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El extraño caso del cura de Valverde del Camino

Ya tenemos campañita, ¿de quienes?, de los de siempre; de aquellos a los que "no les importa la religión, ni la Iglesia", aquellos que viven de ella, cuando tengamos algo de tiempo publicaremos estadísticas del porcentaje de artículos que editan en sus periódicos sobre el asunto.

Que un entrañable sacerdote haya salido del armario ya no escandaliza a ningún católico. A éstas alturas de la película únicamente un reducto como el pueblo de Asterix puede creerse que la santidad de la Iglesia resida en la de sus miembros y no al revés, quedan lejos aquellos tiempos semicátaros, el triste janseismo o los extraños lefebrianos. En la conciencia de algunos resuena Manrique con el "a nuestro parescer; cualquiere tiempo passado fue mejor", claro que  en ese pasado, en plena reforma gregoriana se combate el nicolaismo, no se sabe qué es peor que existiera el concubinato de los clérigos o que tuviese ya un término jurídico.

Lo extraño del "caso" es su incidencia propagandística. En éstos momentos siento pena por el curilla, vuelven los recuerdos de aquellos "curas obreros". Tengo amigos que se lamentan del olvido y desprecio de aquellos que tanto les apoyaron y jalearon mientras fueron útiles a la causa, mientras decían que eran "rojos" en los setenta y seguían siendo curas, cuando cambió su estado dejaron de servir. Causa risa ver la portada de la revista Zero con el sacerdote ataviado con el traje talar que nunca lleva.

Lo extraño del "caso" es que en una sociedad libre como la actual se intente imponer a un institución soberana cómo debe regirse. Que uno no quiera ser católico, que no lo sea, que no quiere ser sacerdote que no lo sea. Pero claro, cualquiera es libre de gobernarse como quiera menos la Iglesia, que debe hacerlo como quieren los que la critican.

Lo extraño del "caso" es que cualquiera está habilitado para pontificar sobre cómo debe ser la Iglesia menos la Iglesia misma.

Lo extraño del "caso" son las declaraciones del presidente de la plataforma gay del PP amenazando con divulgar los nombres de tres obispos andaluces por homosexuales, qué mala conciencia debe tener el hombre, digo el human@, para considerar que eso es algo delictivo o bochornoso, probablemente se deba a mis limitaciones, pero pensaba que él lo consideraba un orgullo, pero ya se sabe...

Artículos de este tema:

• El cura como pretexto (César Alonso de los Ríos)
• De homosexuales, curas y racionalidad (Francisco Cabrillo)
• La lealtad del sacerdote (Editorial ABC)
• El caso del cura marica (Pío Moa)
• Respeto y dignidad (Ignacio Sánchez-Cámara)
• Párrocos de Valverde (Juan Manuel de Prada)