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La fuerza del honor (Courageous)

Sinopsis

Como agentes de policía, Adam Nitchell, Nathan Hayes y sus compañeros se enfrentan cada día a la corrupción de este mundo, pero cuando termina su jornada de trabajo, tienen que afrontar un reto para que el que ninguno de ellos está preparado: ser padre. Si bien se entregan de lleno constantemente en su trabajo, pronto descubren que sus hijos empiezan a distanciarse cada vez más de ellos.

Afectados por una tragedia personal, estos hombres se ven obligados a renovar su fe para establecer lazos afectivos con sus hijos, ¿Encontrarán la forma de servir y proteger a aquellos a los que más quieren?

Críticas

[Ana María Pérez-Guerrero - Colaboradora de Cinemanet]

Tras Flyweel, Facing the Giants y Prueba de fuego, Sherwood Pictures, productora de la Iglesia Bautista de Sherwood (Albany, Georgia), nos ofrece La fuerza del honor. Un film que se estrenó en 2011 con éxito de recaudación, (cuarto lugar en la listas del boxoffice el fin de semana de su estreno), y que ahora llega a España en DVD.

Adam, Nathan, David y Shane, policías de la localidad de Albany, y Javier, un obrero en busca de trabajo, son buenos profesionales, entregados a su labor de servir y proteger, así como responsables proveedores de sus hogares. Sin embargo, al llegar a casa, lo «necesariamente bueno» parece ser lo único que pueden alcanzar como padres. Pero un día, la experiencia del dolor tocará la vida de uno de ellos, lo que será el detonante para que el grupo descubra la misión a la que están llamados como cabezas de familia.

Dirigida, protagonizada y co-escrita por Alex Kendrick, La fuerza del honor sigue la línea de las producciones de Sherwood Pictures. Algo natural, puesto que se trata del realizador y guionista habitual de la casa. Sin embargo, en esta cinta se percibe cierta evolución formal. Ofrece varias secuencias de acción emocionantes que están combinadas hábilmente con escenas de humor y drama. En general, el resultado es digno, aunque el verdadero interés de este film radica en su historia.

El guión que firman Alex Kendrick y su hermano Stephen adolece de cierto didactismo. No obstante, su propuesta es sugerente. A partir de la cita bíblica del libro de Josué «por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor» (24:15), la premisa que da pie al relato se centra en la determinación de afrontar los retos que supone la paternidad vivida como misión, y el coraje que se requiere al vivir de acuerdo a unos principios.

Los Kendrich aciertan al proponer la coherencia de vida y la amistad como la mejor manera de influir en la vida de los hijos. Una tarea en la que el hombre no está solo. En el film se propone el trato asiduo y confiado con Dios como pilar que sustenta este itinerario de vida, junto a la unión entre los esposos, el amor a los vástagos y la amistad sincera y recia con otros. Más allá de las convicciones de cada quien, esta película ofrece una reflexión conveniente y oportuna. La ausencia de un progenitor, bien por desatención a acusa del trabajo o por abandono del hogar, es el origen de numerosos problemas sociales, basados en la desorientación de los jóvenes. Además, en un mundo en el que se nos anima a ser los mejores en diversos ámbitos, no resulta descabellado que consideremos ser más exigentes con nuestro desempeño como padres. Encontrar una manera de incidir de manera real y positiva en la vida de nuestros hijos. Una tarea que vale la pena. No en vano, el honor y los valores se aprenden en casa. Un asunto en el que, sin duda, todos estamos de acuerdo.