Antipapas hoy
Algunas definiciones
Para comenzar a hablar sobre el tema, se hace necesaria una definición explicativa de qué es un antipapa en el contexto de la Santa Iglesia, y de las vías por las que pueden existir uno o varios en determinados momentos de la historia.
Podríamos decir de forma resumida pero exacta, y sin temor a equivocarnos, que un antipapa es quien se opone al obispo legítimamente elegido, poniendo su empeño en afianzarse al trono papal (en Roma u otro lugar que el sujeto pueda suponer "mejor") y alcanzar su reconocimiento. Hasta cierto punto alcanza algún éxito material en su esfuerzo. Antipapa no es, pues, señal necesaria de mala doctrina, sino únicamente la pretensión o bien usurpadora o bien de dudosa legitimidad canónica, de la investidura de Vicario de Cristo.
A través de la historia, vemos aparecer una buena cantidad de casos que, en ocasiones, sembraron tal confusión en los fieles por la aparente corrección de los dos o varios elegidos, que se hacía difícil distinguir entre lo verdadero y lo falso, y en otras ocasiones obedecieron a intereses ajenos o personales más fácilmente discernibles.
Para poder comprender con cierta claridad el motivo por el que han surgido y pueden seguir surgiendo antipapas, se hace necesario conocer algunas de sus causantes:
- Discordancia doctrinal. Este es el caso que más rápidamente relacionamos con el antipapado por la base herética que lo sustenta, si bien es sólo - como veremos - una de las posibilidades desencadenantes de tal mal. Por este medio, por ejemplo, fue como nació el antipapado de Hipólito en el siglo III, elevado a su falsa categoría por el difusor del Monarquianismo, que fue una herejía Trinitaria de la época. Finalmente, Hipólito se reconcilió con el sucesor de su legítimo rival, el Papa Pontiano, y murió martirizado en el año 235.
- Deportación del Papa. Es el caso en que el poder temporal (real o popular) se ha enfrentado al papado por motivos de diversa índole, desterrándole y colocando en su lugar a alguien de su preferencia. Tal es el caso, para ejemplificar, del emperador Constantino II, quien despojó al Papa Liberio de sus derechos e impuso al archidiácono Félix (el luego conocido por antipapa Félix II) en el año 355, por su condición de arriano más acorde al ánimo imperial. Diez años más tarde se permitió al Santo Padre Liberio recuperar su posición, y Félix vivió retirado hasta su muerte.
- Dobles elecciones y recurso subsecuente - no obligatorio -
a un tercer candidato. En el siglo séptimo se presenta uno
de estos casos entre Pascual y Teodoro, ambos elegidos por diferentes
facciones de la Iglesia de entonces, y ambos renuentes a renunciar a sus
pretensiones. Finalmente, se optó por un tercer candidato, que se
convirtió en el Papa Sergio I.
De forma similar, en el siglo XIV la residencia oficial del papado se movió a Aviñón, Francia. Esto llevó a un cisma (el Gran Cisma Occidental), que comenzó en el año 1378 y produjo un papado en Roma, uno en Aviñón y otro establecido por el Concilio de Pisa. Si bien los dos últimos fueron considerados antipapados, el Papa de Aviñón era el legítimo, y por ello fue apoyado y exhortado por Santa Catalina de Siena en su famosa correspondencia. Sin embargo, la unidad se logró recién cuando fue elegido Martín V, en noviembre de 1417.
- Cambio en la manera de elegir al Papa. Una muestra la tenemos en el año 1059, cuando se utilizó un procedimiento diferente al implementado hasta aquel momento. El nuevo sistema, proclamado por Su Santidad Nicolás II, privaba a los emperadores alemanes de la influencia que habían tenido hasta entonces en la decisión sobre los sucesores de San Pedro, y también limitaba en este aspecto a la nobleza romana. El resultado fue la elección del antipapa Honorio II, contra el Papa Alejandro II canónicamente elegido, quien finalmente fue también reconocido por el arrepentido emperador.
Estas son algunas de las variantes de un fenómeno que, en el sentido amplio, se expresa mediante la primera definición que mencionamos.
De mal en peor
Hemos contado algunos casos históricos, y nos basta por ahora con mencionar que, según el canonista e historiador Joseph Hergenröther, han existido alrededor de treinta antipapas durante un período comprendido entre los siglos III y XV. Vale decir, a modo estadístico, que habría surgido uno cada unos cuarenta años aproximadamente. ¿Por qué nos interesan tan inusuales estadísticas?
Bien sabida es por todo el mundo la existencia de estos personajes que de una u otra forma enturbiaron en su momento el orden y la unión de la cristiandad, pero poco o nada se sabe de lo que hoy ocurre.
¿Acaso hay quien mencione siquiera que en los últimos cincuenta años, el mundo ha presenciado la existencia de 16 antipapas declarados en el sentido lato del término, es decir, de personas que se adjudican la dignidad papal ilegítimamente y quieren ser reconocidos como tales? Este exorbitante número da que pensar, si a despecho del anterior listado terminamos determinando, atónitos, un término medio de un antipapa cada 3 años aproximadamente. Aunque, por supuesto, no deja de ser a efectos estadísticos comparativos que determinamos este número, ya que en realidad la cantidad se ha ido acrecentando con el correr de los años y el aumento de la confusión mundial en torno a las religiones, la fidelidad y el raciocinio.
Si bien la mayoría de ellos, gracias a Dios, no han alcanzado una relevancia muy significativa a nivel mundial, sí podemos observar que, en total, han conseguido desviar a varios millones de confusos creyentes, llevándoles por el camino del error y el cisma. Llama la atención, ante la primera profundización en este problema, el hincapié que todos ellos intentan subrayar con respecto a la Verdad de siempre. Es decir, que hasta el más ridículo e increíble de estos personajes excusa su existencia en base a una motivación aparentemente virtuosa: restaurar la "perdida" buena doctrina. Y es que, según nos explican incluso a través de encíclicas - obviamente apócrifas - el desvío nacido en determinados sectores que malinterpretaron el Concilio Vaticano II, dejó a la Iglesia sin guía y ellos vienen a ocupar el lugar vacante.
También es digno de mención el apego de la mayoría al milenarismo y a acusar de anticristo - con 666 y todo - a cada sujeto o institución que les resulta sospechoso. Se pierde aquí, de esta forma, toda la prudencia que une fe y razón en la Santa Iglesia, y nacen los desvaríos de que se sirve el demonio para dar comidilla a los desesperanzados.
Y aunque decíamos que la mayoría de ellos no ha alcanzado la posición que esperaban, ha habido algunos que han conseguido, por obra de la carencia de discernimiento de la feligresía, o por la propuesta de "sana doctrina" que quieren implementar, una adherencia envidiable para más de una secta de importancia reconocida.
Un recorrido por la actual demencia
Como hemos dicho, podemos contar hoy entre los reconocidos a dieciséis antipapas. Cada rumor sobre el deterioro de la salud del Santo Padre, hace florecer las figuras más bizarras. Curiosamente no existen "antipatriarcas" en el oriente, como no existen satanistas contrarios al protestantismo. Y es que la Verdad es la única perseguida.
Como características comunes podemos identificar una piedad "saint sulpiciana", dulzona, barroca, pretendidamente tradicionalista, sectaria e irracional.
La parodia del papado comienza con los antipapas que pretenden, según la profecía apócrifa atribuida a San Malaquías, ser el último Papa y restaurador máximo de la Iglesia. Ellos han tomado el nombre de Pedro II para gobernar. Entre los principales de esta "especie" contamos a:
Pedro II, Peter Athanasius II, Canadá.
Pedro II, Maurice Archieri, Paris, Francia.
Pedro II, Julius Tischler, Alemania.
Pedro II, Chester Olszewski, Pennsylvania, USA.
Pedro Romano II, William Kamm, Australia.
Pedro II, autodenominado prior en Dakota del Norte, Estados Unidos.
Mención aparte merece la osadía del antipapa Pedro II de Bruselas, entronizado en Roma el 10 de abril de 1984 ante la tumba de San Pedro por una facción disidente del Palmar de Troya. De tono falsamente conservador, es autor de una extensa encíclica (In Nomine Domini) en que se condena y excomulga a todo quien no le obedezca y siga.
Pero no queda aquí la demoníaca burla que, infiel a sus promesas, hace surgir más y más decadentes muestras del odio hacia el auténtico Vicariato. La lista es algo extensa, pero merece la pena conocerla:
Michel Collin, alias Clemente XV, 1950
Este antipapa francés se ha caracterizado por declaraciones altisonantes, rituales pseudotradicionales y, principalmente, por su declaración de ser un "iluminado" permanentemente visitado y aconsejado por pequeños extraterrestres en su pequeño Vaticano de Clémery.
Gastón Tremblay alias Gregorio XVII, 1968
Antipapa canadiense que mantiene una obra apostólica de gran popularidad: Ediciones Magníficat. Gracias a millones de folletos y reediciones de obras clásicas de sana doctrina, logra atraer a millones de personas directa o indirectamente a su anti-pontificado. Esta popularidad le ha valido graves persecuciones y descalificaciones por parte del resto de los antipapas.
Clemente Domínguez y Gómez, alias Gregorio XVII, 1978
Este antipapa fue declarado el último de la Iglesia por las apariciones de Garabandal y Palmar de Troya. Cabeza de una facción cismática, habla frecuentemente con una "aparición" de la Santísima Virgen y exhibe a diario "estigmas" y "sangramientos". Antes de ser nombrado Papa, este "vidente" y "salvador" de la Iglesia era un conocido homosexual apodado "La Voltio". Por desgracia, su acción ha sido tristemente retribuida con gran cantidad de adeptos que confían en sus erradas enseñanzas.
Chester Olszewski, alias Pedro II, 1980
Este obispo protestante (episcopaliano) dirige un pretendido "arzobispado católico de Bradford", con culto latino (misa tridentina) en la Iglesia de la Sagrada Familia. Se muestra reacio a difundir públicamente sus documentos de enseñanza pontificia.
Francis Konrad Schuckardt, alias Adrián VII, 1984
Se presenta como ardiente devoto de Nuestra Señora de Fátima. Desde sus inicios como predicador (1971) ha gustado del protagonismo y las polémicas. La prensa le ha denunciado como inmoral (homosexualidad, pederastia, etc.). Edita un semanario titulado "Nuestra Señora de Guadalupe" en que exhibe la tiara papal. A partir de 1984 su secta se desplaza a Comté de Plumas en California del Norte, donde cuenta con una capilla, un seminario y una escuela para chicos. Al momento de intervenir la policía con helicópteros, fueron bloqueadas sus 15 cuentas bancarias para "financiar operaciones durante el fin del mundo".
De identidad civil desconocida, Pedro Atanasio II de Bruselas, 1984
Ya mencionamos su historia al comienzo de este apartado.
David Bawden, alias Miguel I, 1990
El Papa Miguel raya en lo pintoresco. Estudió en 10 seminarios. Desde Écone hasta el último, siempre militó bajo la obediencia lefebvrista. Luego se desvincula y en una elección calificada como "payasada", es electo Papa. Anuncia al mundo que S.S. Pablo VI era el mismo Anticristo. Su secta se extiende por más de 24 países. Gusta de la aparición en portadas de revistas. Abdicó a favor del antipapa Lino II.
Fr. Valeriano Vestini, alias Valeriano I, 1990
Valeriano I fue nombrado como hijo predilecto del Padre Eterno en un cenáculo de oración que se congrega al este de Roma. En julio de 1991, Valeriano nombra 24 cardenales y crea una 'Orden misionera para la salvación de las almas' que se destaca por su piedad y espíritu de sacrificio.
Blasio Jesheck Ahitila (o Ahitler), 1991
Este Papa africano establecido en Kenia fue curado "milagrosamente" gracias a las oraciones de millares de fieles. Desde el hospital fue trasladado por más de 20.000 feligreses en oración hasta la Iglesia de San Pedro en Mogari. Es autor de una historia de la "Legión de María" dirigida por el "mesías" Melkio Simeo Ondetto, conocido como el "Jesús africano". El antipapa africano es fiel al latín y salmodia en sus liturgias el Dominus Vobiscum, Etcun Printutuo (sic) y el Ave Ave Ave Maria en tono dulzón y alargado.
Víctor Von Pentz, alias Lino II, 1994
Antipapa sudafricano, dirige la Comunidad Católica Bizantina y la revista Einsight y lucha en unión con los sedevacantistas alemanes, quienes al parecer le financian con extrema generosidad. Nuestros colaboradores nos comentan que no es raro recibir kilos (hasta 50 en algún caso) de material informativo de parroquias y actividades. Lino II mantiene relaciones estrechas con Elisabeth Gerstner, conocida como "Sor Pascualina" y con el Abad Gunther Schöbel, de igualmente dudosa legitimidad religiosa.
Maurice Archieri, alias Pedro II, 1995
El antiguo mecánico de automóviles, hoy Pedro II, supo de su nominación por una "visión intelectual" durante una oración carismática el día de Pentecostés de 1995. Luego proclamó encíclicas y proscribió la libertad religiosa aún dentro del mismo catolicismo. Para tal efecto propuso la restauración de una peculiar Inquisición que se limita a perseguir a sus enemigos. En sus parodias de misa explícitamente menciona que no está en unión con el "herético" Juan Pablo II. Adicionalmente adoptó el Club Internet de Francia como tribuna pontificia. Está vinculado con la falsa sucesión de Antioquia y otros falsos primados.
Mons. Lucien Pulvermacher, alias Pío XIII, 1998
Este legítimo cardenal católico fue electo Papa en una parodia de Cónclave (3 asistentes) en una cabaña montañesa. Hubo hasta humo blanco para anunciar la elección salvadora. Ha dictado encíclicas. Es el más "legítimo" antipapa del momento y uno de los más populares. Sus enseñanzas no olvidan mencionar con asiduidad la cercanía del fin del mundo y la llegada del anticristo. Sin embargo, en una relativamente amplia concordancia doctrinaria con la sana tradición de la Iglesia, es bastante nefasto el resultado en las mentes de su numerosa feligresía.
Jules Tischler, alias Pedro II
Toda la información disponible en forma pública es que es alemán y nació en 1908.
De nombre civil desconocido, Benedicto XL
Este antipapa se considera a sí mismo sucesor legítimo de Pedro de Luna, antipapa de Aviñón. La idea de la supervivencia de la Iglesia de Aviñón ha permanecido a lo largo de los siglos, como un mito persistente ligado al esotérico Grial. Como se sabe, a la muerte de este antipapa (Benedicto XIII o Pedro de Luna) el cardenal Bernard Garnier se autoproclamó Papa (Benedicto XIV). Desde entonces (siglo XIV) y hasta hoy se ha mantenido una Iglesia paralela a su "antidoble" vaticana. Elección tras elección, la "línea" secreta de antipapas en la clandestinidad llega hasta Benedicto XL. Su esoterismo cristiano de corte masónico, mariólatra y falsamente tradicionalista atrae grandes apoyos "ocultos".
De nombre civil desconocido, León XIV
De este antipapa francés tenemos sólo una fuente: In Defense of a Future Papal Election de Ken Mock, fechado el 18 de febrero de 1993, página 1. Su perfil se confunde, por semejanza, con el típico antipapa de pequeñas comunidades, fuerte carisma y falso tradicionalismo.
De nombre civil desconocido, Emmanuel I
Nuestra información proviene de la misma fuente arriba mencionada. Mantiene las mismas características, salvo que es de origen italiano y goza de mayor popularidad.
A modo de explicación
San Juan Eudes dijo en una ocasión que el mayor castigo de Dios sobre los malos pueblos es dar malos pastores. Y todos coincidimos en que estos años se han visto empañados con graves errores de buena parte de los mismos, más interesados en la revolución social que en la salud del alma de sus feligreses, y negadores incluso de verdades eternas como son el Infierno, la Virginidad de Nuestra Señora, y los dogmas todos de la Santa Iglesia. Es a esta crisis a la que se refiere Su Santidad Pablo VI en la Alocución 'Resistite fortes in fide', del 29 de junio de 1972, que citamos aquí en la versión de la Poliglotta Vaticana:
"Refiriéndose a la situación de la Iglesia de hoy, el Santo Padre afirma tener la sensación de que 'por alguna fisura haya entrado el humo de Satanás en el templo de Dios'. Hay la duda, la incertidumbre, lo complejo de los problemas, la inquietud, la insatisfacción, la confrontación. No se confía más en la Iglesia; se confía en el primer profeta profano [extraño a la Iglesia] que nos venga a hablar, por medio de algún diario o movimiento social, a fin de correr atrás de él y preguntarle si tiene la fórmula de la verdadera vida. Y no nos damos cuenta de que ya la poseemos y somos maestros de ella. Entró la duda en nuestras conciencias, y entró por ventanas que debían estar abiertas a la luz (...).
También en la Iglesia reina este estado de incertidumbre. Se creía que, después del Concilio, vendría un día asoleado para la Historia de la Iglesia. Vino, por el contrario, un día lleno de nubes, de tempestad, de obscuridad, de indagación, de incertidumbre. Predicamos el ecumenismo, y nos apartamos siempre más los unos de los otros. Procuramos cavar abismos en vez de llenarlos.
¿Cómo sucedió esto? El Papa confía a los presentes un pensamiento suyo: el de que haya habido la intervención de un poder adverso. Su nombre es el diablo, este misterioso ser al que también alude San Pedro en su Epístola. (Cfr. Insegnamenti di Paolo VI, Tipografía Poliglotta Vaticana, vol. X, pp. 707-709).
Y así como han surgido hasta repletar las ciudades gran cantidad de sectas, falsos mesías e ideologías espiritualistas, faltaba al mencionado demonio constituir dentro del perfil de su gran Enemiga, una ridiculización que a ojos vista deforma la fe de quienes se dejan obnubilar por el brillo de sus falsas joyas y degrada con su burla lo que sí es verdad de la Iglesia y que surge de sus manchadas bocas para mayor confusión de los creyentes.
Por eso, terminamos esta exposición con las palabras de Su Santidad Pío XII - en proceso de canonización - respecto a este enemigo de la Iglesia:
"El se encuentra en todo lugar y en medio de todos: sabe ser violento y astuto. En estos últimos siglos intentó realizar la disgregación intelectual, moral, social y de la unidad en el organismo misterioso de Cristo".
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