Joseph Pearce
El mismo se define como «un bibliófilo entusiasta» en una entrevista concedida recientemente a un medio católico. Fue esa misma pasión por los libros la que lo hizo cambiar radicalmente de conceptos, de pasar de un odio fascista al amor cristiano. A este escritor y biógrafo inglés, preocupado por saber más acerca de la justicia social, un día le recomendaron leer algo de Chesterton y de Hilaire Belloc. Se sorprendió de la claridad del primero y de la sabiduría del segundo. Pero fue Chesterton el que mas lo cautivó; se sorprendió de su terrible poder de lógica, y de cómo construía argumentos a partir de dar vuelta el alegato contrario a su postura, en concreto, aquellos que atacaban al catolicismo.
Pearce, que apenas tiene mas de cuarenta años actualmente (2008), vive en Estados Unidos. Pasó de ser un descreído y un ser despreciativo, a ser mas tolerante y menos rígido en sus juicios. Hubo una época, en la juventud mas temprana, en la que se opuso tenazmente a la visita del Papa Juan Pablo II a Inglaterra, por una cuestión meramente política. Después de leer Ortodoxia, de Chesterton, encontró sus tesis razonables y empezó a sentir cierta simpatía por la postura católica. Una especie de fuerza invisible pero real lo llevó a convertirse y pasó de ser protestante a integrar la Iglesia Católica en 1989.
Fruto de su conversión interior, nació hace relativamente poco su libro sobre escritores conversos, causa con la cual se sentía plenamente identificado por su vivencia personal e íntima. Poco a poco se hizo fama de biógrafo respetado y serio y escribió las vidas de Tolkien, de Chesterton y de Solyenitzin, una de sus últimas obras, hecha a base de entrevistas y experiencias personales, mano a mano, con el escritor ruso recientemente fallecido.
De 1982 a 1986 estuvo preso por cuestiones políticas. Aprovechó para leer profusamente. Entonces, lamentaba sinceramente no tener una fe que pudiera complementarse con su modo de hacer política. Pero el cambio implicaba renuncias. Dejar de lado amistades y contactos que le impedían avanzar y dirigirse hacia un horizonte mas prometedor. El cambio fue difícil, pero según el propio autor, valió la pena. Comenzó a escribir y cambió radicalmente su vida: «Dios realmente me bendijo».
Recomendamos de Joseph Pearce
- Escritores conversos: Breves biografías de escritores conversos contemporáneos, entre ellos, Chesterton, Maurice Baring, Evelyn Waugh, entre otros.
- Solyenitzin, un alma en el exilio: La apasionante vida del premio Nobel de Literatura y víctima del horror comunista.
Por Mariano Martín Castagneto
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