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Por Rafael Navarro-Valls - El Papa justo
Por David G. Dalin - El papa que estuvo a punto de venir a El Escorial
Por Pedro Fernández Barbadillo - El Papa que no se arredra
Por José Luis Restán - El Papa reafirma el Vaticano II y cierra el debate sobre un nuevo concilio
Por Juan Lara - El Papa tenía razón
Por George Weigel - El Papa verdadero
Por Cristina López Schlichting - El Papa y el Camino Neocatecumenal
Por Jesús Colina - El Papa y el Tiempo
Por Jorge Trías Sagnier - El Papa y sus Críticos
Por Ignacio Sánchez-Cámara - El Papa, al cumplir 24 años de pontificado, está decidido a continuar «hasta el final»
Por Juan Lara - El Papa: ir al meollo
Por Pablo Cabellos Llorente - El paradójico origen marxista de la sociedad opulenta
Por Raúl Orozco Ruano - El paraíso, ¿cuento de hadas?
Por Miguel Manzanera, SJ - El parto de los montes
Por Álvaro Delgado-Gal - El Pastor de Hermas
Por Johannes Quasten - El peculiar tótem
Por José Miguel Serrano Ruiz-Calderón - El peligro de la religión a la carta
Por Alejandro Llano Cifuentes - El pensamiento como curación
Por Julián Marías - El pensamiento ecuménico de Vladimir Soloviev
Por Elisa Buzzi - El pensamiento simplón, 1
Por Pío Moa - El pensamiento simplón, 2
Por Pío Moa - El pensamiento simplón, 3
Por Pío Moa - El perfil de la libertad
Por G. K. Chesterton - El peso de la libertad
Por Julián Marías - El peso de la responsabilidad
Por Julián Marías - El pintor Ricardo Arredondo
Por Julián Marías - El placer de comer
Por Oscar A. Matías - El placer de conversar
Por Emili Avilés Cutillas
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Una editorial que desea ser católica. En ese sentido, las palabras vita brevis remiten a la comprensión cristiana de la existencia, para la cual esta vida terrena mira necesariamente hacia la vida eterna. Deseamos que nuestros libros lleven de alguna forma hacia esa vida eterna, ya sea con el deseo, la doctrina, el conocimiento o la imaginación. A fin de cuentas, la finalidad última de nuestro trabajo es la que expresa otra frase latina que incluimos en la última página de todos nuestros libros: Laus Deo, Virginique Matri.