109 min.
Género: Comedia, drama
Sinopsis
Como resultado de un accidente de parapente que le ha dejado tetrapléjico, Philippe, un rico aristócrata, contrata como cuidador a domicilio a Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel. En pocas palabras: la persona menos indicada para el puesto. No obstante, entre los dos, acaban logrando que convivan Vivaldi y Earth Wind and Fire, la elocuencia y la hilaridad, los trajes de etiqueta y las medias del chándal. Dos mundos enfrentados que, poco a poco, congenian hasta forjar una amistad tan disparatada, divertida y sólida como inesperada, una relación única en su especie de la que salen chispas transformándoles en… «Intocables».
Críticas
[Ana María Pérez-Guerrero. Cinemanet]
Philippe, un millonario tetrapléjico movido por su deseo de contar con alguien sincero a su lado que no le tenga lástima, contrata como cuidador a Driss. Un inmigrante negro, sin ningún tipo de titulación o experiencia con enfermos y que, además, ha tenido problemas con la justicia, razón por la que le han echado de casa. Así, surge una relación de amistad, en la que la combinación de estas personalidades hará que uno y otro descubran los mejor de sí mismos.
Divertida e inusual comedia francesa, basada en un hecho de la vida real, ha sido un récord de taquilla en el país galo. La razón de su singularidad radica, como ya se puede suponer, en el tono cómico de la cinta, a pesar de tener dos personajes en situaciones realmente duras, en especial Philippe. De hecho, a lo largo del metraje no se nos ahorra algunas de las limitaciones cotidianas con las que se enfrenta una persona paralizada del cuello para abajo. Aunque estas situaciones se exponen de manera realista, es justo decir que no se abordan con dramatismos excesivos.
Los directores y guionistas de esta cinta, Olivier Nakache y Eric Toledano, aciertan en incidir en aspectos que poco tienen que ver con la limitación de Philippe o la dura circunstancias de marginalidad de la familia de Driss. En cambio ceden protagonismo a una cierta exploración del deseo presente en todo ser humano de amar y ser amado, en el marco de relaciones significativas, como la familia, la amistad o la pareja. Pero sobre todo, los efectos positivos del cariño sincero, como un factor que ayuda a vencer las parálisis interiores, que muchas veces nos impiden conectar de manera plena con aquellos que nos importan en realidad. Asimismo, destaca la visión positiva del acompañamiento en el dolor, y cómo, en ocasiones, nos puede hacer intocables, tal y como ocurre a Philippe y Driss en sus arriesgados paseos nocturnos en coche. A todo esto contribuye, sin duda unos personajes bien construidos, que resultan entrañables y que están brillantemente interpretados por Freçois Cluzet y Omar Sy, cuya química queda patente en la pantalla.
Intocable es una película en la que las risas están aseguradas. Los numerosos gags que nos ofrece no sólo son verosímiles y humanos, son desternillantes. Aunque alguna de las bromas pueda aludir a asuntos de índole sexual, ninguna resulta estridente u ofensiva. Por tanto, es una cinta altamente recomendable para aquellos que quieran salir del cine con una sonrisa y algunas cosas en las que pensar.
[P.J. Armengou Freixa. Cinemanet]
Intocable, comedia francesa basada en hechos reales, es la confluencia en disparatada comicidad de dos mundos opuestos. Driss (Omar Sy) es un joven de origen senegalés de la banileue parisina. Indocumentado y con problemas con la ley, se ve obligado a buscar un trabajo que no desea ni espera para cumplir con el estado y obtener así el subsidio por desempleo. Philippe (François Cluzet), por el contrario, es un viudo millonario que ha quedado tetrapléjico tras un accidente de parapente. En su mansión en París vive entre la amargura y el letargo, y necesita contratar a un enfermero que le ayude a realizar hasta la más simple de las tareas. En esta tesitura, ambos personajes se encuentran, e inician, sin apenas darse cuenta, una amistad que les hará evolucionar y descubrirse a sí mismos.
Pese a tener un fondo aparentemente dramático, la película arranca una sonrisa a cada plano y más de una buena carcajada. Y lo consigue con el fino humor blanco que siempre impregnan las buenas comedias del país vecino. La película va, sin embargo, más allá de la comicidad que se produce con el choque cultural y social de los personajes. La relación que se establece entre los dos protagonistas, de edades, etnia, procedencia y culturas distintas es un ejemplo de amistad sin complejos. Por un lado, Phillippe, que tan solo ansía una mirada ajena sin un ápice de lástima, encuentra en Driss a un joven que transmite alegría de vivir y que no ve en él un paralítico, si no una persona más. Driss, por su parte, encuentra en Phillippe el respeto y el trato que otros no le dan por su origen humilde y extranjero y un amigo que le anima a mejorar como persona.
La película consigue transmitir momentos de gran alegría, pese a ofrecer escenas dónde la enfermedad de Phillippe se muestra en su más cruda realidad y son palpables las dificultades de su día a día. Intocable es, pese a ello, un canto al deseo de vivir. La historia de Phillippe y Driss demuestra cómo un corazón valiente y una mente despierta supera las barreras de la inmovilidad corporal, pero también da testimonio de la importancia de la buena compañía. De cómo huir de la compasión y una amistad desacomplejada y sincera invitan a vivir.
Intocable ha batido todos los récords de taquilla tanto en Francia, dónde ha superado los 19 millones de espectadores, como en el extranjero. En Alemania es ya la película francesa más vista de la historia, superando a «Amélie» y la divertidísima «Bienvenidos al Norte». El secreto de su éxito recae en una historia fantástica (rescatada para la película en un brillante guión), que consigue combinar a la perfección un cierto aire de cine social y el fino humor francés, con unas magníficas interpretaciones. Tanto François Cluzet (Pequeñas mentiras sin importancia, No se lo digas a nadie) cómo Omar Sy (Micmacs, Safari) brillan en sus papeles y hacen gala de una química excepcional. La representación de Driss le ha valido a Omar Sy el César al mejor actor.
Del director
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